Negocio Entre Hermanas

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Dice la palabra de Dios:

11 Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte. —PROVERBIOS 24:11

Este es un texto que todos debemos considerar, como seguidores de Cristo y/o como seres humanos que somos. Los que somos humanos, aclaro.

El siguiente artículo es un extracto proveniente de nuestro estudio:

Elena White Bajo La Lupa, PARTE 12: La “SOLA SCRIPTURA” No Tan Sola, Rafael Díaz y Los Adventistas del “Séptimo” Día [1]Elena White Bajo La Lupa, PARTE 12: La SOLA SCRPTURA No Tan Sola, Rafel Díaz y Los Adventistas del Séptimo Día
[ESTUDIO, CristoVerdad]

En ese artículo abarcamos a profundidad las andanzas babilónicas de la secta más peligrosa que jamás haya existido en la historia de la humanidad: La Iglesia Adventista del “Séptimo” Día. Ya que cubrimos bastantes áreas—todas sus “28 Creencias Fundamentales”, vimos prudente extraer y enfocarnos en la parte que más la identifica como institución religiosa: La práctida del aborto en sus instituciones de “salud”. Sí, más que del cuarto mandamiento de la ley de Dios, la Iglesia Adventista se distingue aún más con el sexto: “no matarás“—pero a la inversa (ÉXD. 20:13), y aquí lo vamos a demostrar una vez más, como decía un programa bien popular de TV de los años 80’s: “Aunque Usted No Lo Crea”. [2]Si Matarás — Aborto, LA ENMIENDA HYDE y La Iglesia Adventista
[ESTUDIO, Cristoverdad]

Aunque en CristoVerdad hemos abundado bastante sobre las prácticas criminales de la secta Adventista, aquí daremos enfoque a la documentación sobre la posición oficial de la Iglesia Adventista sobre el Aborto, lo que piensan ellos al respecto, y donde está escrito eso. Y no dejartamos atrás a los miembros de esa iglesia, que opinan ellos al respecto y que plan de acción están tomando una vez se han enterado de la verdad de su amada iglesia.

También extraeremos información de otros de nuestros estudios que abarcan este asunto, mostrando evidencias —con sus protagonistas, exponiendo la maldad de la iglesia que clama ser “pueblo de Dios, porque guarda sus mandamientos.” Desde ya les puedo asegurar que eso se pondrá a prueba, con Biblia en manos, y con las mismas evidencias publicadas y práctidas de dicha denominación cristiana, además de lo que el mundo allá fuera concoce de esta institución.

Es muy común que cuando uno enfrenta a las ovejas aventistas—llamése borregos, sobre este asunto, simplemente digan que “es mentira”. Usted les pone todas las pruebas en sus manos, y aún así lo niegan. Y lo niegan por dos razones únicas que hemos identificado:

1. Su ignorancia
2. Su perversidad

Y verdaderamente debieramos poner la perversidad primero, solo que esta no sale a relucir hasta que primero se les demuestra su ignorancia. Y una ves su ignorancia es expuesta, la perversidad les sale de manera muy natural, pues aunque todos en esa secta dicen amar a Dios y al prójimo, la realidad es que la basta mayoría de ellos solo ama a su iglesia, no entendiendo así un principio básico y fundamental para todo aquel que tiene aspiraciones celestiales:

29 Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres. —HECHOS 5:29

Claro, en la mente adventista ellos creen que aman a Dios sobre todas las cosas. Bueno, eso lo pondremos a prueba en este mismo estudio—una vez más. Nosotros tenemos un estudio titulado Que Chistoso Es el Adventista. Es muy intersante y recomiendo que lo lean pues verdaderamente los adventitas son personas muy cómicas. [3]Que Chistoso Es el Adventista
[ESTUDIO, CristoVerdad]

Ayer mismo tuve una conversación en un individuo llamado Fredy Pinto en un grupo Adventista de Facebook. Coversación que luego terminamos en privado, ya que Facebook me bloqueó por 29 días por publicar un video exponiendo el fraude de la Vacuna Covid-19, que la misma Iglesia Adventista clama haber colaborado con su creación. [4]aIglesia Adventista y La Vauna COVID-19
[VIDEO 00:07:08, Iglesia Adventista]
Una vacuna que mata y una iglesia que mata, ¿andarán dos junstos si no estuvieran de muto acuertdo? (AMÓS 3:3).

[EDICIÓN, Noviembre 13, 2022]
Este video ha sido convertido en un video privado, y por tanto no tenemos acceso a él, por el momento. Sin embargo, la misma página oficial de la iglesia presenta esta noticia. [4]bIglesia Adventista y La Vauna COVID-19
[VIDEO 00:07:08, Iglesia Adventista]

[FIN DE LA EDICIÓN]

Este señor, Fredy Pinto, tuvo la osadía de decir que “la Iglesia Adventista es la única iglesia que guarda los diez mandamientos.” Y Pinto simplemente representa el pensar de cada adventista que camina y ha caminado sobre esta tierra. Sí, verdaderamente, los miembros de la iglesia adventista juran y rejuran que su iglesia guarda la ley de Dios. ¡Ah, que astuta sigue siendo la serpiente! (GÉN. 3:1).

Mientras yo le daba evidencias a Fredy sobre la falsedad de que su secta guarda la ley, este simplemente ponía mensajes “riendose”. No creo que se reía, pero así actúan para no enfrentar la realidad, pues prefieren hacerse los locos ya que así no hay compromiso con Dios, ni mucho menos con el prójimo. Por lo general, ellos nunca se toman el tiempo de revisar la evidencia, pues a ellos le dijeron en su propia iglesia que “La Iglesia Adventista es la iglesia de Dios porque guarda sus mandamientos de Dios.” Y porque a ellos le dijeron eso, su iglesia es eso. Y peor aún, los miembros de la Iglesia Adventista se creen ese cuento. Esa “estupidez” que Jesús dijo de que “por sus frutos los conoceréis” a ellos no les aplica, y ni siquiera lo consideran. ¡Ah, la serpiente y sus ocurrencias!

Como ustedes pueden observar, mi conversación con ese elemento se caldeó bastante rápido. Pero mis amigos, ¿ustedes creen que es fácil lidear con el diablo cara cara? Bueno, de aquí en adelante les presento el extracto del estudio Elena White Bajo La Lupa, Parte 12, en donde Rafael Díaz—un erudito adventista, nos da la versión adventista de lo que es la “Sola Scriptura.” Los comentarios tienen la fecha original de publicación, y cuando sea necesario haré intervenciones actualizadas. No olvidemos que nuestro enfoque para esta edición es el tema del aborto, así que brincaremos lo que no sea relevante para este enfoque.

11/2/2020 RAFAEL DÍAZ [00:39:45] 

“Como saben los católicos que los Adventistas creemos en la escritura, el diablo también dice, bueno les voy a citar las escrituras… Y si no estudiamos vamos a caer en el engaño”.

11/5/2020 JOSÉ LUIS JAVIER
Bueno, mi amigo, creo que ya es bastante tarde para eso, los Adventistas—incluyéndolo a usted, ya cayeron en el eng؅año. La palabra de Dios dice no matarás“, y la iglesia Adventista mata, y no hay quien convenza a los Adventistas de lo contrario, aún cuando la misma secta—y el mundo, lo dicen. [5]El Aborto, Orientaciones
[ENLACE, Iglesia Adventista]
[2]Si Matarás — Aborto, LA ENMIENDA HYDE y La Iglesia Adventista
[ESTUDIO, CristoVerdad]
[6]Ted Wilson y La Santidad de La vida. Aborto, en la Iglesia Adventista
[VIDEO 1:43:00, Iglesia Adventista
[7]David Gates “CONDENA” el Aborto en La Iglesia Adventista
[VIDEO 00:24:11, Iglesia Adventista]

[EDICIÓN — 4 Noviembre, 2022]

En esos dos últmos videos aquí presentados, vemos a Ted Wilson, presidente de la secta, decir que “hay que considerar ciertas situaciones como la violación, el incesto, o la vida de madre” para abortar. Es decir, que a tí mujer Ted Wilson te da razones que Dios no te dio para matar (HEC. 5:29). Y luego vemos a David Gates, quien ha sido director de hospitales Adventistas, repetir que Loma Linda es practicamente una carnicería humana, mientras te dice que al “aborto es asesinato, a menos que lo hagas para salvar la vida de la madre.” En pocas palabras, él hace eco de las palabras de Ted Wilson, no las de Dios. Espero que ya estén tomando notas.

De la misma manera, vemos a la Universidad de Loma Linda admitir que en las instalaciones de su hospital se practican ciruguías de cambio de sexo, además de todo tipo de abortos[8] Loma Linda University, Medical Rules & Regulations
[ENLACE, Iglesia Adventista]

Aquí les dejo el documento traducido (p. 3-4), proveniente directamente de la página web del Hospital de La Universidad de Loma Linda

FIN DE LA EDICIÓN

Jesús dijo, “dejad venid los niños venid a mí”, y la ramera Adventista no solo los descuartiza en sus hospitales—prohibiendoles así llegar a Jesús, sino que los está pervirtiendo con todas las prácticas gomorritas de este tiempo, que también los mata espiritualmente. [9]Ser Gay no Es Pecado
[REVISTA, Iglesia Adventista]

5 y en su frente un nombre escrito, un misterio: Babilonia La Grande, LA MADRE DE LAS RAMERAS y de las abominaciones de la tierra —APOCALIPSIS 14:5

Tu secta es una ramera, más tú la lllamas iglesia, y—peor aún, tienes el coraje de llamarla pueblo de Dios. Es una ramera, y la más grande de todas las autodenominadas iglesias protestantes.

Pero no, ese es “el pueblo de Dios”, y tú tienes las agallas de atacar a la “Santa Iglesia Católica”, sí comparada con la Iglesia Adventista, la gran ramera es una Santa. Y digo santa, porque tu iglesia así la llama. [10]aEl Credo Que Cambió al Mundo, 2005 (Folleto)
[ESTUDIO, CristoVerdad]
[10]bEl Credo Que Cambió al Mundo, 1971 (Libro)
[ESTUDIO, CristoVerdad]
[10]cLa Iglesia Santa, Católica y Apostólica del “Séptimo” Día
[VIDEOS, CristoVerdad]

Por lo menos en los hospitales católicos no andan descuartizando niños en el vientre de su madre. Y hay cosas que hay que verlas para creerlas, pues hasta LAS FEMINISTAS defienden a la Iglesia Adventista, por sus prácticas abortistas. [11]aFeministas Atacan a Hospital Católico Por No Realizar Abortos, Defienden a La Iglesia Adventista —Maryland Feminists Target Catholic Hospital
[NOTICIA, Infobae]
[11]bOver objections, state will lease land to Catholic Hospital
[NOTICIA, Baltimore Sun]

FEMINISTAS ABORTISTAS APOYAN HOSPITALES ADVENTISTAS

NOTICIA: Hospital Católico de Maryland en el Blanco de Las Feministas

"Dos hospitales de Maryland, Holy Cross y AdventistHealthCare, han presentado ofertas para administrar una nueva instalación en el norte del condado de Montgomery; el primero es católico y el segundo es propiedad de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Las feministas se oponen a Holy Cross [CATÓLICO] porque es antiabortista.

El presidente de la Liga Católica, Bill Donohue, saltó sobre este tema hoy:

Las feministas de Planned Parenthood, NARAL y la Organización Nacional de Mujeres (NOW), dicen que si Holy Cross recibe la oferta, perjudicaría a los "ciudadanos indigentes". ¿Por qué sucedería esto? Porque su atención es "reembolsada por fondos estatales". Sin embargo, este argumento colapsa al considerar la evidencia: Holy Cross tiene una declaración de misión que lo compromete a realizar obras de caridad para los indigentes. Esta no es una charla ociosa. Por ejemplo, en este momento, más del 70 por ciento de las mujeres sin seguro que tienen hijos vienen de todo el estado a la ubicación actual de Holy Cross en Silver Spring.

Lo que realmente molesta a las feministas es la negativa de los hospitales católicos a realizar abortos. Es por eso que un miembro de NOW explotó en Holy Cross, diciéndoles que "salgan del camino". Los defensores del aborto preferirían ver sufrir a las mujeres sin seguro antes de decirle bien a un hospital católico. Piénsalo de esta manera. ¿Por qué un grupo de mujeres, casi todas ricas, blancas y posmenopáusicas, está tan entusiasmado con los derechos de otro grupo de mujeres, casi todas pobres, no blancas y fértiles? No tendría sentido a menos que fuera el objetivo de los privilegiados limitar el número de desposeídos. Esto, por supuesto, es exactamente lo que motivó a Margaret Sanger a fundar Planned Parenthood, a eliminar lo que llamó "los indeseables". Junto con su virulento anticatolicismo, estas feministas ricas deberían ser discutidas en todas las clases universitarias sobre racismo, clasismo y fanatismo." —Liga Católica Para Derechos Civiles y Religiosos, Octubre 15, 2009

 

11/2/2020 RAFAEL DÍAZ [00:55:40]
“La ley de Dios. Ninguna iglesia en este mundo predica la ley de Dios y el Sábado como lo predica la Iglesia Adventista.

11/5/2020 JOSÉ LUIS JAVIER
En eso tienes razón, no conozco un solo hospital católico o metodista que degolle niños en el vientre de su madre, como es el caso de los hospitales y clínicas adventistas. De hecho, muchas de esas instituciones—y aún organizaciones no religiosas, han condenado públicamente las prácticas del aborto en hospitales adventistas, como ya te he presentado. [12]Grupos Antiabortos Protestan contra Dos Hospitales — Abortion Opponents Picket Two Hospitals
[ANOTICIA, The Washington Post]

¿Qué parte de “no matarás” todavía no entiendes, Rafelito? ¿No esuchaste a tu tío David decirtelo? Mira como tu iglesia está exaltando la ley de Dios en el mundo? [13]EL ABORTO, Una Actitud Adventista
[ARTÍCULO, CristoVerdad]

[EDICIÓN] 12 de Noviembre, 2022

Y aquí la parte más importante donde quería llegar, donde abarcamos las políticas del Aborto de La Corporación Adventista. En el punto 6 del documento del Hospital de Loma Linda que presentamos más arriba, encontramos la singuiente cláusula:

6. Se reconoce que la enfermedad y el dolor no conocen horas, días sagrados o días festivos. Los miembros del personal médico estarán disponibles para proporcionar todos los servicios esenciales en todo momento. Sin embargo, de acuerdo con las creencias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con respecto a la observación del sábado como un día sagrado, ciertos servicios y terapias no se programan rutinariamente desde la puesta del sol del viernes por la noche hasta la puesta del sol del sábado por la noche. —Loma Linda University Medical Center, 2021-2022 Medical Staff Rules and Regulations, p.2 A-1

Aquí hay una referencia directa a que estos abortos aún toman lugar en sábado, pues de no ser así lo hubiesen mencionado en este mismo párrafo. ¿No es el aborto un servicio esencial en estos tiempos? Es decir, son otros servicios que no serán proveídos en día Sábado, y de ahí nuestro título para hoy: La Iglesia Abortista del Séptino Día. Sí, séptimo día, un día “sagrado” en el adventismo. Pero sin más preambulo, veamos las políticas oficiales sobre el aborto de esta iglesia, y como han a través del tiempo han tratdo de disfrazarlas para seguir engañando a los miembros que fielmente sostienen esta secta satánica.

[FINDE DE LA EDICIÓN]

[…]

11/5/2020 JOSÉ LUIS JAVIER

El año pasado (2019) tu secta revisó sus declaraciones oficiales sobre el aborto. Anteriormente, el documento oficíal decía que una mujer embarazada con alto riezgo para su vida, o si fue victima de una violación o practicante de un incesto, Dios le daba autoridad para asesinar a su hijo o hija en en su vientre. Ahora ese documento ha sido revisado, pero el mismo mensaje queda intacto, solo que de una manera más subliminal. La estancia original ya no aparece en la página web oficial, sino la revisada, lo que insinúa que en los hospitales y clínicas de tu secta ya no se practican abortos. Pero todo es un engaño más.

En la declaración anetrior decía—

4. “La iglesia no sirve de conciencia a los individuos; pero debiera proporcionar orientación moral. El aborto por razones de control de la natalidad, selección de sexo o conveniencia, no cuenta con el apoyo de la iglesia. Pero a veces las mujeres embarazadas pueden encarar circunstancias excepcionales que presenten dilemas morales, como amenaza para su vida, peligros graves a su salud, graves defectos congénitos cuidadosamente diagnosticados en el feto y embarazos como resultado de actos de violación o incesto. La decisión final con respecto a la terminación de un embarazo la debe hacer la mujer embarazada, después de haber hecho las consultas debidas.” —Iglesia Adventista, pólizas sobre el aborto, 2019 (ANtes del 16 de Octubre, 2019). —Orientaciones Sobre el Aborto, Iglesia Adventista de Santa Clara, Cuba

5. Los cristianos reconocen que su responsabilidad ante Dios es de importancia primordial. Ellos buscan el equilibrio entre el ejercicio de su libertad individual y su responsabilidad ante la comunidad de la fe, y la sociedad en general y sus leyes. Ellos hacen sus decisiones basadas en las Escrituras y las leyes de Dios, en vez de las normas de la sociedad. Por lo tanto, cualquier intento por coaccionar a una mujer para que se quede embarazada o ponga fin al embarazo, debiera rechazarse como una violación de la libertad individual. [14]Declaración de Principios Sobre el Aborto, Iglesia Adventista de Santa Clara, Cuba
[EARTÍCULO, CristoVerdad]

Esas políticas, identificamos entonces, no vienen de la Biblia, sino de la enmienda constitucional de Estados Unidos, conocida como la Enmienda Hyde (1976). [2]Si Matarás — Aborto, LA ENMIENDA HYDE y La Iglesia Adventista
[ESTUDIO, CristoVerdad]
Es decir, las políticas sobre el aborto de la Iglesia Adventista son 100% antibíblicas. Desde luego, esto viola directamente la ley de Dios y la esencia de Dios mismo—

16 Seis cosas aborrece [ODIA] Jehová, Y aun siete abomina su alma
17
Los ojos altivos, la lengua mentirosa, LAS MANOS DERRAMADORAS DE SANGRE INOCENTE,
18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,
19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos. —PROVERBIOS 6:16-19

Yo pregunto, ¿se puede ser más inocente que un bebé en el vientre de madre?

11 Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte. —PROVERBIOS 24:11

Te pregunto, Rafael, ¿estás tú librando a los que son llevados a muerte, o estas defendiendo, exaltando y glorificando a los que son respobales de la muerte de miles de bebés cada año? ¿Y qué de tí, adventista del “séptimo” día, que estás leyendo—y viendo todas estas cosas?

¿Tienes alguna idea de lo que tú estás financiando con tus diezmos, ofrendas, tiempo y trabajo para esa secta asesina? 

Esto es lo que está sucediendo, y como les comenté anteriormente, la iglesia está tratando de cubrir sus huellas, sin dejar su práctica criminal. He aquí un extracto de las políticas revisadas—

Aunque no apoye el aborto, la iglesia y los miembros son llamados a seguir el ejemplo de Jesús, quien estaba “lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14), para (1) crear una atmósfera de amor verdadero y lleno de gracia, cuidado pastoral bíblico y apoyo amoroso a los que enfrentan decisiones difíciles relacionadas con el aborto; (2) solicitar la ayuda de familias funcionales y comprometidas, y educarlas para que presten asistencia a individuos, matrimonios y familias en dificultades; (3) alentar a los miembros de la iglesia a abrir sus hogares a las personas necesitadas, incluyendo padres solteros, hijos sin padres y niños adoptivos o que esperan ser adoptados; (4) cuidar profundamente y apoyar de varias formas a las mujeres embarazadas que deciden quedarse con sus hijos que aún están en gestación; y (5) ofrecer apoyo emocional y espiritual a las que por diversas razones abortaron o fueron obligadas a abortar y pueden estar sufriendo física, emocional y/o espiritualmente.” Declaración Sobre La Visión Bíblica De La Vida Intrauterina Y Sus Implicaciones Para El Aborto, Iglesia Adventista Mundial

Si comparan el texto más arribas de las políticas antes de ser revisadas el año pasado, notará que previamente la iglesia autorizaba a matar, por causa de razones “excepcionales” que la iglesia se inventó—o que extrajo de la Enmienda Hyde, y que esto era un asunto de libertad de conciencia. Aunque la página web oficial de la iglesia ya no refleja las pólizas anteriores—abiertamente, [16]El Aborto, Orientaciones
[ENLACE, Iglesia Adventista]
los rastros están ahí para el que desee investigar, pues en realidad nada ha cambiado.

TAB

Nota: esta es la página web de la Iglesia Adventista de Santa Clara, en Cuba. Ellos generaron esta es traducción.

Declaration of Principles on Abortion

RECOMMENDED, Adopt the Seventh-day Adventist Church's Principles on Abortion, as follows:

"Seventh-day Adventist Church Statement of Principles on Abortion."

