Texto Irrefutable del Día, No. 1 — Los Santos del Altísmo

Un Pueblo Quebrantado

PARTE 1 TIEMPOSLEYSÁBADO

²⁵ Y hablará palabras contra el Altísimo, Y A LOS SANTOS del Altísimo quebrantará, Y PENSARÁ EN CAMBIAR LOS TIEMPOS Y LA LEY; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. —DANIEL 7:25

Y el mundo cristiano de hoy día grita ¡NO HAY LEY! y—particurlamente, “EL SÁBADO ESTÁ ABOLIDO.” ¿Ha cambiado el diablo los tiempos y la ley?

Lo interesante es que el texto de Daniel 7:25 nos anuncia de un sistema (LA BESTIA) que PENSARÍA en cambiar, no que cambiaría, lo establecido por Dios. Pero aquí vemos que los tiempos—el sábado también denota tiempo, y la ley han sido cambiados, primordialmente en el corazón de aquellos que dicen servir a Dios. ¿Pero en el corazón de Dios, los ha cambiado?

Dios dice que no, que su ley no ha cambiado (APOC. 22:14). Por algo el texto de Daniel dice “PENSARíA”, pues ese cambio NUNCA ha tomado lugar en el cielo—ni desde el cielo (APC. 11:19). Y es que el juego favorito del diablo siempre ha sido destruir la ley de Dios—

⁸¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. —JEREMÍAS 8:8

El diablo sabe que si destruye la ley de Dios, a Dios destruye, pues la ley es su carácter, y el carácter no se puede separar del individuo, sea humano o sea divino.

⁷ La ley de Jehová es perfecta, QUE CONVIERTE EL ALMA; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. —SALMOS 19:7

¿Y acaso no es eso lo que Dios quiere de nosotros, que nuestro corzones sean convertidos a él? Bueno, ahí lo tienes, es la ley la que convierte el carácter del ser humano. Pablo lo puso de esta manera:

⁷¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. —ROMANOS 7:7

Y antes de que nuestro corazón sea transformado a uno que sea digno de Dios, primero debemos identificar que nuestro corazón está enfermo por el pecado, y es precisamente la ley el espejo que nos muestra nuestra condición. Pablo continúa—

LA PERFECTA LEY DE DIOS

⁷ ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

⁸Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

⁹Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

¹⁰ Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;

¹¹ porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

¹² De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.

¹³¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

¹⁴Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

¹⁵Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.

¹⁶Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

¹⁷De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

¹⁸Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

¹⁹Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

²⁰Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

²¹Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

²²Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

²³pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

²⁴¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

²⁵Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. —ROMANOS 7:7-25

El hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios: santo y perfecto, tal como lo es la ley. Y la forma de volver a esa perfección es invertir la fórmula de lo que sucedió en el Edén, y guardar la ley de Dios (APC. 22:14-16). La ley de Dios contiene todos los ingredientes necesarios para que el hombre alcance la perfección, incluyendo la gracia—algo que es posible por la redención que Cristo nos da por su sacrificio en la cruz.

Dios es perfecto, su ley es perfecta. Y lo perfecto no se toca, no se abroga—no se abole (MAT. 5:17). ¿Puede usted entender eso?

Interesantementemente, y volviendo al texto de Daniel 7, veamos lo que nos tiene revelado la palabra—

²⁶ Pero se sentará EL JUEZ y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin,
²⁷ y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de LOS SANTOS del Altísimo, cuyo reino ES REINO ETERNO, y todos los dominios le servirán y obedecerán. —DANIEL 7:26-27

Antes que nada, recuerde que Daniel nos dijo que el diablo iba a quebrantar (AFLIGIR) a los Santos (vers. 25), tal como está profetizado en el libro del Apocalipsis (APC. 12:17). Es la misma enseñanza para el mismo tiempo: ¡el fin del tiempo!

Luego, Daniel nos dice que un JUEZ—Jesucristo, iba a intervenir sobre este dominio del maligno e iba entregar su reino a un grupo muy particular: los SANTOS del Altísimo. ¿Y quiénes esos Santos del Altísimo? Los que guardan la ley de Dios—

¹²Aquí está la paciencia de los santos, los que GUARDAN los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. —APOCALIPAIS 14:12

Y no sólo el reino les será entregado a los Santos del Altísmo, sino que este reinto SERÁ ETERNO. Entregado por un juez, ni más ni menos. Y un juez es quien ordena que la ley se cumpla, no se olvide de eso, amigo lector. Y ese mismo grupo de Santos son los ciento cuarenta y cuatro mil, que a su vez tienen otra característica especial, muy especial:

¹Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.—APOCALIPSIS 14:1

Así que este grupo está sellado con el nombre del Cordero y del Padre en sus frentes (la mente). Sí, los 144 MIl—los que guardan la ley de los diez mandamientos de Dios, están sellados para la eternidad. Pero el asunto no termina ahí, sino que—

⁴Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; —APOCALIPSIS 14:4

Todo esto está muy claro, para el que quiera entender. Dos caracteríscas resaltan en este grupo: Enfoquemonos en la primera: NO SE CONTAMINARON CON MUJERES. Es decir, no se contaminan con Iglesias. Aquí Dios nos está dejando saber que todas las iglesias están contaminadas. Por eso él nos manda a salir de esos lugares de perdición (ISA. 52:11, APC. 18:5), pues son ellas—las iglesias, el instrumento que el diablo ha utlizado para destruir la ley de Dios en el corazón de la mayoría de las personas que profesam servirle, por medio de herejías—instituídas como doctrinas en su denominación cristiana más cercana, las personas que profesan servirle, y aún las que profesan guardar la ley…

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Y no, los 144 Mil no son un grupo de “extraterrestres”, con un carácter inalcanzable, como esas mismas “mujeres” los describen en sus doctrinas. Tampoco son “judíos” exclusivamente, como errónea mal interpretan en Apocalipsis 7, que aunque ahí dice que son judíos, los modernos escribas obvían un punto muy importante de la palabra de Dios:

²⁸Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;

²⁹sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. —ROMANOS 2:28

Así que saquese eso de la cabeza de que el Israel (literal) es el pueblo de Dios, pues Israel—”el má insignificante de todos los pueblos”, fue escogido por la misericordia de Dios, un pacto con Abraham para mostrar su poder (DEUT. 7:7), y una misión muy particular:

³Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;

⁴que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; —ROMANOS 9:4

Sí, a Israel se le dio la ley—como dicen ustedes, pero se le dio para ser promulgada a los demás pueblos, porque escrito está.

Y los 144 Mil, en su segunda característica, continúan el texto “son los que siguen el cordero dondequiera que va…”

¿Que siguen al cordero donde quiera que va? Mmm… ¿No le suena familiar eso a usted? Ah, ya recordé…

²⁷Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, —JUAN 10:26

Es decir, los 144 Mil, quineses tienen el sello del cordero en sus frentes, son nada más y nada menos que los fieles seguidores de Cristo, que se caracterizan por dos cosas: guardan suy ley y no se contaminan con iglesias, pues para ellos está reservado el reino del altísimo (DAN. 7:27), pues ellos son ese grupo. Y “ellos”—es decir, nosotros—en fidelidad, somos el mismo grupo.

Y si el reino de “los Santos del Altísimo” es ETERNO—y la cualidad principal de estos santos es que que guardan los mandamientos de Dios—TODOS, esto quiere decir que la ley de Dios será guardada eternamente—tal como lo dijo David (SAL. 148:6), únicamente por sus Santos, pues solo los que caminan en santidad llegarán al cielo y verá en rostro del señor (APC. 22:14, ISA. 66:22-23. HEB. 12:14).

¿Y como se obtiene la santidad? Guardando la ley de Dios—

⁴⁰Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. —NÚMEROS 15:14

Y si la ley de Dios será guardada eternamente, NO puede estar abolida, ¿No? Y recuerde que “sin santidad nadie verá al señor” (HEB. 12:14). Y la Santidad—nuevamente, solo se alcanza guardando la ley (NÚM. 15:37-41), pues—después de todo, “LA LEY ES SANTA” (ROM. 7:12), y el Sábado, como parte inseparable de la ley (SGO. 2:10-12), también “es santo” (GÉN. 2:1-3, ÉXD. 20:8-11, ISA. 58:13-14), tal como es el señor—SANTO (1 PED 1:15-16).

Conecte usted los puntos, si es que puede ver los puntos.

Felíz Sábado para todos.

—JOSÉ LUIS JAVIER

“Salid de ella, pueblo mío…“ (APC. 18:4)

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[1] Jesús “vs.” Pablo y La Ley: Lo Que Pasó en la Cruz

[2] La Ley，Los Judíos & Tú [ESTUDIO, CristoVerdad]

[3] Juan, Los Discípulos y El Día del Señor [ ESTUDIO, CristoVerdad]

[4] LA LEY vs. LA LEY, Enfrentando el Error – Parte 1 [ESTUDIO, CristoVerdad]

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