Many contemporary societies have had to face conflict over the morality of abortion (1). This conflict has also affected a large number of Christians, who wish to accept the responsibility of protecting the life of the unborn human being, and at the same time preserving the individual freedom of women. The need for guidance has become evident as the church seeks to follow the Scriptures and provide moral guidance while respecting individual conscience. The Adventist Church wants to relate to the issue of abortion in a way that allows it to reveal its faith in God as the Creator and Sustainer of all life and to reflect Christian responsibility and freedom. Although there are sincere differences among Adventists regarding abortion, the following statement represents an attempt to provide guidance on certain principles and issues. These guidelines are based on broad biblical principles that are presented for study at the end of the document. (2)

1.                  The prenatal life of the human being is a wonderful gift from God. God's ideal for man ratifies the sanctity of human life created in God's image, and requires respect for life before birth. However, decisions regarding life must be made in the context of a fallen world. Abortion is never an act of few moral consequences. Therefore, prenatal life should not be recklessly destroyed. Abortion should be performed only when there are powerful motives.

2.                  Abortion is one of the tragic dilemmas resulting from the fall of the human being. The church should offer the most benevolent support to those who have to face the decision of an abortion personally. Condemnatory attitudes are unbecoming of those who have accepted the gospel. As Christians, we are commissioned to be a community of faith filled with tenderness and caring, helping those in crisis as they consider alternatives.

3.                  In a practical and tangible way, the church, as a caring community, should make known its mission to the value of human life. This should include:

a.       Strengthen family relationships.

b.      Educate both sexes regarding Christian principles of human sexuality.

c.       Emphasize the responsibility of both men and women in family planning.

d.      Demand that both be held accountable for the consequences of conduct inconsistent with Christian principles.

e.       Create a safe climate for ongoing discussions of the moral aspects associated with abortion.

f.        Offer support and help to women who decide to terminate their pregnancy, and

g.      Encourage and assist parents to participate responsibly in raising their children. The church should also devote itself to assisting in alleviating the unfortunate social, economic, and psychological factors that may lead to abortion and redemptive care for those who suffer the consequences of individual decisions made on this matter.

4.                  The church does not serve as a conscience to individuals; but it should provide moral guidance. Abortion, for reasons of birth control, sex selection, or convenience, does not have the support of the church. But sometimes pregnant women may face exceptional circumstances that present moral dilemmas, such as life-threatening, serious health hazards, serious carefully diagnosed birth defects in the fetus, and pregnancy as a result of rape or incest. The final decision regarding the termination of a pregnancy must be made by the pregnant woman, after having made the appropriate consultations. To advise her in her decision, she must have accurate information, knowledge of biblical principles, and the direction of the Holy Spirit. In addition, these decisions are best made within the context of good family relationships.

5.                  Christians recognize that their responsibility to God is of paramount importance. They seek the balance between the exercise of their individual freedom and their responsibility before the community of faith, and society in general and its laws. They make their decisions based on Scripture and God's laws, rather than the norms of society. Therefore, any attempt to coerce a woman to become pregnant or terminate the pregnancy should be rejected as a violation of individual liberty.

6.                  Church institutions should be provided with principles that enable them to develop their own institutional standards, in accordance with this statement. Persons who have religious or ethical objections to abortion should not be required to participate in the performance of abortion.

7.                  Church members should be encouraged to participate in ongoing considerations of their moral responsibility regarding abortion in light of the teachings of Scripture.

 

Notes:

1.      According to this document, abortion is defined as any act that has the purpose of ending an already established pregnancy. This differs from the use of contraceptive methods, the purpose of which is to prevent pregnancy. The focus of the document is on abortion.

2.      The fundamental perspective of this statement is based on an in-depth study of the scriptures, as demonstrated in the following document:

 "Principles on the Christian View of Human Life."

Introduction

"And this is eternal life, that they may know thee, the only true God, and Jesus Christ, whom thou hast sent" (John 17:3). In Christ we have the promise of eternal life; But human life being mortal, human beings have to face difficult matters in relation to life and death. The following principles refer to the person as a whole (body, soul, and spirit), an indivisible whole (Genesis 2:7; 1 Thessalonians 5:23).

Life: God's Precious Gift to Us

1.      God is the source, Giver and Sustainer of all life (Acts 17:25,28; Job 33:4; Genesis 1:30, 2:7; Psalm 36:9; John 1:3,4).

2.      Human life has a unique value, because human beings, though fallen, are created in the image of God (Genesis 1:27; Romans 3:23; 1 John 2:2; 1 John 3:2; John 1:29; 1 Peter 1:18, 19).

3.      God values human life, not on the basis of human achievements or contributions, but because we are God's creation and the object of His redeeming love (Romans 5:6,8; Ephesians 2:2-6; 1 Timothy 1:15; Titus 3:4,5; Matthew 5:43,48; Ephesians 2:4-9; John 1:3, 10:10).

Life: Our Response to God's Gift

4.      Although human life is valuable, living it is not its only supreme end. Self-denial and devotion to God and His principles must take precedence over life itself (Revelation 12:11; 1 Corinthians 13).

5.      God demands protection for human life and holds humanity responsible for its destruction (Exodus 20:13; Revelation 21:8; Exodus 23:7; Deuteronomy 24:16; Proverbs 6:16, l7; Jeremiah 7:3-34; Micah 6:7; Genesis 9:5,6).

6.      God is especially concerned with the protection of the weak, the helpless, and the oppressed (Psalm 82:3,4; James 1:27; Micah 6:8; Acts 20:35; Proverbs 24:11, 12; Luke 1:52-54).

7.      Christian love (agape) is the precious dedication of our lives to improving the lives of others. Love also respects personal dignity and does not condone the oppression of one person to support another's abusive behavior (Matthew 16:21; Philippians 2:1-11; 1 John 3:16; 1 John 4:8-11; Matthew 22:39; John 18:22, 23; 1 John 13:34).

8.      The community of believers is called to demonstrate Christian love in tangible, practical and substantial ways. God calls us to lovingly restore the broken. (Galatians 6:1, 2; 1 John 3:17,18; Matthew 1:23; Philippians 2:1-1; 1 John 8:2-11; Romans 8:1-14; Matthew 7:1,2; 12:20; Isaiah 40:42; 62:2-4).

Life: Our Responsibility and Right to Decide

9.      God gives man freedom of choice, even if it leads to mistreatment and tragic consequences. His reluctance to force human obedience required the sacrifice of His Son. He requires us to use our gifts according to His will and will ultimately judge their misuse. (Deuteronomy 3:19, 20; Genesis 3; 1 Peter 2:24; Romans 3:5,6; 6:1, 2; Galatians 5:13).

10.  God calls us individually to make moral choices and to investigate in Scripture the biblical principles that emphasize those decisions (John 5:39; Acts 17:11; 1 Peter 2:9; Romans 7:13, 25).

11. Decisions about human life, from beginning to end, are best made within the context of good family relationships with the support of the community of faith (Exodus 20:12; Ephesians 5:6). Human decisions should always focus on seeking God's will (Romans 12:2; Ephesians 6:6; Luke 22:42)

El texto más arriba (puntos 4 y 5) lo extraje directamente de la página web de la Iglesia Adventista de Santa Clara, Cuba. Al parecer ellos todavía no la han actualizado en su página, y estoy seguro que pronto, después que denuncias como estas se hagan sentir, la atualizarán. Por si las moscas, ya archivé esa página web y hasta una galería de fotos capturé. [14]Declaración de Principios Sobre el Aborto, Iglesia Adventista de Santa Clara, Cuba
[EARTÍCULO, CristoVerdad]

El punto 4 da la autorización de matar, mientras que el 5 nos dice que matar es un asunto de libertad indiviudal, y que nadie debe entrometerse en eso, ya sea para tener el bebé (preservar la vida) o para abortar (destruirla). Y fue esta declaración que llevara a un diario en Argentina a publicara que “la Iglesia Adventista pide que se respete la libertad de conciencia para practicar la interrupción y finalización prematura del embarazo”. Sola Scriptura, Rafelito, ayúdanos por favor. [15]Aborto: Adventistas no se oponen al proyecto, pero exigen libertad de conciencia
[NOTICIA, Economis]
Esas palabras las repitió Marion Rondón, director de Radio Amanecer en República Dominicana, la principal radioemisora de la secta en esa nación caribeña:

La Iglesia Adventista del Séptimo Día recordó a sus feligreses dominicanos que RECONOCE EL DERECHO de la mujer a INTERRUMPIR un embarazo cuando peligre su vida, cuando el feto presente malformaciones congénitas o cuando es el resultado de una violación o incesto.

Rondón recordó, en una entrevista difundida la mañana del jueves, que su iglesia mantiene una orientación sobre el aborto, un tema que genera conflicto y enfrenta “a muchos cristianos que desean asumir la responsabilidad de proteger la vida humana que aún no ha nacido, manteniendo al mismo tiempo la libertad individual de la mujer”.

En el contexto de la discusión sobre los controversiales artículos del Código Penal sobre el aborto observado por el presidente Danilo Medina, los adventistas fijaron posición a través de su emisora, Radio Amanecer, en un documento leído por el pastor Mario Rondón.

— 7 Días, Evangelizadoras de los Apóstoles, República Domincana [15]Iglesia Adventista respeta la conciencia individual y no es opuesta al aborto en condiciones extremas
[NOTICIA, Economis]

En el texto de las pólizas (políticas) revisadas, no te dicen que puedes matar, de hecho te dicen que la iglesia no apoya el aborto, pero te mandan a apoyar a aquellas mujeres que por diversas razones abortaron. Esas diversas razones—mis amigos y el hermanos, son “cuando la vida de la madre esté en peligro, cuando esta sea víctima de una violación o quede embarazada como producto de una relación incestuosa”, RAZONES, por la que Dios NUNCA ha autorizado a nadie a quitar la vida. Si me equivoco en esto, pido a nuestro buen amigo Rafael Díaz que nos de una cátedra de Sola Scriptura en este punto también. En las revisiones, de una manera más sutíl, la iglesia sigue enseñando que no es conciencia de nadie:

Aunque no sea la conciencia de los creyentes de forma individual, la iglesia tiene el deber de transmitir los principios y las enseñanzas de la Palabra de Dios. [16]El Aborto, Orientaciones
[ENLACE, Iglesia Adventista]

En pocas palabras, sigue matando que nosotros no somos tu conciencia, cuando se trate de preservar la vida, pues para matar si te lo recomendamos. Es notorio saber que ni en la versión anterior ni en la revisada la Iglesia nunca condena la práctica del aborto, sino que que usa un verbaje de palabras ambiguas y sutiles para justificar la práctica, y para escudarse detrás de sus mentiras, mientras se siguen cometiendo estos asesinatos lucrativos dentro de los confines de sus instituciones de “salud”.

Las pólizas han sido “cambidadas”, pero solo para encubrir la práctica que todavía se lleva acabo en las institucuiones de “salud” de la denominación satánica. En pocas palabras, nada ha cambiado ni mucho menos cambiará—pues, así como Dios no cambia, el diablo tampoco (JER. 13:23)—AUNQUE ELENA HAYA DICHO LO OCNTRARIO. [16]Satanás Se Arrepintió, Elena White
[ENLACE, Centro White]

Ahora bien, David Gates confirmó todo esto también al decir “el aborto en Loma Linda es asesinato, a menos que tú lo hagas para salvar la vida de la madre.” El sca sus creencias directamente de las pólizas adventistas, que a su vez vienen de la Enmienda Hyde—no de la Biblia. Enmienda que también contiene las excusas de la violación y el incesto. Y para que vean que el diablo siempre deja rastro, aquí les traigo al mismo diablo—en persona, para que se los confirme, nuevamente…

La página web de Loma Linda todavía refleja que la Iglesia Adventista es una morgue activa—bien activa, tal como David Gates dijo. [17]Cirugía de Cambio de Sexo, ABORTOS—Universidad de Loma Linda y La Iglesia Adventista
[DOCUMENTO, Iglesia Adventista]

11/2/2020 RAFAEL DÍAZ [00:56:30] 

La Iglesia Adventista tiene un principio de reforma mejor, y que se completa. Nosotros seguimos en la línea de la profecía, como reformadores. Seguimos la reforma protestante nosotros.”

11/5/2020  JOSÉ LUIS JAVIER

Yo diría que la Iglesia Adventistas tiene un principio de reforma DIFERENTE, no mejor. ¿Pero qué tan diferente? Sigamos leyendo…

No, no estoy violentando la Sola Scriptura presentando estas cosas, sino que la estoy exaltando, y exponiendo a aquellos estafadores que la pisotean, como tú Rafael, Coyote rapaz.

En algún comentario en tu canal me preguntaste que porqué yo decía que la Iglesia Adventista es una iglesia satánica. Bueno, después de este análisis creo que la pregunta sale sobrando. Pero si quieres una respuesta más directa, te la diré: ¡PORQUE TU IGLESIA SIRVE AL DIABLO! [18]OLIVER Y SUS SECUACES, El diablo y La Iglesia Adventista [5]
[VIDEO 1:59:28, CristoVerdad]

Y si la Iglesia Adventista es una institución satánica, y tú la defiendes y le sirves, ¿qué te hace eso a tí, Rafael Díaz… un santo? Te lo dejo de tarea. Ah, y antes que se me olvide, Dios NO TIENE 28 Creencias Fundamentales, tiene diez—¡su santa ley! Y si algo no armoniza con su ley “es porque no les ha amanecido” (ISA. 8:20).

Te reto PÚBLICAMENTE a que puedas negar las evidencias y refutar—CON BIBLIA EN MANOS, una sola de estas cosas que te he mostrado aquí. Con Biblia Rafael—RECUERDA—con Biblia y no con Elena. ERES UN LADRÓN, aléjate de esa práctica. Ya estás advertido, por tu propio bien (1 COR. 6:10).

[EDICIÓN, Nov 12, 2022]

CERRANDO—Ya lo dicen las palabras legendarias del fallecido Neal C. Wilson, ex presidente de la Iglesia Adventista y padre del actual presidente, Ted Wilson, cuando dijo: “…los adventistas se inclinan hacia el aborto en lugar de combatirlo” por cuestiones de “planificación familiar y los esfuerzos adecuados para controlar la población.” Es decir, abortar es un esfuerzo adecuado para reducir “la sobrepoblación”. 

Amigo lector, esto fue publicado en la revista Ministry de la secta en el año 1991, en un artículo escrito por el Pastor George B. Gainer. Y todavía sigo sin entender como es que ese artículo todavía lo podemos encontrar en la página web de esta revista, que pertence a la secta. ¿Será una burla más? [19] Abortion History of Adventist Guidelines
[DOCUMENTO, Iglesia Adventista]

Aquí les presento la traducción del artículo completo al Español, que lo tradujo Andrew Michelle, un adventista que apoya a su secta, pero que a su vez ataca la práctica del aborto de la misma. Así es la consusión en esos entornos adventistas .

 

En ese mismo artículo, Gainer también nos recuenta una línea de tiempo sobre la práctica del aborto en los confines de hospitales adventistas, presentando el primer aborto registrado en el año 1966 en el Hospital Adventista de Glendale City, en California. 1966, y eso es lo registrado, así que esto viene de atrás, muy atrás. Y 1966 hasta hoy, ya serán millones de de asesinatos en las morgues adventistas que algunos llaman hospitales.

Andrew Michelle cubre esto y más en un video publicado en su canal de Youtube. Aunque nosotros no compartimos la oscudridad de esa sabandija, lo cierto es que hizo un buen trabajo en ese aspecto. Además, este artículo se trata de presentar la documentación adventista sobre el aborto, y él es un adventista confeso. Así que recomiendo a todos que lo vean.

’]

Y ahora el colmo de los colmos…

La Revista Visitor de la Unión de Columbia de la Iglesia Adventista, publicó el siguiente artículo el 11 de Noviembre del año 2019: ¿Cuántos Abortos Practican Los Hospitales Adventistas? [20] How Many Abortions Do Adventist Hospitals Perform?
[ENLACE, Iglesia Adventista]

Aunque nos dan cifras falsas, la realidad es que aquí están admitiendo la práctica abiertamente. Ellos nos dicen que desde el 2015 al 2016 se practicaron 188 abortos en hospitales adventistas. David Gates, quien fue director del Hospital Adventista Bella Vista en los años 80’s en Chiapas, México, dijo que Loma Linda es uno de los hospitaless que más practica abortos en Estados Unidos. Es decir, uno de los más abortistas del mundo. Y si es uno de los que más sacrifica a Moloc, decir que solo se practicaron 188 abortos en un conglomerado de más de 200 hospitales y clínicas alrededor del mundo en un período de 3 años es una burla. Te están haciendo muecas, estimado adventista. [21] La Gran Boda Entre Adán, Esteban, y La Iglesia Adventisa
[ENLACE, Iglesia Adventista]
 

¿Y por qué la admisión? Bueno, esto no es otra cosa que otro caso de oposición controlada. Toda esta información es pública y a ellos les conviene admitir parcialmente la práctica, pero controlar los númeors reales. De esta manera minimizan al daño causado, mientras siguen cauterizando las mentes adevntistas mandandolos a “orar por la iglesia”. De hecho, el artículo dice:

“Pero los niveles de abortos realizados en los hospitales y sistemas de salud adventistas no son lo que solían ser.”

Es decir, “antes matabamos muchos niños, pero ahora no matamos tanto, aune seguimos matando”.

Y com el colmo de los colmos no es suficiente en los ambientes adventistas, la Universidad de la Sierra de esa misma intitución honró al doctor Edward C. Allred con un edificio a su nombre. Allred es un alumno egresado de esa institución académica, y principal donante para el Centro Allred Para Educación Finacier, pero es a su vez el abortista más grande de la historia, con más de 250,000 abortos en su arsenal, ya que es dueño de varias clínicas de abortos en Estados Unidos, además del Casino Los Alamitos, que también contiene un hipódromo, en California. [22]Allred Center for Financial Literacy
[ESTUDIO, CristoVerdad]

El portal adventista AdventistToday, salió a la defesena de La Sierra, pues para eso se crearon ese tipo de sitios web populares adventistas, para encubrir lo incubrible. Pero para ellos tenemos una sola pregunta…

14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? —2 CORINTIOS 6:14-15

Dice un dicho que por la plata baila el mono. Al parecer los adventistas también son monos, y esto no ha de extrañarnos en una institución que también promueve la evolución. [23]Passionate Marriage, Homosexualid y Evolución en La Iglesia Adventista
[ESTUDIO, CristoVerdad]

[TERMINA LA EDICIÓN]

El profesor HIstoria y Sociología retirado, Emeritus de la Universidad Queens College en Nueva York, Ronald Llawson, publicó un ensayo académico titulado:

¿PRO QUÉ? Los Adventistas del Séptimo Día y el Aborto [24]PRO-WHAT? Seventh-day Adventists and Abortion.
[ENLACE, Ronald Lawson]

Este artículo fue presentado originalmente en una reunión de La Sociedad Para el Esdtudio Científico de La La Religión, en Raleigh, Carolina del Norte, 1993 en Estados Unidos. Llawson, al igual que George B. Gainer, da un análisis dettallado de las andanzas criminales de Babilonia Adventista através de su historia. Al final de su artículo, él dice que viajó a 60 paises para completar este trabajo, en untrabjo invetigativo que le tomó 30 años. Así que este es un trabajo extenso y muy completo—hasta su fecha original de publicación. Señores, este es un PhD, profesor Universitario, no un loquito de la calle.

Cabe destacar que Llawson también es adventista o por lo menos caminó entre ellos, pues los conoce muy bien. Y de la manera que Llawson le casa sus trapitos al sol, me pare que es uno que despertó, o que simplemente nunca estuvo dormido y por eso poudo cnecar lo que el miembro común de esa secta no entiende: que su iglesia es del mismo diabl. Así que agreguemos su trabajo a la lista de evidencias contra la “iglesia de Dios.”

 

Ronald L. Lawson Ph.D., Profesor Emérito, Queens College, CUNY
Documentos sobre el Adventismo del Séptimo Día, con algunas comparaciones con Mormones y Testigos

¿PRO QUÉ? Los Adventistas del Séptimo Día y El Aborto.

2 de Mayo, 2018 [Fecha de Publicación en Internet]
Publicado en Aborto
Ronald Lawson

Para PDF haga clic aquí: PRO WHAT? Sevneth-day Adventists and Abortion [INGLÉS]

Presentado en la Reunión de la Sociedad para el Estudio Científico de la Religión, Raleigh, Carolina del Norte, Octubre de 1993

El Problema

La Iglesia Adventista del Séptimo Día es conservadora en su interpretación de la Biblia, y típicamente mantiene estándares conservadores en temas de "familia": por ejemplo, ha adoptado reglas estrictas con respecto al divorcio y las segundas nupcias y ha declarado que los homosexuales practicantes no son aceptables como miembros [Manual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, 1990: 160]. Sin embargo, evitó recomendar una posición sobre el aborto a sus miembros, a pesar de la agudeza del debate sobre el tema dentro de la sociedad estadounidense y la relevancia de la cuestión tanto para sus miembros como para sus hospitales, hasta finales de 1992. En ese momento, a diferencia de muchas otras denominaciones conservadoras, adoptó una declaración que intentaba ser tanto Pro-Vida como Pro-Elección al mismo tiempo.

Este documento examina la evolución del tema del aborto dentro de la Iglesia Adventista y la dinámica y el significado de su reciente resolución. Destaca las tensiones entre las inclinaciones conservadoras de la teología adventista y de la mayoría entre sus miembros globales y la demanda de flexibilidad por parte de su extenso e influyente sistema hospitalario.

Métodos de Investigación

La investigación reportada aquí es parte de un gran estudio del adventismo, que ha incluido 3,000 entrevistas en profundidad con administradores de iglesias, maestros, administradores de hospitales y personal médico, pastores, estudiantes y laicos líderes en 54 países en las once "divisiones" adventistas del mundo. También ha recopilado cuestionarios de encuestados de todo el mundo y de muestras de estudiantes universitarios y miembros en América del Norte. Para este documento he agregado 22 entrevistas enfocadas con miembros y colaboradores del Comité de la Visión Cristiana de la Vida Humana, administradores de hospitales, líderes de Adventistas por la Vida y de los Servicios Adventistas de Adopción y Familia, y editores. Este documento se basa ampliamente en datos de entrevistas y encuestas y en una búsqueda de publicaciones adventistas oficiales y no oficiales que abordan el tema del aborto.­

Los Adventistas y El Aborto en El Siglo XIX

El aborto estaba muy extendido en los Estados Unidos en el siglo XIX; se estima que el 20% de los embarazos terminaron en aborto. Alrededor de 1860, la profesión médica lanzó una campaña para cambiar esto, en parte para ayudar a establecer su profesión. El aborto fue proscrito en 40 estados entre 1860 y 1880, y su prohibición fue universal en 1900 [Pearson, 1990: 92-4].

Aunque los adventistas no participaron en la cruzada contra el aborto, apoyaron su posición. Tanto el Advent Review como el Sabbath Herald, el periódico interno, y The Health Reformer, un periódico misionero fundado en 1866, publicaron artículos advirtiendo contra el aborto, llamándolo "asesinato de niños" [Gainer, 1988: 5,6; Pearson, 1990:100]. Una vez que se convirtió en editor  de The Health Reformer y  jefe del Sanatorio Battle Creek, la primera institución médica de la iglesia, y su incipiente escuela de medicina, el Dr. John Harvey Kellogg se hizo eco de estos puntos de vista. Por ejemplo, llamó a Estados Unidos "una nación de asesinos" [Pearson, 1990: 103].

Elena de White, la profeta adventista, nunca abordó el tema directamente, aunque se puede suponer que ella era consciente de ello debido a la fuerte posición adoptada por su protegido, el Dr. Kellogg, y porque su esposo incluyó un artículo de un no adventista, el Dr. E.P. Miller, criticando el aborto, junto con otros artículos relacionados con el sexo del profeta, en un libro que editó [White, 1870]. También hay evidencia considerable de que ella lo habría encontrado moralmente repugnante. Por ejemplo, puso gran énfasis en la importancia de las influencias prenatales, e instó a las madres a "consagrar a su descendencia a Dios, tanto antes como después de su nacimiento" [citado Pearson, 1990: 97].

Dado que la cruzada de los médicos resultó en leyes que prohibían los abortos, hubo poca controversia sobre el tema durante las primeras seis décadas del siglo XX.  Los adventistas permanecieron casi totalmente en silencio sobre el tema durante ese tiempo.

Directrices Para Los Hospitales Adventistas, 1970 y 1971.

El aborto volvió a ser el foco en los Estados Unidos en la década de 1960, con bebés deformes debido al uso de talidomida, una epidemia de rubéola, temores de superpoblación y una creciente demanda por parte de las familias de medios eficientes de limitación familiar debido a su afán por mantener un alto nivel de vida [Pearson, 1990: 107]. La Asociación Médica Americana apoyó el cambio en 1967, y los estados comenzaron a promulgar leyes liberalizadas. En la famosa decisión Roe vs Wade en 1973, la Corte Suprema permitió el aborto sin interferencia estatal durante el primer trimestre de gestación.

El tema se planteó a los adventistas después de que las leyes de aborto de Hawai fueron derogadas en febrero de 1970, cuando se hicieron solicitudes de abortos electivos en su Hospital Castle Memorial. (Anteriormente había realizado "abortos terapéuticos" para salvar la vida de la madre, cuando el embarazo era el resultado de una violación o incesto, o la madre estaba afligida por una ansiedad mental severa). Una de las financiadoras originales del hospital, cuya hija adolescente estaba embarazada, ejerció una presión particular. El administrador del hospital buscó el consejo de los líderes de la iglesia, solo para que le dijeran que la iglesia no había tomado ninguna decisión sobre el tema. En consecuencia, el hospital adoptó una "posición provisional", en espera de una decisión de la iglesia, para hacer abortos electivos durante el primer trimestre [Gainer, 1988: 11,12].

En marzo de 1970, la Asociación General nombró un comité para considerar qué consejo se debe dar a los hospitales adventistas. Su plan era preparar una posición que luego podría ser ratificada por la reunión cuatrienal de la Conferencia General en junio de ese año. El 17 de marzo, N.C. Wilson, presidente de la División Norteamericana, hizo una declaración que fue transmitida por el Servicio de Noticias Religiosas. Mientras expresaba simpatía por una posición pro-elección, predijo que la sesión de la Asociación General dirigiría un curso centrista sobre el aborto:

... No sentiríamos que es nuestra responsabilidad promover leyes para legalizar el aborto... ni oponerse a ellos...

Aunque caminamos por la cerca, los ASD se inclinan hacia el aborto en lugar de contra él. Debido a que nos damos cuenta de que nos enfrentamos a grandes problemas de hambre y sobrepoblación, no nos oponemos a la planificación familiar y a los esfuerzos apropiados para controlar la población [citado por Gainer, 1988: 13].­

Wilson agregó que sería difícil para la denominación tomar una posición dura y rápida sobre el aborto debido a su actividad global.

El 13 de mayo de 1970, los oficiales de la Asociación General votaron para aceptar "pautas sugestivas para abortos terapéuticos", el primer pronunciamiento formal hecho por la iglesia adventista. El propósito declarado de este documento era informar las políticas de los hospitales adventistas en los Estados Unidos.  Permitió abortos, previa consulta con dos colegas, durante el primer trimestre en las siguientes condiciones:

1.      Cuando la continuación del embarazo puede amenazar la vida de la mujer o perjudicar gravemente su salud.

2.      Cuando es probable que la continuación del embarazo resulte en el nacimiento de un niño con deformidades físicas graves o retraso mental.

3.      Cuando la concepción ha ocurrido como resultado de una violación o incesto [Ministerio, marzo de 1971].

Estas condiciones eran muy similares a las presentadas por el American Law Institute en su Código Penal Modelo, emitido en 1959, en el que sugería reformas que actualizarían la ley con lo que entonces era la práctica en la mayoría de los hospitales [Luker: 1984, 65, 278]. Sin embargo, la situación en los Estados Unidos había cambiado dramáticamente desde entonces. En consecuencia, cuando los miembros de la comunidad médica adventista se opusieron a las nuevas directrices sobre la base de que eran inadecuadas, los líderes de la iglesia decidieron no llevarlas a la Sesión de la Asociación General para su aprobación.

En lugar de esto, los oficiales de la Asociación General decidieron ampliar el comité anterior de pautas de aborto "para estudiar qué consejo se debe dar con respecto a los abortos electivos" [Actas, 6 de julio de 1970, citadas por Gainer, 1988: 16]. En julio de 1970, R.R.Bietz, vicepresidente de la Asociación General, se reunió con los líderes del hospital de Hawái. En una carta posterior, escribió que varios de los médicos que usaban el hospital deseaban hacer más que abortos terapéuticos, y si esto no estaba permitido.

"Es bastante probable que también lleven a sus pacientes [a otros hospitales] para otros tratamientos. Esto podría significar una pérdida de buena voluntad y también patrocinio para Castle Memorial ... Algunos grandes contribuyentes al Castle Memorial Hospital sienten que deberíamos estar dispuestos a trabajar en armonía con las leyes del estado. En su opinión, los fondos comunitarios, federales y estatales han hecho de este un hospital comunitario para todos los propósitos prácticos. Razonan, por lo tanto, que los deseos de la comunidad deben ser tomados en consideración..."

La situación se complicó aún más por el hecho de que varios de los médicos adventistas se oponían a hacer abortos electivos:

"Si la decisión fuera abortar más allá de lo que están haciendo ahora, los médicos adventistas sin duda podrían estar satisfechos o al menos silenciados si la administración [del hospital] tuviera el apoyo de la organización eclesiástica superior".  [Bietz a W.J.Blacker, presidente de la Unión del Pacífico, 8 de julio de 1970, citado por Gainer, 1988: 15].

En diciembre de 1970, el jefe de personal del Castle Memorial Hospital escribió al presidente de la Asociación General para quejarse del tiempo transcurrido sin una decisión. Agregó que había "información bastante confiable" de que varios hospitales adventistas de la costa oeste habían "liberalizado en gran medida" sus definiciones de aborto terapéutico, y argumentó que esto era un precedente para permitir la solicitud de Castle Memorial [Raymond deHay a R.H. Pierson, 16 de diciembre de 1970, citado por Gainer, 1988: 17-18]. Posteriormente, el comité de aborto pasó un tiempo considerable discutiendo los fuertes aumentos en el número de abortos terapéuticos en ciertos hospitales adventistas, que habían saltado de 3 a 79 entre 1968 y 1970 en un caso y de 4 a 34 en otro [Actas, 25 de enero de 1971, citadas por Gainer, 1988: 19-20].

La nueva posición, titulada "Declaración de principios sobre la interrupción del embarazo" porque cubría tanto los abortos terapéuticos como los electivos [N.C. Wilson a W.J. Blacker, 13 de julio de 1971, citado por Gainer, 1988: 23], fue finalmente votada por los oficiales de la Asociación General el 21 de junio de 1971. Se eliminó la necesidad de consultar con otros médicos antes de realizar un aborto, y las condiciones bajo las cuales el aborto era aceptable se ampliaron considerablemente. Dos de las condiciones originales fueron liberalizadas: "seriamente" fue eliminado como un calificativo de una amenaza para "perjudicar la salud [de la mujer]", y "deformidades físicas y retraso mental" ya no tenía que ser "grave". Se añadieron dos condiciones adicionales:

"Cuando el caso involucra a un niño soltero menor de 15 años".

"Cuando por alguna razón los requisitos de la vida humana funcional exigen el sacrificio del menor valor humano potencial" [Widmer, 1986: 15, énfasis suministrado].

En una carta a Wilson, quien en gran medida dio forma a los cambios, W.R.Beach, Secretario de la Conferencia General, observó que la condición final "cubriría razones menos definitivas para cualquier interrupción del embarazo" [8 de marzo de 1971, citado por Gainer, 1988: 21]. De hecho, era tan vago que parecía abrir el camino al aborto a pedido. Castle Memorial Hospital, encontrando la redacción de las pautas "lo suficientemente amplia como para interpretar de cualquier manera que elija" [entrevista con Marvin C. Midkiff, administrador del hospital, citada por Gainer, 1988: 24], permitió abortos electivos hasta la vigésima semana de gestación, e incluso más tarde cuando había "razones sociales o médicas convincentes" [Bietz a Blacker, 8 de julio,  1970, citado por Gainer, 1988: 24].

Al crear pautas de aborto para los hospitales adventistas, los líderes de la iglesia habían mostrado un asombroso afán de estar en sintonía con el cambiante clima de opinión [véase, por ejemplo, W.R. Beach a N.C.Wilson, 8 de marzo de 1971, citado por Gainer, 1988: 22]. Al llegar a su posición, no habían pedido estudios teológicos ni éticos, sino que se habían sometido al juicio de su establecimiento médico, ya que "la realización de abortos" es "el asunto propio del personal responsable de los hospitales" [Ministerio, marzo de 1971, 10-11]. Además, han concedido a los hospitales un alto grado de autonomía en la interpretación de las directrices a medida que elaboran sus propias políticas.

Las directrices anteriores de 1970 fueron distribuidas inicialmente por la Conferencia General entre los hospitales en forma duplicada. Finalmente, en marzo de 1971, fueron publicados en Ministry, el periódico adventista para el clero [10-11]. Fue peculiar que este anuncio no contuviera ningún indicio de que el desarrollo de una nueva declaración ya estaba muy avanzado, y que los dos artículos adjuntos por el personal de la Asociación General, uno de los cuales era presidente del comité de aborto en curso, se opusieran a todos menos a los abortos terapéuticos [Beach, 1971: 3-6; Waddell, 1971: 7-9]. La segunda declaración, de junio de 1971, también se distribuyó entre los hospitales, pero sus disposiciones no se publicaron durante 15 años [Widmer, 1986: 14-15;  Ministerio, 1988: 18-20]. Esta situación causó una gran confusión entre el clero adventista y los laicos con respecto a la postura de la iglesia sobre el aborto y su práctica en sus instituciones médicas. En varias ocasiones, editoriales y artículos en periódicos de la iglesia citaron las pautas reemplazadas de 1970 como actuales [Durand, 1983: 14; Wood, 1985:21; Johnsson y Widmer, 1986: 11-17]. Cuando el editor  de la Revista Adventista se  negó a corregir errores flagrantes en el artículo de 1986, Gainer concluyó que la iglesia se había involucrado en una política de duplicidad y ofuscación deliberada [Gainer, 1988: 27-30].

Los Miembros Adventistas y El Aborto

Mientras tanto, los miembros adventistas recibieron mensajes contradictorios de su iglesia con respecto al aborto.  Los periódicos de la Iglesia abordaron el tema con poca frecuencia, pero cuando lo hicieron fueron "marcadamente más conservadores que el pensamiento representado en las Pautas de la Asociación General" [Pearson, 1990: 123]. Mientras que un artículo ocasional abogaba por una posición moderada, permitiendo abortos en situaciones especialmente difíciles [Londis, 1974], la gran mayoría adoptó posturas fuertemente opuestas al aborto [Dick, 1971; Gow, 1977; Drennan, 1977; Muller, 1985; Sabbath School Quarterly,­ agosto de 1982]. Sin embargo, los consejos a las mujeres de sus pastores variaron considerablemente [Sweem, 1988: 14], y muchas de las jóvenes embarazadas que optaron por utilizar los Servicios Adventistas de Adopción y Familia informaron que habían sido fuertemente aconsejadas por los decanos de mujeres, maestros y pastores de la universidad y la academia para dejar atrás el problema al tener un aborto [entrevista].

Algunos adventistas estadounidenses se convirtieron en activistas pro-vida. Adventistas por la Vida fue fundada en 1985 en Loma Linda, un centro adventista en el sur de California, después de que una adventista con una novia embarazada fue disuadida de insistir en que abortara [entrevista]. Cuando su intento de encontrar un grupo adventista pro-vida pareció dejar estupefacto al portavoz de la Asociación General, lo formó como una organización local. Más tarde se fusionó con un grupo de Texas, la Sociedad Adventista de Educación sobre el Aborto, y se hizo nacional. Surgió de un ministerio de crisis de embarazo en 1991. Sin embargo, AFL sigue siendo un grupo pequeño, con sólo 81.000 personas en su lista de correo. Pocos pastores adventistas están dispuestos a permitir que sus líderes hablen en sus iglesias, y su existencia nunca ha sido reconocida en un periódico adventista.

Varios adventistas con convicciones pro-vida llegaron a percibir a la iglesia como tan fuertemente pro-elección que renunciaron a su membresía: "No podríamos continuar con la comunión con una iglesia que se preocupa más por usar un anillo de boda que por abortar bebés" [Banks, 1990: 37; c.f. Wood, 1985: 21] Una de ellas, Patti McKinney, fue cofundadora de WEBA (Mujeres explotadas por el aborto),  Una organización con 36,000 miembros y capítulos en 30 estados. Cuando trató de compartir su misión de ayuda para las mujeres que, como ella, necesitaban sanación postaborto con la Conferencia General, le dijeron: "Sal de tu caja de jabón o sal de la iglesia" [Gainer, 1988: 35-6].

Los datos de la encuesta indican que si bien hay profundas divisiones entre los adventistas en América del Norte con respecto al aborto, la mayoría de los laicos, en particular, expresan sentimientos pro-vida. A los entrevistados, que en su mayoría eran empleados de la iglesia, se les pidió que completaran un cuestionario posterior a la entrevista, que preguntaba si estaban de acuerdo con "llevar a cabo abortos en hospitales adventistas". De los 485 encuestados que respondieron a la pregunta en los Estados Unidos y Canadá, 185 (38.1%) estuvieron de acuerdo o muy de acuerdo, mientras que 183 (37.8%) estuvieron en desacuerdo o muy en desacuerdo, una división pareja. Sin embargo, la baja proporción que respondió "totalmente de acuerdo" (6,8%) sugirió una renuencia a respaldar la propuesta con entusiasmo. En contraste, una encuesta aleatoria de laicos norteamericanos que usaron la misma pregunta los encontró más opuestos (33.8% de acuerdo, 39.5% en desacuerdo). Otra encuesta de 1.200 miembros en América del Norte llevada a cabo bajo los auspicios de la Universidad de Loma Linda preguntó "¿bajo qué circunstancias considera que el aborto es aceptable?" Solo el 13% lo encontró aceptable bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, mientras que el 84% lo permitiría si el embarazo amenazara la vida de la madre, y el 70% si fuera el resultado de una violación o incesto, la aprobación luego cayó bruscamente al 38% si el feto tenía discapacidades físicas o mentales, el 21% si la madre tenía 15 años o menos, el 10% si el padre no puede pagar un hijo.  y 1% para la selección del sexo. Una gran mayoría (54.7% a 27.5%) estuvo de acuerdo en que "la iglesia debería tomar una posición contra el aborto, excepto en el caso de violación, incesto o peligro para la vida de la madre". [1] Mientras que una  encuesta de 894 jóvenes de 18 a 20 años de edad de familias adventistas en América del Norte realizada por el Instituto de Ministerio de la Iglesia de la Universidad Andrews encontró que el 43% está a favor y el 39% se opone a "las leyes que restringen los abortos, excepto en los casos en que la vida de la madre está en peligro o que resultan de una violación", el 63% pensó que "el aborto cuando un embarazo es inesperado o no deseado" estaba mal y el 17% tenía razón [Dudley,  1991:10,11].

¿Cómo se comparan estos datos norteamericanos con otros segmentos de esta iglesia global? Mi muestra incluye 1194 encuestados de 54 países en las once "divisiones" de la Conferencia General. [2] Los de Australia y Nueva Zelanda se sentían un poco más cómodos con los hospitales adventistas que realizaban abortos (40.8% a 36.9%) que sus contrapartes estadounidenses. Sin embargo, los europeos se sentían mucho menos cómodos (26,9% a 53,8%), y los encuestados de todas las secciones del Tercer Mundo se opusieron muy fuertemente, colectivamente 19,8% a 59,0%. Cuando los extranjeros, que en su mayoría eran norteamericanos, fueron eliminados de este último segmento, se opuso aún más fuertemente, 18.3% a 64.3%.

Dados estos sentimientos, es poco probable que las mujeres adventistas den a conocer el hecho cuando han tenido un aborto. Por lo tanto, los datos sobre la medida en que las mujeres adventistas utilizan los abortos sólo pueden ser fragmentarios e impresionistas. Una encuesta temprana (1971) de "consejeros" adventistas (pastores, médicos, consejeros escolares) encontró que todas menos una habían sido abordadas por mujeres que contemplaban abortos, un promedio de seis por año [Hall, 1971: 38]. Charles Wittschiebe, el decano de consejeros adventistas en el área del sexo, concluyó en 1974 que "un número inquietante de nuestras mujeres jóvenes" estaban "recurriendo al aborto" [133]. Volviendo a la evidencia más reciente, la sensación entre el personal de Adventist Adoption and Family Services de que muchas más estudiantes adventistas embarazadas eligen seguir el consejo frecuente de los decanos de elegir el aborto que tomar la opción de adoptar o mantener a sus bebés está respaldada por informes de otros encuestados de que la mayor parte de los clientes en clínicas de aborto cerca de varias universidades adventistas son estudiantes adventistas [entrevistas]. Un funcionario de Adventist Singles Ministries informó que "Cada mes, mientras viajo a través de América del Norte, me enfrento a de cuatro a seis solteros que están tratando de aceptar su participación personal en un aborto" [Day, 1986: 6-7].

Pearson argumenta convincentemente que debido a la alta prioridad dada a la educación dentro del adventismo, es probable que los jóvenes ocupacionalmente ambiciosos o los padres preocupados por proporcionar una educación eclesiástica para los niños que ya tienen recurran al aborto. Esto es especialmente probable ya que el procedimiento ha sido legalizado, ya que los adventistas se enorgullecen de ser ciudadanos respetuosos de la ley, y se inclinan a equiparar la legalidad con la rectitud moral [1990:127,131]. Terian agrega que desde que la iglesia adventista legalizó el aborto en sus hospitales antes de Roe vs. Wade, los adventistas tienen una doble legalización para guiarlos [1992:208].

Además, a pesar de los debates ocasionales sobre los baby showers para madres solteras en los periódicos de la iglesia local, el embarazo soltero todavía está ampliamente estigmatizado en el adventismo norteamericano. Por ejemplo, cuando se le pidió a la jefa de Servicios Adventistas de Adopción y Familia que hablara en un servicio religioso en la Universidad Andrews, la decana de mujeres le pidió que describiera su trabajo como si fuera un ministerio de alcance a los no adventistas en lugar de un servicio que atiende a adventistas solteras embarazadas, para que no ofenda a los padres de los estudiantes [entrevista]. Debido a que el embarazo no se puede ocultar sin un aborto, es más fácil abortar.

Práctica Hospitalaria

Dadas las pautas de la Asociación General de 1971, ¿qué políticas de aborto desarrollaron los hospitales adventistas en los años posteriores a Roe vs. Wade?

Se han reportado tres encuestas de hospitales estadounidenses. Todos encontraron una variedad considerable en las políticas y la práctica, lo que sugiere que la vaguedad de la quinta directriz ha creado incertidumbre, confusión y, en algunos casos, cinismo.

­La encuesta de Winslow de 1988 de 51 hospitales obtuvo 26 respuestas. Veintitrés de ellos habían desarrollado políticas escritas sobre abortos. De estos, seis utilizaron las directrices de 1971, uno las directrices de 1970, los otros eran más independientes. Seis fueron más restrictivas que las directrices, permitiendo ningún aborto en absoluto o solo cuando la vida de la madre estaba amenazada. Todos, excepto uno de los otros, restringieron los abortos a aquellos que clasificaron como "terapéuticos". Uno permitía abortos electivos hasta la vigésima semana de gestación [Winslow, 1992: 242-245].

El Ministerio recibió 39 respuestas de una encuesta de 52 hospitales en los Estados Unidos y Canadá que informó en 1988. Sus hallazgos apoyaron los de Winslow: 28 realizaron abortos terapéuticos, 6 reportaron pocos o ninguno en los últimos años, y uno, aunque negó haber hecho abortos electivos, admitió haber hecho abortos "sociales", "lo que sea que eso signifique" [Spangler, 1988: 18] [3]

Pearson encuestó a hospitales adventistas en los Estados Unidos casi al mismo tiempo, pero recibió respuestas de solo 20 de 56. Sin embargo, sus datos revelaron la diversidad de su práctica a pesar de su "marcada renuencia" a responder a su solicitud de "información estadística sobre los procedimientos de aborto". Por ejemplo, mientras que un hospital tenía una proporción de un aborto por cada 1.402 admisiones a su departamento de obstetricia y ginecología, la proporción de otro era de uno a nueve [Pearson, 1990: 124-5; 1988: 5]. Pearson concluyó que la evidencia indicaba que "algunos hospitales adventistas [habían] realizado un número considerable de abortos electivos en los últimos quince años más o menos" [1990:133]. Esta conclusión está respaldada por el hecho de que en 1986 la American Hospital Association Guide to the Health Care Field enumeró 12 de los 56 hospitales adventistas en los Estados Unidos como ofreciendo "servicios de aborto" incluyendo "un programa e instalaciones" [citado por Gainer, 1988: 31]. Además, en correspondencia confidencial con los administradores del hospital, Pearson confirmó que los abortos se estaban llevando a cabo por "razones triviales" [1990: 126].

En contraste, las encuestas de hospitales adventistas en el Tercer Mundo realizadas tanto por Pearson como por el autor encontraron políticas mucho más estrictas. A lo sumo, realizarían abortos solo si la vida de la madre estaba amenazada; algunos declararon que consideraban todos los abortos como inmorales y que no harían ninguno [Pearson, 1990: 125]. Sin embargo, mis entrevistas en Australia y Alemania encontraron que los hospitales allí tenían políticas bastante liberales.­

Inconsistencia y Confusión

La postura de la iglesia adventista hacia el aborto era, por lo tanto, inconsistente y confusa. Mientras que los periódicos de la iglesia y la mayoría de los miembros adoptaron una posición conservadora contra el aborto, algunos hospitales adventistas fueron permisivos en sus políticas. Estos últimos fueron apoyados en esto por las directrices liberales de 1971 de la Asociación General, que no fueron publicadas entre los miembros de la iglesia hasta 1986.

En un esfuerzo por explicar estas discrepancias, Pearson señaló que las políticas hospitalarias fueron elaboradas por el personal médico y los comités de ética hospitalaria, pero muchos médicos, e incluso los jefes de los departamentos del hospital, no eran adventistas, y de hecho esto se había extendido cada vez más durante la rápida expansión del sistema hospitalario adventista en Estados Unidos durante la década de 1970 y principios de la década de 1980 [1988: 5]. Tanto Pearson como Stirling, sociólogo de la Universidad de Loma Linda, agregaron que en aquellos casos en que los adventistas operaban el único hospital en una ciudad, a menudo estaba bajo una presión considerable para proporcionar servicios de aborto regulados solo por el fallo de la Corte Suprema [Stirling, 1979: 119]. Aunque Gainer no negó esto, descubrió que los hospitales con las mayores proporciones de abortos por nacimiento estaban ubicados en el área metropolitana de Washington DC, cerca de la sede de la Asociación General [archivo de la Comisión de Estudio del Aborto de la Conferencia Potomac]. Llegó a la conclusión de que la iglesia había permitido la política del hospital por razones financieras y estaba tratando de enmascararla de los miembros [1988:27].

Por lo tanto, a pesar del hecho de que a mediados de la década de 1980 la Iglesia Adventista dirigía una red de más de 400 instituciones de salud en todo el mundo y las mujeres miembros inevitablemente enfrentaban su parte de embarazos de crisis, no tenía una posición consistente sobre el aborto, ni había fomentado aún ninguna discusión sostenida sobre el tema. En cambio, se desvió de acuerdo con la cultura local. Dada esta situación, y el debate cada vez más amargo en la sociedad, no es sorprendente que los líderes de la iglesia a menudo declararan que la iglesia había evitado adoptar una posición:­

Los temas involucrados y las diferencias de opinión son tan grandes que se pensó que era mejor no esforzarse por establecer una posición oficial. También está la actual situación política volátil que rodea la cuestión y la iglesia no desea verse enredada ... [F.W.Wernick (vicepresidente de la Asociación General) a G.F.Gibson, 7 de abril de 1977, citado por Pearson, 1990:133].

Esta declaración era técnicamente correcta: la iglesia había emitido directrices a sus hospitales, no una declaración de lo correcto y lo incorrecto que moldearía la conducta de sus miembros y la colocaría en un lado u otro del debate nacional. Además, ambos conjuntos de directrices habían sido votados sólo por el poderoso pero en ese momento­ comité ad hoc compuesto por los miembros de la Mesa de la Conferencia General, en lugar del Comité oficial de la Asociación General, que generalmente sellaba las recomendaciones de los funcionarios. Cuando se publicó la declaración de 1971, el secretario del renombrado Comité sobre la Interrupción del Embarazo observó en su carta de presentación que "esto es cuasi oficial sin el pleno visto bueno de los hermanos" [C.E.Bradford, 19 de agosto de 1971, citado por Gainer, 1988: 24].

El Aborto Entra en Foco

La situación de deriva cambió dramáticamente en octubre de 1985, cuando manifestantes que representaban a iglesias cristianas conservadoras hicieron piquetes en el Hospital Adventista de Washington, protestando por su programa de aborto, una acción que fue reportada en el Washington Post. En años anteriores, cuando era difícil obtener un aborto en cualquier hospital en Washington o sus alrededores, un grupo de obstetricia muy liberal en WAH había sentido que debían proporcionar abortos, y desde entonces habían hecho mucho [entrevista]. Los manifestantes afirmaron que los registros hospitalarios mostraban que se habían realizado 1.494 abortos allí entre 1975 y 1982. Los piqueteros llevaban un letrero diseñado para agitar a los adventistas que, con su énfasis en la observancia del sábado, se ven a sí mismos como guardianes de los Diez Mandamientos: "Adventistas: ¡Recuerden también el 6º Mandamiento!" [­Washington Post, 5 de octubre de 1985; ­ Ministerio, enero de 1988:3,17] En el período siguiente, los adventistas se sintieron aún más avergonzados por las manifestaciones en otros hospitales [Spangler, 1988:17]. En 1990, el Centro Médico de la Universidad de Loma Linda fue protestado no solo porque había realizado abortos, sino porque había sido felicitado por la Asociación Médica de California por la investigación avanzada sobre el tejido fetal [entrevista].

La manifestación en WAH fue especialmente embarazosa para los líderes de la iglesia debido a su proximidad a la Conferencia General y su sensibilidad a la imagen pública de la iglesia en Washington. Tuvo lugar en un momento, durante la administración Reagan, cuando el aborto estaba en el centro del debate público y las fuerzas pro-vida parecían estar en racha política. Los líderes adventistas, cuya preocupación por estar en sintonía con la opinión pública sobre el tema desde 1970 se señaló anteriormente, se preguntaron si ahora estaban fuera de sintonía con él. Un coro de laicos hizo preguntas y comenzó a aplicar presión desde diferentes puntos de vista. El tema del aborto fue repentinamente puesto bajo un escrutinio minucioso dentro del adventismo en América del Norte. Esto implicó cuatro ejes principales:

En primer lugar, la prensa de la iglesia ahora abordó el tema sistemáticamente. La Revista Adventista publicó el núcleo de las declaraciones de 1970 y 1971: la  primera vez que cualquier parte de las directrices de 1971 apareció impresa [Widmer, 1986: 14-15],  y la Revista­ (25 de septiembre de 1986), Insight, la revista para jóvenes [enero de 1988] y­ el Ministerio intentaron publicar artículos que representaran las diferentes opiniones entre los adventistas. Sin embargo, los dos últimos continuaron mostrando simpatía por la posición pro-vida. Por ejemplo, el Ministerio ­publicó una serie de cuatro artículos sobre el aborto durante 1988, todos los cuales eran al menos implícitamente críticos de las directrices hospitalarias de 1971. 4] Dos tomaron fuertes posiciones pro-vida [Fredericks, 1988: Sweem, 1988]. Otro criticó el enfoque pragmático que la iglesia había adoptado para la cuestión, que había estado "muy en el espíritu de la época" [Pearson, 1988: 6]. El cuarto artículo argumentó que la decisión de abortar nunca debe tomarse a la ligera, y las razones de conveniencia y conveniencia son "moralmente inaceptables" [Winslow, 1988: 15]. Un editorial que acompaña al primero de los artículos del Ministerio pidió que "la iglesia estudie cuidadosamente este tema desde puntos de vista teológicos y éticos" para "formular una posición adventista viable sobre el aborto, especialmente en lo que se refiere a las políticas que rigen nuestro sistema hospitalario" [Spangler, 1988: 17-20].  El Ministerio informó seis meses después que "Nuestros artículos sobre el aborto han tocado un nervio sensible. Estamos recibiendo más correo sobre este tema que sobre cualquier otro artículo publicado recientemente. Las cartas van 10 a 1 a favor de que la iglesia adopte un estándar más estricto" [Julio 1988: 3].

Estas cuestiones fueron planteadas por editores masculinos, la mayoría de los artículos fueron escritos por hombres, y en la medida en que algunos administradores de hospitales estaban pidiendo a la iglesia que aclarara la confusión, ellos también eran en su mayoría hombres. Las publicaciones de las organizaciones que representan a las mujeres adventistas no entraron en la refriega. Uno de los editores de este último alentó explícitamente artículos o cartas que trataban sobre el aborto [Ponderings, 3:2,1990:20] pero recibió sólo uno [Ponderings, 4:1, 1990:1]. Una editora de La Mujer Adventista explicó que el aborto no era un tema de preocupación entre su electorado en ese momento. Debido a su estilo de vida, no se enfrentaron personalmente al problema, las pautas prevalecientes de 1971 proporcionaron a los hospitales la flexibilidad que algunos miembros podrían haber pensado que era ideológicamente necesaria, y estaban demasiado absortos con el debate concurrente sobre si alterar la política denominacional para permitir la ordenación de pastoras. Sin embargo, otro editor declaró que habían evitado el tema porque las mujeres adventistas estaban muy polarizadas sobre él [entrevistas].

En segundo lugar, los eruditos comenzaron a investigar el tema de los hospitales adventistas y el aborto. Gainer [1988] se centró en la historia de las directrices hospitalarias de 1970 y 1971, mientras que tanto Winslow [1992] como Pearson [1990] encuestaron a los hospitales adventistas con respecto a sus políticas y prácticas [ver arriba].

En tercer lugar, la reunión constituyente de la Conferencia de Potomac, cuyo territorio contenía dos hospitales, el Hospital Adventista de Washington y el Hospital Adventista Shady Grove, que habían sido objeto de protestas pro-vida, votó para formar una comisión de estudio para examinar las políticas de aborto en los hospitales y los registros de los números y razones de los abortos allí. El informe solicitado fue llevado a otra reunión de la circunscripción en septiembre de 1991 [documentos de la Comisión de Estudio del Aborto]. Los discursos que acompañaron la presentación del informe explicaron, señalando las estadísticas de aborto y las declaraciones de política hospitalaria contenidas en el informe, que las políticas de aborto de los hospitales "no hacen absolutamente ninguna distinción entre realizar un aborto para salvar la vida de una madre o realizar un aborto para destruir la vida del feto simplemente porque es una mujer,  el caso en la mayoría de los abortos de selección de género".

Además, la proporción de abortos a nacidos vivos fue considerablemente mayor en SGAH (4.438 nacimientos y 329 abortos en 1990) que en el Hospital de Florida, la mayor de las instituciones médicas adventistas (4.228 nacimientos y 14 abortos), donde su política de aborto declaró que "... la interrupción del embarazo por razones socioeconómicas está prohibida" [Gainer, documentos de la Comisión de Estudio del Aborto].

Después de un debate considerable, los delegados aprobaron una moción para apelar a los dos hospitales:

Adoptar e implementar inmediatamente políticas de aborto que prohíban institucionalmente los abortos por razones sociales o económicas, incluida la conveniencia, el control de la natalidad, la selección de género o evitar la vergüenza; limitar el procedimiento de aborto a aquellos momentos en que un embarazo amenaza la vida física de la madre, cuando el feto es gravemente anormal y en casos de violación o incesto. El nombramiento de un comité encargado de revisar prospectivamente todas las solicitudes de aborto sería esencial para garantizar la implementación de estas directrices [Weber, 1991: 25].

La moción también pedía a la Comisión de Estudio del Aborto que continuara monitoreando las políticas y los números de aborto, y que informara a otra reunión de la circunscripción. Estos eventos avergonzaron a los líderes de la iglesia, que no estaban dispuestos a presionar a los administradores del hospital para que cumplieran plenamente con las solicitudes de datos.

Finalmente, el Centro de Bioética Cristiana de la Universidad de Loma Linda planeó una conferencia para noviembre de 1988 titulada "Aborto: cuestiones éticas y opciones". Su propósito declarado era dar una oportunidad a los adventistas calificados de diferentes partes de la iglesia mundial de "expresar diferentes puntos de vista sobre la moralidad del aborto en una atmósfera de diálogo abierto" [Larson, 1992: xi]. Si bien no formularía recomendaciones para el liderazgo de la iglesia, los organizadores esperaban que la conferencia ayudara a surgir un consenso denominacional [entrevista].

Sin embargo, la conferencia inesperadamente generó una acción sobre el tema cuando los miembros del Comité de la Asociación General, mientras consideraban una solicitud de fondos para la conferencia, expresaron su preocupación de que la Universidad de Loma Linda estuviera tomando el control del tema del aborto. Esto resultó directamente en la creación del Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana por parte de la Conferencia General, cuya primera tarea fue abordar el tema del aborto [ver más abajo]. El comité fue anunciado en el Ministerio en noviembre de 1988, el mes de la conferencia.

El presidente Wilson también expresó su nerviosismo acerca de la conferencia de otras maneras: aunque la Conferencia General proporcionó $ 5,000 para el costo de la conferencia, insistió en que no se identificara con la Conferencia General [entrevista]; también exigió que los documentos de la conferencia no se publicaran mientras el tema estuviera resuelto [Reid a Larson, 30 de agosto de 1988]. Sin embargo, la conferencia señaló firmemente el camino para el nuevo Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana. Aunque los 36 artículos presentados representaban una variedad considerable en sus puntos de vista, desde pro-vida hasta opciones considerables, la visión predominante era una posición "centrista" que fue adoptada por varios especialistas en ética. Uno de ellos instó explícitamente a que la iglesia desarrollara pautas que incluyeran tanto "respeto por la libertad de conciencia" – "para el adventismo histórico, la conciencia de una persona es inviolable" – como una visión de la vida humana como "preciosa y merecedora de protección" – una visión que está indignada por los 1.5 millones de abortos por año en los EE.UU. [Walters, 1992: 175,177]. También resultó ser significativo que, en términos generales, los autores de los artículos en ambos extremos tendían a haber recibido menos educación formal que los autores de los artículos centristas [entrevista].

La conferencia fue finalmente bien recibida en todos los sectores, incluyendo la Conferencia General [Reid a Larson, 23 de noviembre de 1988; ­Spectrum, mayo de 1989:1]. Su reputación se extendió tanto que fue emulada por la Iglesia Presbiteriana, que invitó a su organizador, David Larson, a ser consultor para una conferencia celebrada en Kansas City [entrevista].

La Realización de Una Declaración Oficial

La solicitud del Centro de Bioética de fondos para su conferencia estimuló una discusión improvisada sobre el aborto en el Comité de la Asociación General. Muchos ahora sentían que el liderazgo de la iglesia ya no podía ignorar el tema, pero se sentían incómodos con la perspectiva de que la Universidad de Loma Linda tomara la iniciativa. El Dr. Albert Whiting del Departamento de Salud y Templanza notó a aquellos que parecían especialmente interesados, y luego los convocó a una reunión. Su recomendación de que se formara un comité para abordar el tema finalmente se realizó, y Whiting, debido a su iniciativa, fue nombrado presidente. Invitó a los miembros del Comité de la Asociación General que habían expresado interés a ser miembros, y comenzó a elaborar una lista de la que se elegirían otros. Aunque Whiting "no preguntó a los posibles miembros su posición sobre el tema, sino solo si estaban bien informados y dispuestos" [entrevista], la configuración de la membresía del comité fue vital para el énfasis de las declaraciones que produjo.

Whiting estaba "preocupado por representar disciplinas relevantes" en el comité [entrevista]. El resultado fue un grupo altamente educado. Cuando el comité fue nombrado por primera vez, los líderes de la iglesia se enorgullecían de que siete de los 28 miembros fueran mujeres; nunca antes un subcomité de la Asociación General había tenido tal proporción de mujeres. Sin embargo, en su primera reunión, varios miembros argumentaron que no podía tener credibilidad con la iglesia en un tema tan bajo con una proporción tan baja de mujeres. El comité votó entonces que no podía seguir adelante a menos que la mitad de los miembros fueran mujeres. Los líderes de la iglesia acordaron agregar más mujeres, y Whiting finalmente se acercó a representantes de grupos de mujeres para obtener nombres [entrevista]. Casi todos los agregados eran profesionales altamente educados. A partir de entonces, a menudo había más mujeres asistiendo a las reuniones que hombres [Winslow, 1991; ­Adventist Woman, Feb/March 1990:1]. Se ha suscitado el interés de las mujeres por la cuestión.

Después de que se agregaron más mujeres, las ocupaciones representadas se enumeraron como "abogadas, educadoras, personal de la Asociación General (que incluía a las de Administración, Investigación Bíblica, Ministerios de la Iglesia, Educación, Medicina y Comisión de Mujeres), amas de casa, administradoras de hospitales, enfermeras, pastoras, médicos, psicólogos, educadores de Vida Familiar, terapeutas matrimoniales y familiares" [Mazat, 1993: 18]. La mayoría de los que estaban regularmente activos en el comité tenían conexiones hospitalarias y / o médicas (aunque en algunos casos fueron a través de miembros de la familia), "era su problema" [entrevista].

Dada la concentración de miembros altamente educados, muchos con conexiones médicas y la mitad de los cuales eran mujeres profesionales, el resultado fue que, en comparación con el adventismo en su conjunto, la posición pro-vida estaba subrepresentada en el comité. Aunque sus nombres fueron sugeridos, los adventistas pro-vida más conocidos, como George Gainer, quien fue responsable de la formación del Comité de Estudio del Aborto de la Conferencia Potomac, y Teresa Beem, entonces presidenta de Adventistas por la Vida, fueron omitidos del comité porque "ya habían tomado una posición" [entrevistas]. El comité, tal como se estableció originalmente, se quedó casi sin representantes pro-vida, aparte del editor de Ministry, cuyas opiniones no se conocían de antemano. Más tarde fue a Whiting, argumentando que estaba desequilibrado, y se agregaron otros tres, pero esto no fue hasta después de que se escribió el primer borrador de las declaraciones [entrevista].

Primero se pidió al comité que preparara borradores de una "declaración de consenso" sobre el aborto y de directrices para las instituciones de atención médica relacionadas con la iglesia [Diálogo, 2: 1, 1990: 32]. El primero fue visto como una declaración de principios "dirigida hacia una mujer que enfrenta un aborto" [Actualización, Sept.1993: 6]. Este segmento del documento se centra en la configuración de ese documento.

El comité se reunió dos veces al año durante tres días cada vez, a partir de 1989. Aunque la membresía del comité estaba sesgada lejos de los activistas pro-vida, los puntos de vista representados variaron considerablemente, e inicialmente llevaron a los miembros clave a la desesperación de llegar a un consenso [Winslow, 1991].  Sin embargo, se avanzó a medida que el proceso se convirtió en uno de "buscar el término medio" [­Adventist Woman, Feb./March 1990:3]. De hecho, los miembros del comité a menudo se entusiasmaron con el proceso:

"Participar durante dos años como miembro laico de la... Comité... me ha hecho tener más esperanzas acerca de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de lo que he estado durante veinte años... Los miembros expresan vigorosamente opiniones ampliamente divergentes, se escuchan atentamente unos a otros y luego encuentran un terreno común dentro del adventismo con respecto a los problemas fundamentales que enfrenta la sociedad contemporánea" [McFarland, 1991: 37].

En los debates de la comisión surgieron varios temas. Uno de ellos fue el compromiso con la libertad de conciencia individual, una profunda convicción protestante de individualidad, de estar ante Dios. No podía haber lugar para la coerción aquí. Esto se relacionó estrechamente con otro tema, el compromiso con los derechos de las mujeres. Un tercer tema fue el miedo a la coerción estatal, que es el fundamento de la determinación adventista de proteger la separación de la iglesia y el estado en los Estados Unidos para tratar de garantizar la libertad de religión [entrevistas].

En consecuencia, el comité definió tempranamente su tarea como proporcionar orientación a las mujeres y a la iglesia en general en lugar de crear declaraciones doctrinales: la interpretación de sus recomendaciones debe dejarse a las personas interesadas [McFarland, 1991: 37]. Esto era muy diferente del tipo dogmático de posición que los adventistas han tomado a menudo, por ejemplo, contra el tabaco [Actualización, Sept.1993: 8]. Esta postura se fortaleció a medida que una serie de historias de mujeres en graves problemas con embarazos de crisis se presentaron en las reuniones del comité: los obstetras y consejeros familiares en el comité "constantemente nos alimentaron con la realidad, los casos que les llegaban" [entrevista].

"Algunos de nosotros habíamos trabajado con niñas y mujeres que enfrentaban esta elección agonizante, y éramos firmes defensores de las mujeres frente a algunos que pensaban que la mayoría de los abortos eran elegidos con ligereza y eran simplemente por conveniencia, hechos sin mucho pensamiento egoísta" [Mazat, Update, Sept.1993: 6].

En un esfuerzo por encontrar un terreno común, varios trazaron un paralelo entre el aborto y los problemas del servicio militar. Durante la guerra, la Iglesia Adventista tiene:

"Alentó a los jóvenes a salvar vidas sirviendo como médicos del Ejército. Pero no legisló lo que debían hacer... Por lo menos, debemos honrar las decisiones concienzudas de las mujeres [sobre el aborto] de la misma manera que honramos las decisiones de los hombres sobre el servicio militar" [Watts, 1990: 5].

Durante este debate, muchos de los miembros del comité, especialmente entre las mujeres, se dieron cuenta de que eran más liberales que la mayoría de los adventistas. La conclusión para ellos era que la elección final recaería en la mujer embarazada. Argumentaron esto en términos de libertad de conciencia, así como de los derechos de las mujeres. Aunque a los pro-vida les preocupaba que esto fuera libertad sin responsabilidad, el comité decidió por esto temprano y posteriormente lo debatió poco [entrevistas].

Otros aspectos reforzaron inesperadamente esta postura. Algunos adventistas conservadores rechazan una posición pro-vida porque sienten que los adventistas no deben alinearse con una posición adoptada tan fuertemente por la Iglesia Católica Romana, más aún porque esta última desea utilizar el poder estatal para lograr su objetivo. Por ejemplo, el director de Libertad Religiosa de la Unión del Pacífico se basó en los temores inherentes a la escatología adventista tradicional para construir un caso pro-elección en un documento presentado al comité:

"El tema del aborto es el catalizador para someter a Estados Unidos, y de hecho al mundo, al 'derecho divino de gobernar' papal en todos los asuntos morales, sociales y religiosos, estableciendo así su religión como la ley del país, e infligiendo sanciones civiles a los disidentes religiosos.... El tema del aborto probablemente servirá como la aguja que tira detrás de él el hilo de las opresivas leyes de adoración religiosa dominical" [Stevens, 1989: 10,19].

Este espectro parecía más amenazante debido a la alianza entre la mayoría moral y los católicos para perseguir la legislación. Los miembros liberales del comité pudieron utilizar este tema porque temían ser confundidos con los fundamentalistas [entrevistas].

Un trasfondo común al debate, que reforzó la posición dominante, tomó la forma de recordatorios de la necesidad de proteger la enorme inversión adventista en su sistema hospitalario. La presencia de tantos miembros del comité con conexiones médicas y hospitalarias aseguró que esta preocupación nunca se olvidara, y que los recordatorios suaves fueran todo lo que se necesitaba [entrevistas].

Los pro-vida en el comité naturalmente pusieron gran énfasis en la santidad de la vida. Pero aquí todos los demás miembros se unieron a ellos, porque la vida es importante para los adventistas debido a su visión de la totalidad de la vida y de la influencia prenatal. No hubo debate sobre cuándo comienza la vida: el feto fue aceptado como vida. Sin embargo, hubo cierto desacuerdo al aplicar el concepto:

­"La búsqueda de directrices por parte del Comité se basó sólidamente en la convicción de la santidad de la vida humana ... no solo en la protección del feto por nacer, sino en la preocupación por los niños que nacen en circunstancias dolorosas y espantosas de trato infrahumano" [Mazat, 1993: 18-19].

Sin embargo, todos estuvieron de acuerdo en que la vida de la madre tiene prioridad sobre la del feto. [Winslow, 1991] Los pro-vida eran muy cautelosos de crear "lagunas" que permitieran los abortos, temiendo que pudieran estirarse considerablemente. Sin embargo, incluso ellos no querían que su posición contribuyera a la aplicación de la moralidad por parte del gobierno. La postura adventista sobre la libertad de conciencia y las relaciones Iglesia-Estado se hizo sentir aquí. Los adventistas pro-vida eran, por lo tanto, diferentes de los de otras iglesias, que probablemente habrían visto la aplicación estatal como su objetivo. Esto hizo que los adventistas pro-vida fueran más flexibles [entrevistas].

El especialista en ética de la Universidad de Loma Linda, Gerald Winslow, se convirtió en la figura dominante en el debate. Estaba decidido a ofrecer una mayor protección al feto sin negar la libertad de conciencia. Era importante para él asegurarse de que los hospitales adventistas no siguieran una política indiscriminada. Buscó distinguir entre integridad individual, práctica institucional y política social: "llamar a las personas a tomar decisiones personales que protejan el don prenatal de Dios, y pedir a las instituciones adventistas de atención médica que hagan lo mismo, mientras que al mismo tiempo instaba al estado a permitir una amplia libertad para la conciencia personal de las mujeres embarazadas" [Winslow, 1993: 20]. Dado que su posición era más conservadora que la política hospitalaria actual y, sin embargo, estaba en sintonía con la necesidad de permitir abortos en situaciones extremas sentidas por muchas mujeres y personal médico, mientras protegía de la coerción estatal, se convirtió en la posición central en torno a la cual el comité podría unirse.

Subyacente a este proceso había una variedad especial de conservadurismo adventista que hizo que la mayoría de los miembros del comité desconfiaran de tomar posiciones extremas:

"La mayoría de los adventistas se oponen a las posiciones extremas tanto de los campos pro-vida como pro-elección. A los ASD de la línea principal les resulta difícil estar de acuerdo con las opciones abiertas para el aborto defendidas por muchos pro-elección. Pero luego les resulta igualmente difícil identificarse con los métodos de confrontación a menudo empleados por los pro-vida más rabiosos" [Rock, 1990: 11]. Elegimos una posición central debido a la singularidad del adventismo: no somos fundamentalistas ni somos liberales teológicos; nos basamos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la justicia y el amor, la responsabilidad individual, pero ofrecemos orientación" [entrevista].

El hecho de que cuando se trataba de la política de aborto, los adventistas conservadores carecían del claro "así dice el Señor" que generalmente buscan, ya sea en la Biblia o en los escritos de su profeta, reforzó su incomodidad por tomar una posición "extrema".

A Winslow se le dio la tarea de escribir el borrador inicial de la declaración. Esto fue considerado y modificado en la discusión del comité, donde los votos siempre fueron desiguales, hasta que finalmente una versión del documento pudo obtener la aprobación unánime.

Los borradores de ambas declaraciones [véase más adelante un análisis de las directrices para los hospitales] se presentaron a los oficiales de la Conferencia General, quienes autorizaron su distribución a fin de obtener comentarios más amplios. Ambos fueron ampliamente publicados: en­ Dialogue  en 1990 [2: 1, 32-34], en Spectrum  en 1991 [21: 4, 40-43], y en el libro que contiene 16 de los documentos de la Conferencia de Bioética de la Universidad de Loma Linda [Larson, 1992: 258-64]; la declaración de consenso se publicó solo en Ministry en julio de 1990 [19-20]  y en  Liberty  en 1993 [Weber, 1993]. El plan era modificar el borrador del documento si era necesario de acuerdo con los comentarios solicitados, y luego pasarlo al Consejo Anual, una reunión de delegados de las 11 divisiones de la iglesia mundial, para su ratificación.

Dado que la mayoría de los miembros del comité eran estadounidenses, y los pocos miembros nacidos en el extranjero eran todos residentes de los Estados Unidos, las discusiones tenían un sabor estadounidense. Dados los sentimientos negativos mucho más fuertes hacia el aborto en Europa y especialmente en el Tercer Mundo, existía la posibilidad de que sus delegados rechazaran la declaración cuando se tratara del Consejo Anual. El borrador del documento se envió por correo a cada una de las divisiones mundiales, a las que se les pidió que formaran comités para responder a él. Sin embargo, varias de las divisiones se interesaron poco en la declaración, considerándola como una respuesta a un problema estadounidense, y dado que las respuestas recibidas fueron diversas, en consecuencia tuvieron poco impacto en la declaración [entrevistas].

El Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana también envió copias del borrador de la declaración a documentos sindicales, universidades, grupos de mujeres, hospitales, etc. Su propósito en esto era darlo a conocer, agitar el debate, dar a la declaración una vida propia sin importar cómo el Consejo Anual la tratara [Winslow, 1991].

La prensa adventista independiente de derecha se ofendió por la declaración. Por ejemplo, el editor de Pilgrim's Rest, señalando que el comité había estado dominado por personal profesional y orientado a la carrera, calificó el intento de afirmar tanto la vida como la conciencia individual como "casuística jesuítica" y "doble discurso" ["Abortion Update", enero de 1992].

Cuando Ministry publicó el borrador de la declaración en julio de 1990, su editor, David Newman, explicó su razonamiento, como pro-vida, para apoyarlo:

"Como comité, luchamos con la forma de equilibrar una gran preocupación por la vida con la necesidad de considerar la condición menos que ideal de este mundo caído ... Me opongo a que se le quite la vida inocente. Pero, ¿debo imponer ese punto de vista a las personas que ven el aborto como el menor de dos males? Si bien la iglesia debe defender la santidad de la vida, ¿debería también dar alguna orientación a aquellos que sienten que tener un hijo vivo es una opción imposible? [19]

Sin embargo, con el tiempo Newman se volvió más negativo hacia el borrador de la declaración. En febrero de 1991 escribió que "la gran mayoría de las cartas que recibimos no estaban de acuerdo con la declaración de consenso", y que debido a que algunos miembros del comité sentían que había descuidado proporcionar un fundamento bíblico para el documento, el comité había pasado la mayor parte de una reunión desarrollando 12 principios que expresan la visión bíblica del significado de la vida. "Tendremos que echar un nuevo vistazo a nuestras directrices sobre el aborto a la luz de estos principios" [5]. Sin embargo, el comité demostró no estar dispuesto a volver al terreno que ya había arado. Frustrado, Newman renunció al comité, y el Ministerio se convirtió cada vez más en la voz de la posición pro-vida. En agosto de 1991, en un número titulado "La visión cristiana de la vida humana", adoptó "un enfoque diferente", ya no tratando de ser "equilibrado" en su contenido [3]. Sus artículos fuertemente pro-vida tuvieron el efecto de cuestionar el proyecto de declaración [Kis, 1991; Gainer, 1991]. Un año más tarde, cuando la declaración de consenso estaba a punto de ir al Consejo Anual para su aprobación, el ­Ministerio publicó un tema fuertemente pro-vida. El más fuerte de estos artículos [Weber, 1992] provocó una protesta punzante de una mujer, quien señaló que todos los artículos habían sido de hombres:

Weber hace la pregunta retórica: "Si la mujer voluntariamente se involucra en relaciones sexuales que resultan en la concepción, ¿no ha ejercido ya su libertad de elección?" Lo dudo. La mayoría de la literatura sugiere que los hombres son los principales agresores en tales relaciones. ¿No hay alguna culpabilidad masculina en este asunto? [Watts, 1993:1].

El borrador de la declaración, tal como se publicó inicialmente, permitía, entre las "circunstancias excepcionales en las que se puede considerar el aborto", "amenazas significativas a la mujer ... salud física o mental" [Spectrum, agosto de 1991:40]. Los pro-vida vieron la inclusión de la salud mental como la apertura de la puerta a cualquier cosa, y querían limitar esta parte a una amenaza para la vida de la madre. Los oficiales de la Asociación General respondieron insistiendo en que la redacción se modificara a "grave peligro para su salud" [Adventist Review, 31 de diciembre de 1992:12]. Sin embargo, este compromiso dejó a los pro-vida insatisfechos, ya que argumentaron que el uso de "salud" sin calificación todavía dejaba espacio para la "salud mental".

Estos temas alentaron a la única pro-vida en el comité, la consejera familiar Millie Youngberg, a reanudar su oposición a la declaración y, en última instancia, junto con Newman, a redactar y firmar un informe minoritario. Este informe criticó al informe de la mayoría por no estar suficientemente arraigado en las Escrituras, y por abrir lagunas por muchas otras razones para el aborto que las especificadas mediante el uso de "tales como" al introducirlas y permitir la "salud" de la madre como una razón. Afirmó que, dado que el sábado conmemora la creación y, por lo tanto, la vida, "guardar el sábado requiere un profundo respeto por toda vida". Además, "la libertad personal no puede violar los derechos de otra persona", como los del feto. Su lista de circunstancias excepcionales bajo las cuales el aborto era aceptable era mucho más estrecha: "El aborto debe realizarse solo para salvar la vida de la madre y posiblemente en casos de anomalía fetal grave". Las mismas normas se aplicarían a los hospitales. El Comité de la Asociación General actuó de manera muy inusual cuando acordó llevar ambos informes al Consejo Anual en octubre de 1992. Sin embargo, el informe de la minoría atrajo solo a dos partidarios vocales en el piso.

Neal Wilson, ahora ex presidente de la Conferencia General, también trató de matar el informe, instando a que no se hiciera ninguna declaración sobre el aborto tan cerca de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Calificó las pautas como controvertidas e inconsistentes, e instó a que se mantuvieran sus pautas hospitalarias de 1971. Inicialmente tuvo éxito en presentar el documento [Weber, 1993: 12]. Sin embargo, su sucesor, Robert Folkenberg, después de meditar sobre el asunto, habló en el piso, instando a los delegados a dejar de discutir sobre el tema y votar la declaración a favor o en contra. Esta fue la primera vez que claramente tomó una posición contra Wilson en público. Tuvo que mostrarle a Wilson que ya no estaba al mando, y el problema se vio repentinamente en esos términos, lo que probablemente ayudó a la aprobación de la declaración [entrevistas]. Fue aprobada con una votación abrumadora, con solo cinco disidentes.

Durante el debate, el nombre del documento se cambió de "Declaración de consenso sobre el aborto" a "Directrices sobre el aborto". Cuando se publicó, la Revista Adventista enfatizó que como pautas eran "de naturaleza pastoral, proporcionando ayuda a los miembros individuales mientras luchan personalmente con los problemas" [Adventist Review, 31 de diciembre de 1992].

La declaración, tal como fue aprobada, comienza afirmando la santidad de la vida:

"La vida humana prenatal es un magnífico regalo de Dios. El ideal de Dios para los seres humanos afirma la santidad de la vida humana, a imagen de Dios, y requiere respeto por la vida prenatal".

Si bien esto no excluye necesariamente el aborto, significa que

"El aborto nunca es una acción de poca importancia moral. Por lo tanto, la vida prenatal no debe ser destruida irreflexivamente. El aborto debe realizarse sólo por las razones más graves".

El punto 4 considera el aborto con mayor detalle:

"Los abortos por razones de control de la natalidad, selección de género o conveniencia no son tolerados por la iglesia. Las mujeres..., sin embargo, pueden enfrentarse a circunstancias excepcionales... tales como amenazas graves a la vida de una mujer embarazada, grave peligro para su salud, defectos congénitos graves cuidadosamente diagnosticados en el feto y embarazo resultante de violación o incesto. La decisión final de interrumpir o no el embarazo debe ser tomada por la mujer embarazada después de la consulta apropiada".

­Por lo tanto, (5) debido a que los cristianos son responsables ante Dios, "cualquier intento de obligar a las mujeres a permanecer embarazadas o a interrumpir el embarazo debe ser rechazado como violaciones de la libertad personal"; y (2),

"La Iglesia debe ofrecer un apoyo amable a aquellos que enfrentan personalmente la decisión sobre un aborto. Las actitudes de condena son inapropiadas".

El punto (3) intenta unir la vida y la elección: "De manera práctica y tangible, la iglesia como comunidad de apoyo debe expresar su compromiso con el valor de la vida humana", incluyendo:

"educar a ambos sexos sobre los principios cristianos de la sexualidad humana, enfatizando la responsabilidad tanto del hombre como de la mujer en la planificación familiar,... ofreciendo apoyo y asistencia a las mujeres que eligen completar embarazos de crisis... La Iglesia también debe comprometerse a ayudar a aliviar los desafortunados factores sociales, económicos y psicológicos que pueden conducir al aborto".

Dado que estos principios son relevantes para los hospitales adventistas,

(6) Las instituciones eclesiásticas deben recibir directrices para desarrollar sus propias políticas institucionales en armonía con esta declaración. Las personas que tienen una objeción religiosa o ética al aborto no deben ser obligadas a participar en la realización de abortos. [5] [Revista Adventista, 31 de diciembre de 1992:11-12]

Al tratar de cruzar la valla, haciendo que el feto fuera significativo, pero permitiendo a una mujer el derecho a elegir, para mantener unidos a los adventistas, el comité creó cierta ambigüedad. En consecuencia, mientras Whiting sostenía que el comité había llegado a "una posición pro-vida modificada" [entrevista], Winslow lo describió como

"En última instancia, pro-elección, ya que su conclusión es que la mujer embarazada debe decidir. Pone énfasis en el valor de la vida, pero esto se limita a la persuasión" [Winslow, 1991].

Algunos meses después de presentar el borrador de las declaraciones sobre el aborto a los oficiales de la Conferencia General, el comité les envió también otra declaración: "Cuidado de los moribundos", que trataba sobre la eutanasia. Sin embargo, esto, a diferencia de la declaración sobre el aborto, no trató de equilibrar las reclamaciones en competencia, para proteger la elección individual, o recurrir a la comprensión adventista de la muerte de ninguna manera explícita. Es decir, no deja espacio para que una persona condenada elija activamente acelerar su muerte [Adventist Review, 31 de diciembre de 1992: 14-15]. La mentalidad cerrada mostrada en esta declaración destacó la apertura de la declaración sobre el aborto y su estatus excepcional dentro del adventismo.

Directrices Para Hospitales

Si bien su declaración general sobre el aborto (discutida anteriormente) era relativamente liberal, con la elección final sobre si tener o no un aborto que se dejaba con la mujer embarazada, el Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana redactó un conjunto mucho más estricto de pautas para los hospitales adventistas. El comité estaba decidido a cambiar la reputación liberal de los hospitales sobre el aborto. Por lo tanto, las directrices enfatizan la protección de la vida y especifican con precisión tanto las circunstancias excepcionales bajo las cuales los hospitales pueden realizar un aborto como los controles internos para garantizar que no se realice ningún aborto sin aprobación previa.

Las pautas fueron redactadas por Michael Jackson, vicepresidente senior de Adventist Health Systems West, y ex director ejecutivo de dos hospitales de California. Dado que eran más estrictas que la declaración general y, por lo tanto, se consideraban menos controvertidas, se les dedicó menos tiempo del comité. [entrevista]

El preámbulo describió su propósito como "ayudar al liderazgo de los centros de salud adventistas en el desarrollo e implementación de políticas específicas de la institución". Las directrices comenzaron fuertemente en un lenguaje que se basó en la declaración general:

La vida humana prenatal es un magnífico don de Dios y merece respeto y protección. No debe ser destruido irreflexivamente. Dado que el aborto es quitar la vida, debe realizarse solo por las razones más graves.

Esas razones se enumeraron como: "Amenaza significativa para la vida o la salud de la mujer embarazada, defectos congénitos graves cuidadosamente diagnosticados en el feto, [y] Embarazo resultante de violación o incesto". Siguieron exclusiones explícitas: "El aborto por razones sociales o económicas, incluida la conveniencia, la selección de género o el control de la natalidad, está institucionalmente prohibido".

Para garantizar el cumplimiento procesal de estos principios, las directrices agregaron que un hospital debería establecer un comité para "revisar prospectivamente todas las solicitudes" de abortos. Sus miembros deben estar "calificados para abordar las necesidades médicas, psicológicas y espirituales de los pacientes", y debe haber una representación equitativa de mujeres en el comité. "Los abortos que se consideren apropiados deben realizarse solo después de que el comité apruebe una recomendación para hacerlo ... Las alternativas a la interrupción intencional del embarazo deben presentarse antes de que la mujer embarazada llegue a una decisión final para proceder ... Debe transcurrir un período mínimo de veinticuatro (24) horas entre el asesoramiento y la decisión de proceder".

Además, establecieron que si un aborto está médicamente indicado después de la viabilidad, "el tratamiento médico de un bebé nacido prematuramente durante el curso de la interrupción del embarazo debe ser el mismo que se proporcionaría a cualquier otro feto vivo similar". A pesar de esto, la vida y la salud de la mujer deben tener prioridad cuando hay conflicto entre eso y la vida del feto.

Una cláusula de conciencia era inequívoca:

"Bajo ninguna circunstancia se debe obligar a una mujer a someterse, o se debe exigir a un médico, enfermera o personal asistente que participe en una interrupción intencional del embarazo si tiene una objeción religiosa o ética para hacerlo. Tampoco deben permitirse los intentos de obligar a una mujer a permanecer embarazada. Tal coerción es una violación de la libertad personal, que debe ser protegida".

Finalmente, se deben mantener registros de abortos y presentar anualmente un resumen de ellos a la junta directiva del hospital.

El proyecto de directrices se presentó a los funcionarios de la Conferencia General, quienes los publicaron junto con la declaración general con fines de comentario en 1990 [Diálogo, 2:1,1990:32-34]. Sin embargo, durante ese año, el nuevo Presidente de la Asociación General, Folkenberg, encuestó a los administradores de hospitales en una reunión sobre sus prácticas de aborto y concluyó que no eran fábricas de abortos. Como no sentía que la iglesia se enfrentara a un problema hospitalario grave, la atención se desvió de las pautas [entrevista].

El Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana tenía la intención de que los dos documentos fueran "complementarios e inseparables" [entrevista]. Sin embargo, los oficiales de la Asociación General, por recomendación del Gabinete de la Asociación Adventista de Salud, un cuerpo informal de líderes de la salud y de la iglesia de América del Norte que se reúne regularmente, decidieron no enviar las pautas del hospital al Consejo Anual para su aprobación [entrevistas]. Esto dejó la declaración general sola, a pesar de su cláusula que establece que "las instituciones eclesiásticas deben contar con pautas para desarrollar sus propias políticas institucionales en armonía con esta declaración".

Debido a que la declaración general se refería a las mujeres embarazadas que se enfrentaban a decisiones relacionadas con el aborto, causó confusión con los administradores de hospitales preocupados por la implementación de la política. De hecho, dado que la conclusión de la declaración era que la mujer debía decidir, parecía indicar que un hospital debía realizar cualquier aborto una vez que determinaba que la mujer se había decidido por ese curso. Esto estaba lejos de la intención del comité.

Cuando Jackson recibió varias llamadas desconcertadas de los administradores del hospital, optó por escribir al presidente de la División Norteamericana, instando a la necesidad de abordar las pautas para los hospitales. Posteriormente, en agosto de 1993, fueron llevados al Gabinete de la Asociación Adventista de Salud, que los respaldó. La mayoría de los administradores del hospital que asistieron a la reunión afirmaron que ya estaban cumpliendo con ellos [entrevistas]. El Gabinete también cambió el nombre del documento de "Directrices: Interrupción intencional del embarazo para centros de salud adventistas" a "Estándares mínimos para la interrupción intencional del embarazo para centros de salud adventistas", para evitar confusiones con el nuevo título de la declaración general [carta, Whiting a Lawson, 27 de septiembre de 1993]. Al elegir seguir esta ruta en lugar de llevarla al Concilio Anual, las pautas no se aplicaron a los hospitales adventistas fuera de los Estados Unidos.

Dado que el Gabinete no está incorporado, no tiene ningún mecanismo para hacer cumplir las decisiones. En cambio, hace recomendaciones, que los hospitales individuales siguen como están dispuestos. Sin embargo, en vista de la recomendación anterior del gabinete de que la declaración no se presentara al Consejo Anual, el significado de su aprobación no estaba claro de inmediato.

Cumplimiento Hospitalario de Las Directrices

Para probar el cumplimiento de las nuevas directrices, entrevisté al personal relacionado con cuatro hospitales adventistas en los Estados Unidos.  Tres de estos fueron los hospitales más involucrados en controversias sobre la práctica del aborto desde 1970: Castle Medical Center (anteriormente conocido como Castle Memorial Hospital), Washington Adventist Hospital y Shady Grove Adventist Hospital. El cuarto, Kettering Medical Center en Ohio, fue elegido para actuar como control.

CMC ha tenido una alta proporción de abortos a nacimientos desde 1971, cerca del 10%, lo que lo coloca proporcionalmente en la misma liga que SGAH, aunque sus totales son más bajos porque es un hospital más pequeño [entrevistas].

Michael Jackson no sabía si la declaración de "Estándares Mínimos" se había publicitado a los hospitales de otras regiones de los Estados Unidos.  Sin embargo, debido a su compromiso con ella, está trabajando para que se implemente en los estados occidentales, el área bajo la jurisdicción de su organización. Cuando fue nombrado presidente de la junta de CMC, trató de hacer del aborto un tema de la junta. El CEO lo defendió, debido a la historia del problema en el hospital y la naturaleza volátil del tema, al acordar aumentar sus esfuerzos para reducir el número de abortos. Se acercó a los obstetras, les explicó que la iglesia se estaba enfocando cada vez más en el tema desde un punto de vista filosófico y los alentó a llevar a cabo sus abortos en otros lugares. El número de abortos ha disminuido lentamente como resultado de estos esfuerzos.

La política de aborto de CMC se basa en las pautas de 1971 y no ha sido revisada, aunque el CEO pasó los Estándares Mínimos a los obstetras una vez que Jackson los puso a disposición. Sin embargo, a los administradores del hospital les parece que AHS West no intentará hacer cumplir las pautas siempre y cuando mantengan baja la proporción de abortos a nacimientos: "Si viéramos el aborto como un asesinato, haríamos más para tratar de detenerlo en nuestras instituciones".

La situación en los dos hospitales en el área de Washington, D.C. contrasta con la de CMC porque no tienen a nadie en la estructura administrativa presionando para cumplir con el nuevo documento de Estándares Mínimos. En una carta a la Conferencia de Potomac dando seguimiento a la Comisión de Estudio del Aborto en marzo de 1993, el secretario de la Corporación Adventista de Atención Médica del Atlántico Medio declaró que la junta había respaldado las disposiciones de la declaración general, y que las juntas individuales de los hospitales también votarían políticas que se adhieran a estas pautas en sus reuniones en abril de 1993:  "En general, los hospitales ya están siguiendo estas directrices" [Peters a Evans, 2 de marzo de 1993].­

Dado que, como se explicó anteriormente, sería fácil reclamar el cumplimiento de la declaración general, considerando cómo se puede interpretar, solicité las políticas de aborto tanto de WAH como de SGAH en octubre de 1993. Ninguno de los hospitales había cambiado su política en el momento de la revisión a principios de año.

La política de aborto de SGAH establece explícitamente que cumple con las nuevas pautas de la Conferencia General (es decir, la declaración general). Sin embargo, un vicepresidente se quejó en una entrevista de que las directrices eran tan ambiguas y poco claras que era muy difícil saber si cumplían. El hospital no estaba al tanto del documento de Estándares Mínimos, ni lo cumplía. Los abortos en el primer trimestre son un asunto entre el médico y el paciente, por lo que no se aplican restricciones, ni hay un comité para aprobarlos previamente. Existe un comité para aprobar previamente los abortos posteriores. Incluso entonces, la decisión de abortar un feto defectuoso no tiene reglas con respecto a la gravedad del defecto; Tampoco hay una declaración que rija un aborto tardío que produzca un feto vivo.

La política de WAH deja cada decisión de aborto al médico y al paciente, siempre y cuando esté de acuerdo con la ley federal y estatal. No se ha cambiado en varios años. Por lo tanto, está totalmente fuera de cumplimiento de las Normas Mínimas, de las que también afirman ser ignorantes. En una entrevista con un médico del departamento de obstetricia, descubrí que el número de abortos realizados allí había disminuido en los últimos años, pero no debido a la política: los abortos más baratos ahora están disponibles en las clínicas. Dijo que la mayoría de los abortos allí en estos días son realizados por médicos que vienen a WAH solo para abortos y eligen llevar a sus otros pacientes al hospital católico. No había oído hablar del documento de "Estándares Mínimos" hasta que le informé de él, y luego lo encontró "muy engorroso" [entrevista].­

Tampoco es probable que la Comisión de Estudio del Aborto de la Conferencia ayude a que estos hospitales cumplan con los requisitos, ya que recientemente ha permitido que se extraigan sus dientes. El informe mayoritario de la Comisión a la reunión de la circunscripción de 1993 no exigió actualizaciones de las políticas de los hospitales. La minoría pensó que el estudio no tenía sentido sin esto, y presentó su propio informe exigiendo que se buscaran las actualizaciones. En la reunión de la circunscripción, el presidente de la conferencia cedió la presidencia al presidente del sindicato, que también es presidente de la corporación hospitalaria, quien dirigió el debate de una manera muy partidista, con el resultado de que la moción minoritaria fracasó por un amplio margen [entrevista].

El caso de control, Kettering Medical Center, también demostró no estar al tanto de los Estándares Mínimos. Tampoco su política cumple con ese documento: no tiene un comité para aprobar los abortos, y su política parece bastante liberal. Sin embargo, el CEO y el personal de obstetricia optan por actuar de manera conservadora, con el resultado de que solo se realizan tres o cuatro abortos allí por año, y estos se limitan a cuando hay defectos congénitos graves o la madre está en riesgo. El CEO hace discursos diciendo que no quieren ese tipo de negocio, que es igual de bueno, ya que la cultura local no toleraría un gran número de abortos [entrevistas].

Sin embargo, un entrevistado mencionó un problema inminente: los administradores de hospitales esperan que los hospitales pronto se vean obligados a formar asociaciones con otros para poder competir por contratos de seguro. Dos de los hospitales adventistas emblemáticos ya están en problemas porque sus rivales han formado asociaciones, y los administradores están preocupados de que los hospitales adventistas no sobrevivan como jugadores independientes. En una asociación, se formaría una súper junta que aceptaría un contrato, y una vez hecho esto, los hospitales miembros estarían obligados a proporcionar los servicios. Un consultor de hospitales católicos los está instando a declarar sus valores por adelantado para que puedan formar parte de la asociación. Pero esto podría llevar a que los hospitales sean rechazados como socios. El tema más candente entre los administradores de hospitales adventistas es cómo sus restricciones del sábado afectarían este proceso: por ejemplo, si la cirugía electiva está fuera de los límites el sábado, la duración de la estadía aumenta y los hospitales tienen que asumir el costo. Los hospitales adventistas ya están aflojando sus reglas concernientes al sábado. Una postura sobre el aborto también podría causar problemas, aunque no había oído hablar de eso. Cuando las políticas son establecidas por los departamentos en lugar de la junta del hospital, como ha sido el caso a veces con respecto al aborto, estas no se incluirían en un acuerdo de asociación, por lo que estarían bajo mucha presión. Los líderes de la iglesia son conscientes de las presiones sobre los hospitales para formar asociaciones, y el Centro de Bioética Cristiana de la Universidad de Loma Linda ha planeado un seminario sobre el tema en febrero de 1994 [entrevista].­

Parece probable que este problema inminente para los hospitales fue una razón adicional por la que trataron de evitar las restricciones a su flexibilidad que habrían surgido de llevar los "Estándares Mínimos" al Consejo Anual.

 En resumen, entonces, los hospitales adventistas son mucho más independientes de la iglesia hoy de lo que eran en 1970, por lo que es mucho menos probable que pidan consejo a la iglesia. Muchos administradores de hospitales piensan que sus instituciones son principalmente hospitales comunitarios: eligen ajustarse a los estándares de la comunidad y no consideran sus estándares como el negocio de los líderes de la iglesia [entrevistas]. Dado que el texto del documento de Normas Mínimas dejó la aplicación a las juntas de hospitales, y la Asociación General no ha hecho ningún intento de impulsar el cumplimiento de las directrices, la unidad de práctica entre los hospitales adventistas es poco probable. El hecho de que los hospitales contactados aún no conozcan los Estándares Mínimos sugiere que el mejor lugar para clasificarlos puede ser bajo "escaparatismo".

Interpretación

Debido a sus raíces sectarias y teología conservadora y visión de las Escrituras, muchos esperarían que la Iglesia Adventista del Séptimo Día adoptara una posición pro-vida intransigente. Sin embargo, aunque las encuestas confirman que la mayoría de los miembros en los Estados Unidos se inclinan en esa dirección y que a nivel mundial los adventistas se oponen firmemente al aborto, los adventistas nunca han adoptado la posición esperada. Se ha demostrado que mientras Estados Unidos discutía y se angustiaba por la política del aborto durante más de veinte años, la Iglesia Adventista no brindó orientación a los miembros que luchaban con decisiones personales sobre embarazos problemáticos o no deseados y permitió una política permisiva dentro de su sistema hospitalario. Cuando finalmente abordó el tema en 1992, la iglesia emitió pautas para sus miembros que afirmaban el valor de la vida de un feto y desalentaban fuertemente los abortos por razones triviales, pero dejaban la decisión final a la mujer embarazada. Mientras tanto, sin embargo, un intento de emitir una declaración complementaria que habría tenido el efecto de llevar la unidad de la práctica a los hospitales adventistas mediante la eliminación de los abortos de conveniencia aparentemente se ha desviado.

¿Cuáles son las razones de esta historia confusa y de la complejidad de la situación actual? Esta sección intenta resumir los datos para hacer una interpretación. Señala varios factores clave.

Durante las primeras décadas de su historia, los adventistas fueron notablemente homogéneos: blancos, de habla inglesa, bastante pobres, estadounidenses rurales. Sin embargo, a medida que el celo evangelístico y misionero transformó la antigua secta local en la actual denominación global de 7.5 millones de miembros, cambió su rostro. El adventismo se volvió extraordinariamente diverso en términos de raza, estatus socioeconómico y postura teológica, así como en la difusión geográfica y cultural. Estas divisiones se reflejan en las actitudes hacia el aborto: los datos indican que la raza no blanca, el estatus más bajo, la teología más sectaria y la ubicación del Tercer Mundo están correlacionadas con un mayor antagonismo hacia el aborto. Sin embargo, la división básica se basa en SES, que he medido en términos de logros educativos. La educación y la profesionalización posterior se convirtieron en los motores de la movilidad ascendente entre los adventistas nacidos en la iglesia, especialmente en los Estados Unidos.  Al mismo tiempo, el énfasis apocalíptico en el evangelismo adventista continuó atrayendo a los conversos pobres, de hecho, incluso más pobres que antes, cuando la introducción de la semana de cinco días hizo que el sábado fuera menos problemático para los empleados. Esto creó un rango muy amplio de SES dentro del adventismo. En los Estados Unidos, los conversos han venido cada vez más de las filas de los nuevos inmigrantes en los últimos años, y por lo tanto de entre los más pobres de las minorías raciales, y debido a que han estado expuestos a evangelistas en lugar de cursos universitarios de religión, su teología tiende a ser mucho más sectaria. Mientras tanto, la enorme expansión del adventismo en muchas partes del Tercer Mundo en los últimos 20 años ha creado iglesias formadas por conversos recientes que a menudo han sido extraídos de entre los pobres. El antagonismo adventista hacia el aborto es mayor en estos países.­

La participación adventista en la medicina y los hospitales, y en consecuencia en la educación, resultó en una considerable movilidad ascendente entre los miembros de la iglesia, especialmente en los Estados Unidos, y el surgimiento de una élite influyente que, tanto por razones ideológicas como profesionales, se ha inclinado a mantener abierta una opción de aborto. A pesar de que pocos de los hospitales llevaron a cabo un gran número de abortos, los administradores de este segmento influyente de la iglesia buscaron conservar su flexibilidad y expandir su independencia mientras perseguían sus propios objetivos corporativos. Por lo tanto, rechazaron las directrices restrictivas sobre el aborto emitidas en 1970, exigiendo el derecho a realizar abortos electivos si así lo deseaban. Más tarde, en 1992, cuando persuadieron a los oficiales de la Asociación General para que omitieran el nuevo conjunto de pautas hospitalarias propuestas por el Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana de la agenda del Concilio Anual, nuevamente evitaron la ratificación de restricciones a sus acciones. Mientras tanto, los líderes de la iglesia se han visto obligados a tratar de ocultar las directrices permisivas de 1971, a hacer frente a las manifestaciones de los no adventistas que protestan contra las políticas de aborto en los hospitales adventistas y el consiguiente cuestionamiento y expresiones de indignación por parte de muchos miembros, y a explicar la inconsistencia entre el valor que se le da al feto por las nuevas pautas de aborto para miembros embarazadas y la práctica permisiva continua en algunos de los hospitales. Malcolm Bull señaló que "el trabajo médico está implícitamente en conflicto con los aspectos específicamente religiosos de la tradición adventista" [1988:20]. La cuestión del aborto ha cristalizado este conflicto [Terian, 1992:209].

El proceso de elección de los miembros del Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana fue fundamental para la formación de la declaración general sobre el aborto, ya que las opiniones entre los adventistas estadounidenses estaban fuertemente divididas sobre el tema. Aunque el comité reflejaba a la iglesia estadounidense en raza y género, el énfasis en la experiencia aseguró que la membresía fuera altamente educada y profesional, con una representación especialmente fuerte de personas relacionadas con la medicina y un gran número de mujeres profesionales. Tal grupo era inevitablemente mucho más teológicamente liberal que el promedio, especialmente porque algunos de los portavoces pro-vida más articulados fueron excluidos. No es sorprendente que tal comité decidiera al principio del proceso que la decisión final sobre si tener o no un aborto debería dejarse en manos de la mujer embarazada.­

Uno de los miembros del Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana argumentó que "la nueva posición adventista [sobre el aborto] es evidencia de que la religión sectaria puede fomentar un serio desafío a la religión tradicional, que puede ser diferente y distinta de Fallwell y los que tienen derecho a la vida". Sostuvo que la razón principal por la que los adventistas adoptaron la declaración general en 1992 fue su "fuerte compromiso con la libertad de conciencia y la libertad religiosa" [entrevista]. Este documento ha mostrado cómo las peculiaridades en la teología y la evolución del adventismo llevaron a muchos de sus miembros a insistir en que la elección final con respecto al aborto debe dejarse a la conciencia individual. Varias corrientes aquí ayudaron a construir una amplia coalición, que van desde adventistas tradicionales hasta liberales, y a desarmar a muchos de los que simpatizan con la vida. Por lo tanto, muchos de los adventistas más sectarios, debido a su temor de que la coerción estatal afecte su observancia del sábado antes del apocalipsis, rechazaron una posición pro-vida porque se identificó con los católicos que deseaban reclutar el aparato del estado para imponerla. Las feministas, fortalecidas por su continua lucha para asegurar la ordenación de mujeres pastoras, abrazaron la libertad de conciencia como un medio para establecer el derecho final de una mujer a elegir si llevar o no a término su feto. Y muchos adventistas con movilidad ascendente, incluidos los administradores de la iglesia y los profesionales entre los laicos, en su anhelo de aceptación social se alejaron de una posición que podría vincularlos con los fundamentalistas, prefiriendo en cambio elegir una postura similar a la de los protestantes convencionales, con quienes estaban ansiosos por identificarse.

Debe agregarse que este era un comité estadounidense que hablaba en nombre de una iglesia mundial donde la opinión corría mucho más fuertemente en contra del aborto que en los Estados Unidos. Aunque los delegados extranjeros podrían haberse unido para derrotar la declaración cuando estaba ante el Concilio Anual, en cambio la apoyaron porque era normal, dentro del sistema adventista, ratificar un informe de un comité, y porque lo veían como una respuesta a una necesidad estadounidense y, por lo tanto, de poca relevancia para ellos. Eran especialmente propensos a apoyarlo una vez que la votación se convirtiera en una prueba del poder del presidente mundial en una disputa con su predecesor.

Si la nueva posición sobre el aborto realmente se arraigará, los miembros pro-vida y pro-elección tendrán que unirse a través de la implementación del tercer punto de la declaración de 1992:

"[E]ducir a ambos sexos con respecto a los principios cristianos de la sexualidad humana, enfatizando la responsabilidad tanto del hombre como de la mujer en la planificación familiar,... ofreciendo apoyo y asistencia a las mujeres que eligen completar embarazos de crisis... [L]a iglesia también debe comprometerse a ayudar a aliviar los desafortunados factores sociales, económicos y psicológicos que pueden conducir al aborto".

A esto añadiría otra idea:

"Si queremos condenar el aborto, debemos estar preparados para sostener mejor a una mujer que elige tener a su bebé. Las escuelas cristianas necesitan cambiar sus reglas y aceptar estudiantes embarazadas y estudiantes con bebés, ayudarlos a apoyarlos u obtener apoyo si es necesario. También necesitan proporcionar una buena educación sexual" [Kruger, 1992].

Sin embargo, estos son los tipos de áreas donde el adventismo quizás se desempeña más mal.

Notas

1.      Estos datos están disponibles en Sentinel Survey Services, 990 Redhill Valley Rd, Cleveland, TN 37323.

2.      La tasa de retorno de los 2950 entrevistados fue del 41,5%, lo cual es excelente teniendo en cuenta los problemas prácticos de las diferencias lingüísticas y pedir a las personas que usen correos internacionales.

3.      El artículo no tiene en cuenta los cuatro casos restantes.

4.      El Ministerio había solicitado originalmente cinco artículos para lo que se planeó como un solo número centrado en el aborto. Uno de ellos fue de George Gainer, quien, dado que se le pidió que abordara la historia de la posición adventista sobre el aborto, inevitablemente se centraría principalmente en las declaraciones de 1970 y 1971. Sin embargo, fue criticado por lo que encontró en los archivos sobre el papel de Neal C. Wilson, quien ahora era presidente de la Conferencia General, con respecto al desarrollo de estas declaraciones. Wilson finalmente intervino y canceló el número planeado. Como compromiso, los otros cuatro artículos se publicaron individualmente durante 1988, pero el artículo de Gainer fue omitido [Gainer, 1988: 38-39].­

5.      La cláusula sobre la libertad de conciencia del personal hospitalario para optar por no participar en procedimientos de aborto se incluyó porque los informes de incidentes en los que se había presionado a objetores de conciencia para que participaran habían dado lugar a mala prensa. [Winslow, 1991]

Referencias

“Abortion Guidelines for Adventist Medical Institutions.” 1988 Ministry, January, 18-20. Adventists for Life
ND (1990?) What is “Adventists for Life”?  Publicity brochure distributed at the Session of the General Conference of­ Seventh-day Adventists, Indianapolis, July 1990.
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Publicado por Ronald Llawson
Profesor jubilado de historia y sociología que ha pasado 30 años estudiando especialmente los cambios en la Iglesia Adventista del Séptimo Día como resultado de su globalización, con una clara mayoría de sus miembros del mundo en desarrollo. Visité 60 países para entrevistas en el proceso. Aquí pongo a disposición de los no sociólogos los documentos que he publicado y presentado en reuniones académicas sobre el adventismo y también comparando el crecimiento y la difusión del adventismo con el de otros dos grupos nacidos en los Estados Unidos en el mismo siglo: Los Mormones (Santos de los Últimos Días) y los Testigos de Jehová.

 

La prensa y los demás grupos e instituciones cristianas también se han hecho eco de las bajezas de la Iglesia Abortista del Séptimo Día, aunque en realida mata todos los días. El periódico Washinton Post, por ejemplo, ha hecho varios trabajos condenando las práctias abortistas de la iglesia Adventista, prsentando la ironía de que una institución cristiana esté involucrada en esas práctias. Este peridódico también presenta como pastores de iglesias evangélicas han arremetido contra la secta por dicha conducta. omo dirían en mi país, ¡que verguenza! [25]https://www.washingtonpost.com/archive/politics/1985/10/06/abortion-opponents-picket-two-hospitals/8ff8a71d-ac76-4b2d-8402-7e18fc232615/
[ENLACE, Washington Post]

En el artículo, se presenta como grupos anti abortos y dirigientes religiosos protestan contra el Hospital de la Universidad Adventista de Washington and el Hospital Adventista de Fairfax, Virginia. La noticia, que fue publicada en 1985, presenta como Lon Walls, entonces vocero del Hosiptal Fairfax, dijo que “él dudaba que que el boycott dentendrían al Hospital de seguir practicando el abortos.” Sus palabras, tristemente, fueron proféticas.

Opositores Al Aborto Hacen Piquetes En Dos Hospitales

Por Ruth Marcus

6 de octubre de 1985

Manifestantes antiaborto hicieron piquetes en dos hospitales del área de Washington ayer como parte de una serie de protestas en todo el país destinadas a persuadir a los hospitales para que dejen de realizar abortos.

“Los hospitales son tradicionalmente considerados como instituciones de curación”, dijo Curtis J. Young, director ejecutivo del Consejo de Acción Cristiana con sede en Falls Church, que organizó la “Protesta de pastores contra el aborto” en 300 ciudades ayer.

“Cuando realizan abortos, han pervertido su propia misión”, dijo.

Young dijo que los hospitales, que realizan alrededor de un tercio de los abortos, han “salido del apuro durante demasiado tiempo” ya que los manifestantes del aborto concentraron sus esfuerzos de piquetes en las clínicas de aborto.

Unos 50 manifestantes, a los que se unió un desfile de unos 150 manifestantes que también hicieron piquetes en tres clínicas de aborto del norte de Virginia, protestaron frente al Hospital Fairfax cerca de Falls Church.

Llevaban carteles que incluían lemas como “No hagas negocios en un hospital que mata” y otros que decían “Los médicos abortistas realmente hacen un asesinato”.

Unos 50 manifestantes se manifestaron frente al Hospital Adventista de Washington en Takoma Park, según la policía de Takoma Park.

Los manifestantes del Hospital Fairfax dijeron que están organizando un boicot al hospital y las instalaciones relacionadas hasta que el hospital acepte dejar de realizar abortos.

“Creemos que muchos miembros de la comunidad cristiana decidirán no ir a los hospitales que realizan abortos e ir a hospitales donde se aprecia toda la vida”, dijo Young.

El portavoz del hospital, Lon Walls, dijo, sin embargo, que duda que un boicot impida que el Hospital Fairfax realice abortos.

“Mientras el aborto se considere parte de nuestra misión en la prestación de atención médica, continuaremos haciéndolo”, dijo el portavoz del hospital.

Dijo que hubo 271 abortos, principalmente en el segundo trimestre, realizados en el Hospital Fairfax el año pasado, y 7,164 partos.

Chip Ward, pastor de la Iglesia Covenant Life en Wheaton, que organizó la protesta del Hospital Adventista de Washington, dijo que el grupo de opositores al aborto seleccionó ese hospital debido a su afiliación religiosa.

“Nos parece muy inconsistente que un hospital dirigido por unaiglesia cristiana practique el asesinato de niños no nacidos”, dijo el ministro.

El portavoz del hospital, Reg Burgess, dijo que la Iglesia Adventista del Séptimo Día no condena el aborto, y que los abortos “no se realizan de cualquier manera en el hospital”.

Bottom of Form

Ruth Marcus
Ruth Marcus es editora adjunta de la página editorial de The Post. También escribe una columna semanal.

Lo interseante es que ambos hospitales se encuentra en el territorio geográfico próximo a las instalaciones de La Conferencia General de Los Adventistas del Séptimo Día, en el Estado de Maryland, Estados Unidos. Y esos son los “santos” que dirgien la Iglesia Adventista a nivel mundial.

En 1990 este mismo peródico publicó otro artículo titulado: “La Fe y y El Aborto: Ahí se enfocan en el ámbioto religiios, y como la Iglesia Metodistas, por ejemplo, dijo: “Nuestra creencia en la santidad de la vida por nacer nos hace reluyctantes a aprobar el aborto.” Esto, mientras señala, que la Iglesia Adventista es bien liberal y ligerea en esta práctica. [26]FAITH ABORTION
[ENLACE, Washington Post]
En pocas palabras, instituciones del mundo y otras esclesiásticas le dan cátedra a la Iglesia Adventista de “No matarás”. Y eso que esta es la iglesia “que guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús”, como se mofan en esos andares de constantemente citar Apocalipsis 14:12 para referirse a su iglesia como una institución profética levantada por el señor. No ponemos en duda que el señor haya levantado a la Iglesia Adventista
, ¿pero cuál señor?

Interesantemente. me enteré através de este artícylo que la Iglesia Presbiteriana tiene una posición muy similar a la de la Iglesia Adventista:

Asamblea General “ha afirmado en repetidas ocasiones que, aunque el aborto no debe usarse como una forma de control de la natalidad, la decisión del aborto debe quedar en manos del individuo, debe tomarse sobre la base de la conciencia y los principios religiosos personales y debe permanecer libre de interferencias gubernamentales. “

ABORTO POR FE

Por Mark Weston
23 de Enero del 1990

Aborto.

Desde las reflexiones medievales sobre cuántos ángeles podían bailar en la cabeza de un alfiler no ha habido un problema tan desafiante para la fe, tan aparentemente imposible de resolver.

¿Cuándo comienza la vida?

Esa es una pregunta que la ciencia no puede responder. No exactamente, todavía no.

En comparación, la antigua discusión sobre ángeles danzantes en cabezas de alfiler, un tema de importancia para los días de Tomás de Aquino, Alberto Magno y Guillermo de Occam, parece trivial. Dentro de mil años, tal vez el furor por el aborto parezca igual de irrelevante.

El derecho legal de una mujer a tener un aborto fue establecido por la Corte Suprema, en Roe v. Wade, ayer hace 17 años. Ese día, los jueces dictaminaron por una votación de 7 a 2 que los abortos durante los primeros tres meses de embarazo son un asunto entre una mujer y su médico.

En los 17 años transcurridos desde entonces, las mujeres estadounidenses han tenido un estimado de 23 millones de abortos. Si continuarán haciéndolo en tales números está en duda. En julio pasado, en Webster v. Reproductive Health Services, el tribunal otorgó a los estados amplios poderes para imponer restricciones a los abortos. El aborto es ahora el tema más candente en las agendas de las legislaturas en muchos estados. Y así es como la gran cuestión moral de los tiempos, un problema que anuda las mentes de filósofos y científicos por igual, está siendo decidida por los legisladores estatales.

Si la pregunta es cuándo comienza a existir una persona, ¿por qué la sociedad no puede ser guiada por teólogos en lugar de políticos de nivel de entrada?

Puede. El problema es que la respuesta depende de la teología.

Las religiones del mundo difieren enormemente en el tema. Uno con 926 millones de seguidores es definitivo: una vida comienza con la concepción. Uno con 860 millones de creyentes es igualmente seguro: una vida comienza 40 días después de la concepción.

Aquí hay un informe de cómo, y por qué, las principales religiones del mundo no están de acuerdo.

En el centro de la disputa está la antigua cuestión de si un aborto es el asesinato de un ser humano o simplemente la eliminación de tejido sin alma. A pesar de los avances en la medicina prenatal, esta no es una pregunta que la ciencia moderna pueda responder. En gran medida, la opinión que uno tiene del aborto es una cuestión de creencias éticas y religiosas.

Las posiciones cristianas van desde la de la Iglesia Unitaria, que apoya el derecho a elegir el aborto como parte legítima del derecho a la privacidad, hasta la de la Iglesia Católica Romana, que bajo el derecho canónico excomulga automáticamente a cualquier mujer que tenga un aborto.

En Oriente, el tema tiene menos intensidad que en Occidente. Los hindúes, sijs y budistas creen en el renacimiento, por lo que la mayoría también cree que un aborto, por lamentable que sea, no privará a un alma de su única oportunidad de vida.

Bajo el Islam, los abortos son legales durante los primeros 40 días de embarazo, porque el profeta Mahoma dijo que un feto recién formado es una semilla que aún no ha recibido el aliento de vida. Muchos budistas creen de manera similar que la conciencia no puede surgir en un feto hasta que desarrolle un cerebro, órganos faciales y un sistema nervioso.

Aquí están las opiniones de 29 grupos religiosos principales, 20 de los cuales son cristianos, incluidos 16 de los más grandes o más influyentes de las más de 100 denominaciones protestantes. (Las cifras de membresía son para los Estados Unidos y se toman del Almanaque Mundial de 1989, a menos que se indique lo contrario).

PROTESTANTE

Iglesia Presbiteriana La Iglesia Presbiteriana, con más de 3 millones de miembros, es una de las denominaciones protestantes más fuertemente pro-aborto. La iglesia presentó un escrito amicus curiae ante la Corte Suprema de los Estados Unidos el otoño pasado oponiéndose al estado de Missouri en el caso de Webster v. En su escrito, la iglesia declaró que su Asamblea General "ha afirmado repetidamente que, aunque el aborto no debe usarse como una forma de control de la natalidad, la decisión del aborto debe permanecer con el individuo, debe tomarse sobre la base de la conciencia y los principios religiosos personales y debe permanecer libre de interferencia gubernamental". La iglesia también argumentó que "la moralidad del aborto es una cuestión de mayordomía de la vida y el aborto puede, por lo tanto, considerarse una elección responsable…cuando los recursos son inadecuados para cuidar a un niño adecuadamente".

En junio de 1989, la 201ª Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana reafirmó estas posiciones.

Convención Bautista del Sur

En 1982, la Convención Bautista del Sur, la denominación protestante más grande de la nación con más de 14.5 millones de miembros, resolvió "que apoyamos y trabajaremos por una legislación apropiada y / o enmienda constitucional que prohíba los abortos excepto para salvar la vida de la madre". Los bautistas del sur reafirmaron esta resolución en 1984 y 1989.

Como es cierto en otras denominaciones protestantes, las resoluciones de la Convención Bautista del Sur no son vinculantes para ninguna iglesia bautista o bautista individual. Sin embargo, los bautistas del sur son fuertemente antiaborto. Las mociones para permitir la violación y el incesto como excepciones que justificarían un aborto fueron derrotadas por la Convención Bautista del Sur en 1982, 1984 y 1989.

Richard Land, director de la Comisión de Vida Cristiana Bautista del Sur en Nashville, estima que dos tercios de los bautistas del sur favorecen la acción del gobierno que restringiría o prohibiría el aborto, pero reconoce que tal vez un tercio de los bautistas del sur (incluido el ex presidente Jimmy Carter) creen que incluso si uno se opone personalmente al aborto, no es un tema en el que el gobierno deba involucrarse.

Land argumenta que la legislación antiaborto no es una imposición de la moralidad de un grupo a otro, sino que protege a un niño por nacer de la imposición de la moral de la madre al niño.

Al igual que otras denominaciones, los bautistas del sur basan sus puntos de vista en varios versículos de la Biblia. Una es Jeremías 1:5, "Antes de formarte en el vientre te conocí, y antes de que nacieras te consagré; Te nombré profeta para las naciones". Otro versículo, Éxodo 21:22, está muy en disputa. En la Versión Estándar Revisada (y las traducciones judías son prácticamente las mismas) el versículo dice: "Cuando los hombres se esfuercen {pelear} juntos, y lastimen a una mujer con un hijo, de modo que haya un aborto espontáneo, y sin embargo no sigue ningún daño, el que la lastimó será multado, según lo que el marido de la mujer le impondrá; y pagará según lo determinen los jueces. Si sigue algún daño, entonces darás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente".

Muchos protestantes y judíos señalan la pena relativamente leve de una multa como autoridad bíblica de que un aborto no es un asesinato, y que el feto no tiene los derechos de un ser humano.

Pero los bautistas del sur y otros protestantes conservadores no están de acuerdo. Traducen la palabra "aborto espontáneo" como "nacimiento prematuro". Si un bebé nace prematuramente y "no hay daño", entonces solo hay una multa. Pero si hay daño, es decir, si el bebé por nacer muere, entonces es un asesinato, y la pena debe ser "vida por vida". Así que el mismo versículo de la Biblia es citado por el clero en ambos lados de la cuestión del aborto.

Convención Bautista

La Convención Bautista Nacional Progresista, con más de 1.7 millones de miembros según sus propias cifras, y el 99 por ciento de ellos negros, ha programado una reunión para determinar su posición sobre el tema del aborto. Sin embargo, Fred C. Lofton, presidente de la denominación con sede en Memphis, dice que la mayoría de los ministros bautistas progresistas creen que un aborto es un asesinato, y está mal, excepto en los casos de violación, incesto o si la vida de la madre está en peligro.

Iglesias Bautistas Americanas

En 1981, la Junta General de las Iglesias Bautistas Americanas, con más de 1.5 millones de miembros, declaró que "la integridad de la conciencia de cada persona debe ser respetada; Por lo tanto, creemos que el aborto debe ser una cuestión de decisión personal responsable". En 1987, sin embargo, existía la preocupación de que la resolución de 1981 fuera demasiado pro-derechos al aborto. Una nueva resolución en diciembre de 1987 declaró: "Estamos divididos en cuanto al testimonio apropiado de la iglesia al estado con respecto al aborto. En consecuencia, reconocemos la libertad de cada individuo para abogar por una política pública sobre el aborto que refleje sus creencias".

Metodista Unida

La Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida, la segunda denominación protestante más grande de la nación con más de 9.1 millones de miembros, resolvió en 1984 y reafirmó en abril de 1988, que "nuestra creencia en la santidad de la vida por nacer nos hace reacios a aprobar el aborto. Pero estamos igualmente obligados a respetar el carácter sagrado de la vida y el bienestar de la madre, para quien un embarazo inaceptable puede causar daños devastadores…Reconocemos conflictos trágicos de la vida con la vida que pueden justificar el aborto, y en tales casos apoyamos la opción legal del aborto bajo procedimientos médicos adecuados. No podemos afirmar el aborto como un medio aceptable de control de la natalidad, y lo rechazamos incondicionalmente como un medio de selección de género".

Luterana

La Iglesia Evangélica Luterana en América es una nueva denominación formada por la fusión en enero de 1988 de la Iglesia Luterana Americana y la Iglesia Luterana en América, que tenían puntos de vista directamente opuestos sobre el aborto. La iglesia tiene más de 5.2 millones de miembros.

En su primera asamblea nacional en agosto de 1989, las fuerzas antiaborto se opusieron a una declaración de la iglesia que alentaba el "libre acceso" a los servicios de aborto. La convención evitó una confrontación importante al adoptar una redacción sustitutiva que llama a los líderes de la iglesia a ayudar a "parejas e individuos a explorar todos los temas".

Sínodo de Missouri

Tan recientemente como el 13 de julio de 1989, la convención de la Iglesia Luterana, Sínodo de Missouri, con más de 2.6 millones de miembros, reafirmó sus posiciones de larga data de que los no nacidos "son personas a los ojos de Dios desde el momento de la concepción", y que "el aborto no es una opción moral, excepto como un subproducto trágicamente inevitable de los procedimientos médicos necesarios para prevenir la muerte de otro ser humano {como} la madre". La convención dio la bienvenida a "la decisión Webster de la Corte Suprema como un primer paso necesario hacia la plena restauración del derecho a la vida".

El otoño pasado, la Iglesia Luterana, Sínodo de Missouri, junto con la Convención Bautista del Sur y la Asociación Nacional de Evangélicos, presentaron un escrito amicus curiae ante la Corte Suprema de los Estados Unidos en apoyo del estado de Missouri en el caso de Webster v. En el escrito, las iglesias argumentaron que "ningún nivel de inconveniencia o incomodidad de un ser humano debe ser una justificación para terminar con la vida humana, incluso en sus primeras etapas, como ahora se permite en el primer y segundo trimestre del embarazo".

Episcopal

Muchos de los 2,5 millones de episcopales están activos tanto en el derecho al aborto como en los movimientos antiaborto. La Convención General en 1988 reflejó esta división cuando se opuso al "aborto como medio de control de la natalidad, planificación familiar, selección de sexo o cualquier razón de mera conveniencia", pero también instó "a que cualquier legislación propuesta por parte de los gobiernos nacionales o estatales con respecto al aborto debe tener especial cuidado de velar por que se respete la conciencia individual, y que se reconozca y honre la responsabilidad de los individuos de tomar decisiones informadas en este asunto".

Episcopal Metodista Africana

El obispo John H. Adams, obispo principal de la Iglesia Episcopal Metodista Africana con sede en Atlanta, con más de 2.2 millones de miembros, dice que hay muchos puntos de vista diferentes dentro de la iglesia, y que como cuerpo no tiene una posición oficial sobre el aborto.

El obispo Adams cree, sin embargo, que la mayoría de los miembros de la Iglesia AME creen que "el aborto suele ser malo, excepto cuando se trataría de un mal mayor, como los casos de violación, incesto y cuando la vida de la madre está en peligro". Pero también dice que la mayoría de los miembros de AME creen que "las personas tienen derecho a controlar sus propios cuerpos", y que es "una decisión de la mujer y su familia y no del gobierno".

Asambleas de Dios

En agosto de 1985, el Presbiterio General de las Asambleas de Dios, con más de 2,1 millones de miembros, afirmó que la vida comienza en la concepción. Por lo tanto, el aborto es "inmoral y pecaminoso" porque "le roba a la persona no nacida el privilegio de elegir ser un instrumento del diseño de Dios". La violación, el incesto o la certeza de la deformidad no justifican el aborto, pero si la vida de la madre está amenazada, entonces "el diagnóstico de los médicos pro-vida que asisten será útil para llegar a la conclusión adecuada". El presbiterio concluyó instando a los cristianos a "apoyar activamente la legislación pro-vida".

Iglesia Unida de Cristo

En 1987, el Decimosexto Sínodo General de la Iglesia Unida de Cristo, con más de 1,6 millones de miembros, "al tiempo que reconoce la ambigüedad moral del aborto e insta a que las alternativas al aborto siempre se consideren plena y cuidadosamente", defendió "el derecho de las mujeres a tener... abortos seguros y legales como una opción entre otras". El sínodo también instó a los pastores, miembros e iglesias locales "a oponerse activamente a la legislación y las enmiendas que buscan revocar o limitar el acceso a abortos seguros y legales".

Testigos de Jehová

Los testigos de Jehová, con más de 750.000 miembros, consideran el aborto como asesinato, excepto cuando es necesario para salvar la vida de la madre. Junto con los bautistas del sur y otras denominaciones protestantes conservadoras, citan Éxodo 21:22 como una base bíblica para este punto de vista. También creen que la vida comienza en el momento de la concepción. La edición del 8 de abril de 1988 de "¡Despertad!" afirma que "puesto que Dios no dio limitaciones en cuanto a la edad de los no nacidos en su ley expresada en Éxodo capítulo 21, los argumentos basados en la edad {de los no nacidos} se vuelven discutibles".

Adventistas del Séptimo Día

La Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, con más de 650.000 miembros, formó recientemente un Comité de Visión Cristiana de la Vida Humana, que se reunió por primera vez en abril de 1989. Está dando prioridad a la cuestión del aborto y espera tener una posición sobre el tema pronto.

Unitaria

En 1987, la Asamblea General de la Asociación Unitaria Universalista con más de 170.000 miembros, reafirmó "su posición histórica, apoyando el derecho a elegir la anticoncepción y el aborto como aspectos legítimos del derecho a la privacidad" y su oposición a "toda legislación, reglamentos y acciones administrativas, en cualquier nivel de gobierno, destinadas a socavar o eludir la decisión Roe v. Wade".

Amigos (Cuáqueros)

Los cuáqueros, que suman más de 110,000, no tienen sacerdotes ni ministros y no toman posiciones como un cuerpo. Respetan las conciencias individuales de los demás, y por esta razón la mayoría de los cuáqueros están en contra de la legislación gubernamental que impediría que un individuo tome una decisión de acuerdo con su propia conciencia. En una rara declaración, el American Friends Service Committee en 1970 instó a "la derogación de todas las leyes que limitan las circunstancias bajo las cuales una mujer puede tener un aborto".

Iglesia de Cristo, Científica

La Iglesia de Cristo, Científico no tiene cifras de membresía publicadas. El Comité de Publicaciones de la Ciencia Cristiana declaró recientemente que "los asuntos de planificación familiar se dejan al juicio individual de los miembros de nuestra iglesia", pero señaló que "los métodos que involucran medicamentos o cirugía normalmente no se considerarían compatibles con la Ciencia Cristiana".

El Christian Science Monitor, en un editorial del 7 de julio de 1989, declaró que "la decisión de una mujer sobre si un embarazo debe ser llevado a término debe seguir siendo suya, libre de la amenaza de sanciones estatales". El periódico agregó que el interés del estado en proteger la vida por nacer "no debería ser una puerta abierta para imponer un conjunto de creencias con respecto a la formación de los seres humanos en todos".

SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), con más de 3.8 millones de miembros, se ha opuesto consistentemente al aborto durante más de un siglo. Tan recientemente como en junio de 1989, los líderes de la iglesia emitieron una declaración de que "el aborto es un ataque contra los indefensos y sin voz; es una guerra contra los no nacidos" y "fundamentalmente contraria" al mandamiento de no matar.

La declaración agregó que "La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como institución no ha favorecido ni se ha opuesto a propuestas legislativas específicas. . . Sin embargo, seguimos alentando a nuestros miembros como ciudadanos a que dejen que sus voces sean escuchadas".

CATÓLICA

Iglesia Católica Romana La posición de la Iglesia Católica Romana, con más de 52 millones de miembros en los Estados Unidos y más de 900 millones en todo el mundo, es de larga data y bien conocida: que la vida comienza en el momento de la concepción y que el aborto es asesinato.

Se basa en versículos bíblicos, en la ley de la iglesia desde el año 80 dC, en los pronunciamientos del Papa Sixto V en 1588 y el Papa Pío IX en 1869, y más recientemente en la encíclica de 1968 del Papa Pablo VI, "Humanae Vitae". En la encíclica, el Papa Pablo VI declaró que "el aborto directamente deseado y procurado, incluso si es por razones terapéuticas, debe ser absolutamente excluido como medio lícito de regular el nacimiento".

Una mujer que obtiene un aborto completo es automáticamente excomulgada bajo el Canon 1398 del Código de Derecho Canónico, independientemente de la etapa del embarazo en el momento de su aborto.

Según el Padre Kevin Hart, Director de Vida Familiar y Adoración de la Arquidiócesis de Washington, DC, los casos de violación, incesto o la certeza de la deformidad no pueden justificar el asesinato de un feto. Sólo existen dos excepciones bajo la ley católica a la prohibición del aborto. Primero, si la vida de la madre está en juego, entonces su familia puede elegir cuál de dos vidas iguales debe salvarse. En segundo lugar, si una mujer embarazada necesita cirugía, por ejemplo, si tiene cáncer y necesita que le extirpen el útero, y si la intención detrás de la cirugía es restaurar la salud de la madre y no matar al feto, entonces un aborto está justificado.

ORTODOXOS ORIENTALES

Iglesia Ortodoxa Griega Los seguidores de la Iglesia Ortodoxa Griega, que suman más de 1,9 millones, creen que la vida comienza en el momento de la concepción. Según el obispo Isaías, canciller de la Arquidiócesis Ortodoxa Griega de América del Norte y del Sur, que tiene su sede en Nueva York, el mejor ejemplo de la base bíblica de esta creencia es la Anunciación (Lucas 1:31), cuando el ángel Gabriel le dijo a María: "Y he aquí, concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús".

Ya en el año 375 d.C., San Basilio dijo que "los que dan pociones para la destrucción del niño concebido en el vientre materno son asesinos; como lo son los que toman los venenos que matan al niño". Hoy en día, los cánones ortodoxos griegos prohíben el aborto como el asesinato injusto de un ser humano, permisible solo cuando es necesario para salvar la vida de la madre. Pero si una mujer tiene un aborto y luego se arrepiente sinceramente de su pecado, puede ser perdonada y bienvenida de nuevo a la iglesia.

A aquellos que argumentan que el feto en las primeras semanas de embarazo no es un ser humano completo, un sacerdote cristiano ortodoxo griego responderá que nadie es completamente humano, sino que todos, desde el embrión hasta el anciano, tienen el potencial de volverse completamente humanos y lograr la unión con Dios.

Iglesia Ortodoxa Rusa

La posición de la Iglesia Ortodoxa Rusa, con aproximadamente 1 millón de miembros, es idéntica a la de la Iglesia Ortodoxa Griega, según Eric Weaver, secretario de la Iglesia Metropolitana de la Iglesia con sede en Syosset, Nueva York. Los seguidores de la Iglesia Ortodoxa Rusa creen que la vida comienza en el momento de la concepción, y que el aborto nunca se justifica, excepto para salvar la vida de la madre.

JUDÍOS

Judaísmo Reformista

Los judíos reformistas, que suman 1,3 millones, permiten el aborto cuando la vida o la salud de la madre se ven amenazadas por el embarazo. Pero para los judíos reformistas esta excepción es tan amplia que un aborto es permisible incluso cuando es la "vida espiritual o psicológica" de la madre la que está amenazada, según el rabino Joseph Weinberg de la Congregación Hebrea de Washington. La decisión sobre el aborto es de la madre, y ella tiene derecho a interrumpir su embarazo si lo considera apropiado. El rabino Weinberg cree que "una madre que no quiere a su hijo no debería tener que darle vida". Agrega que bajo la ley judía tradicional, una vida no se considera separada de la madre hasta que su cabeza está fuera del útero.

En 1981, la Convención Bienal de la Unión de Congregaciones Hebreas Americanas reafirmó su "fuerte apoyo al derecho de una mujer a obtener un aborto legal sobre los fundamentos constitucionales enunciados por la Corte Suprema en su decisión de 1973", y se opuso a "los intentos de restringir el derecho al aborto a través de enmiendas constitucionales. Establecer en la Constitución la opinión de ciertos grupos religiosos sobre el comienzo de la vida. . . socavaría las libertades constitucionales que protegen a todos los estadounidenses".

Judaísmo conservador

La visión judía conservadora del aborto está mucho más cerca de la del judaísmo reformista que del judaísmo ortodoxo. Aunque muchos de los más de 1,2 millones de judíos conservadores están en contra del aborto, muchos más están a favor del derecho al aborto, según el rabino Jack Moline de la Sinagoga Agudas Achim en Alejandría. El rabino Moline dice que se opone a las restricciones del gobierno sobre el derecho de una mujer a abortar porque no quiere "un conflicto entre la buena ciudadanía y una interpretación de la voluntad de Dios".

En general, dice el rabino Moline, los judíos conservadores interpretan la Halajá (el cuerpo de la ley judía que comienza con el Talmud) un poco más estrictamente que los judíos reformistas. Por ejemplo, el rabino Moline no favorece los abortos en los casos de violación, incesto o la certeza de la deformidad fetal a menos que la salud de la madre esté en peligro por el embarazo. Pero al igual que los judíos reformistas, el rabino Moline interpreta que la "salud" de la madre incluye su salud mental y bienestar. Entonces, si el nacimiento de un niño como resultado de una violación fuera a dañar la salud psicológica de una madre, entonces un aborto sería permisible.

Judaísmo Ortodoxo

Según el rabino Hillel Klaven del Ohev Sholom en Washington, los judíos ortodoxos, que suman alrededor de 1 millón, están en contra del aborto, excepto en los casos en que la vida o la salud de la madre están en peligro. La violación, el incesto o la certeza de la deformidad de un niño no son excepciones permisibles a la prohibición del aborto, y los casos relacionados con la salud física de la madre generalmente se interpretan estrictamente. Sin embargo, las circunstancias a veces pueden justificar un aborto. Por ejemplo, si una mujer corre el riesgo de una discapacidad permanente y grave si su embarazo continúa, entonces muchos rabinos ortodoxos le permitirán tener un aborto. Aunque la mayoría de los judíos ortodoxos se oponen al aborto, un número considerable también está en contra de cualquier interferencia del gobierno en lo que ven como un asunto religioso.

MUSULMÁN

Islámico

Los musulmanes, con más de 2,6 millones de seguidores en América del Norte y 860 millones en todo el mundo, permiten el aborto por cualquier motivo en los primeros 40 días de embarazo, pero no permiten ninguno después, según Muhammad Aglan, profesor de jurisprudencia coránica en la Universidad Imam Muhammad ibn-Saud en Riad, Arabia Saudita.

La única excepción es cuando es necesario salvar la vida de la madre. Un médico debe certificar que un aborto es de hecho la única manera de salvar la vida, según Aglan. La violación y el incesto no son excepciones, dijo, pero el caso de la deformidad en el feto es un tema nuevo para que los eruditos musulmanes examinen.

La base bíblica para la elección de 40 días no proviene del Corán, que los musulmanes creen que es la palabra de Dios, sino del Hadith, los dichos de Mahoma, que fueron recopilados por un erudito llamado al-Bukhari en el siglo IX. Mahoma describió al feto como "40 días en forma de semilla, luego es un coágulo de sangre por un período similar, luego un bocado de carne por un período similar, luego {a los 120 días} se le envía el ángel que sopla el aliento de vida en él".

Algunos musulmanes creen que los abortos se pueden realizar hasta los 120 días de embarazo, dijo Aglin, pero son una pequeña minoría. La mayoría de los eruditos musulmanes están de acuerdo en 40 días como una línea divisoria entre abortos legales e ilegales, ya que el número real de días después del comienzo de un embarazo es difícil de determinar. (Alrededor del 50.3 por ciento de los abortos en los Estados Unidos se realizan dentro de las seis semanas, o 42 días, de la concepción, según el Instituto Alan Guttmacher en Nueva York, que estudia y promueve el control de la natalidad y la población).

ORIENTAL

Hinduismo

Hay más de 735 millones de hindúes en todo el mundo. Es la opinión de todas las sectas del hinduismo que el alma entra en el feto en el momento de la concepción, dijo Seshagir Rao, profesor de estudios religiosos en la Universidad de Virginia. Por lo tanto, el hinduismo tradicional no permite el aborto excepto en los casos de violación, incesto y para salvar la vida de la madre.

En la práctica moderna, sin embargo, el aborto en la India hoy en día es legal y ampliamente aceptado. Bajo la Ley de Interrupción Médica del Embarazo de 1971, el aborto en la India está disponible para las mujeres incluso "en casos de fracaso anticonceptivo". A pesar de la doctrina hindú contra el aborto, no hay oposición al aborto legalizado por parte de ningún partido político importante o grupo de sacerdotes hindúes.

Hay dos razones principales para esta aquiescencia generalizada al aborto. En primer lugar, la población de la India se ha triplicado desde la Segunda Guerra Mundial y ahora supera los 800 millones. En segundo lugar, como es cierto en las naciones budistas, el aborto no es un tema inflamatorio en la India porque los hindúes, como los budistas, creen en el renacimiento, por lo que un aborto no priva a una entidad consciente de su única oportunidad de vida.

Sijismo

Los sijs, con más de 16,6 millones de seguidores en todo el mundo, están divididos sobre la cuestión del aborto, pero el problema no es la controversia candente entre los sijs que es entre los occidentales. Aunque los sijs son monoteístas, también creen en el renacimiento, por lo que un aborto no es necesariamente el final de la vida de un alma.

Los eruditos están de acuerdo en que la sagrada escritura sij, el Gurú Granth Sahib, guarda silencio sobre el aborto y el aborto espontáneo. Sin embargo, la escritura dice que "Dios ve al hombre desde el abismo del vientre", y también declara que el propósito de la vida humana es tener la oportunidad de encontrarse con Dios. Algunos sijs, como Gurpal Bhuller, un médico en Hopewell, Virginia, concluyen de esto que el aborto está mal. Porque "negar a alguien una existencia humana es negarle la oportunidad de descubrir a Dios".

Sin embargo, Bhuller permite excepciones en los casos de violación, incesto y cuando la vida de la madre está en peligro.

Otros sijs, especialmente los sijs más jóvenes, se basan en la antigua tradición de su religión de los derechos de las mujeres, y están de acuerdo con Inderjit S. Sekhon, un sacerdote de la Fundación Guru Nanak de América en Silver Spring, quien dice que la decisión de tener un aborto "es la elección de la familia involucrada".

Budismo

Los budistas, con más de 100.000 seguidores en los Estados Unidos y más de 300 millones en todo el mundo, están tan divididos como los cristianos sobre el tema del aborto. Pero no es el tema candente en el budismo que está en el cristianismo debido a la creencia budista en el renacimiento. Un budista no cree que un aborto le robe a un ser no nacido su única oportunidad de vida. Más bien, un aborto es más parecido a un fósforo, que al no encender una vela, puede encender otra.

Sin embargo, muchos budistas, como Bhante Gunaratana, un sacerdote de la Sociedad Bhavana en Highview, W.Va., creen que la conciencia surge en el momento de la concepción, y que el aborto es un asesinato y está mal. Gunaratana favorece las leyes gubernamentales que prohíben el aborto y no permiten excepciones, excepto posiblemente la vida de la madre.

Otros budistas, como Kenryu T. Tsuji, un sacerdote del Templo Budista Ekoji en Springfield, creen que la decisión es una que una mujer debe decidir por sí misma. Si bien Tsuji reconoce que toda matanza es mala, incluida la matanza de insectos y flores, enfatiza que la situación que rodea cada embarazo es diferente y que no puede haber reglas rígidas.

En Japón, una nación que es budista y sintoísta, el aborto es extremadamente común, está disponible a pedido y no se opone a ninguno de los principales partidos políticos. Además, en los últimos 20 años, el clero budista en Japón ha creado un nuevo rito para fetos abortados llamado "Mizuko Kuyo", para aliviar la ansiedad de las mujeres que han tenido abortos, según Gary Ebersole, director de estudios religiosos de la Universidad Estatal de Ohio.

Budismo Zen

Según Jiro Sensei, un maestro Zen en el Kashain Zendo en Washington, una decisión sobre el aborto no puede ser dictada por otros. La decisión real no es tan importante para un seguidor del Zen como el proceso de toma de decisiones en sí. "Una decisión debe tomarse con plena conciencia de sus consecuencias, y debe ser tomada por el individuo con la cabeza clara, completamente despierto a todo el problema. Porque si lo hace una persona que está despierta, él o ella puede vivir con la decisión".

Sintoísmo La religión sintoísta, con más de 100 millones de seguidores, no tiene una posición sobre el aborto, según Ebersole de Ohio State, y la mayoría de los japoneses creen que la decisión del aborto es un asunto personal más que gubernamental.

Masato Kawahatsu, un sacerdote sintoísta de la secta Konkoyo en el Santuario Konkoyo en San Francisco, está de acuerdo en que la decisión es personal más que un asunto gubernamental. Él cree que una mujer embarazada y su sacerdote deben tomar la decisión juntos, con el sacerdote actuando como mediador entre sus preocupaciones personales y la Voluntad Divina.

Mark Weston es un escritor independiente en Armonk, Nueva York.

https://www.washingtonpost.com/archive/lifestyle/wellness/1990/01/23/faith-abortion/e0e28bd6-a8cf-43a1-96e1-ed1d367d5439/

 

FAITH ABORTION

 By Mark Weston
January 23, 1990
Abortion.

Not since medieval ponderings about how many angels could dance on the head of a pin has there been an issue so challenging to faith, so seemingly impossible to resolve.

When does life begin?

That is a question that science cannot answer. Not exactly, not yet.

By comparison, the ancient argument over dancing angels on pinheads -- a topic of importance to the days of Thomas Aquinas, Albertus Magnus and William of Occam -- looks trivial. A thousand years hence, maybe the furor over abortion will appear just as irrelevant.

A woman's legal right to have an abortion was established by the Supreme Court, in Roe v. Wade, 17 years ago yesterday. On that day, the justices ruled by a vote of 7 to 2 that abortions during the first three months of a pregnancy are a matter between a woman and her doctor.

In the 17 years since, American women have had an estimated 23 million abortions.

Whether they will continue doing so in such numbers is in doubt. Last July, in Webster v. Reproductive Health Services, the court gave states broad powers to impose restrictions on abortions. Abortion is now the hottest issue on the agendas of legislatures in many states.

And so it is that the great moral question of the times -- a problem that knots the minds of philosophers and scientists alike -- is being decided by state legislators.

If the question is when does a person begin to exist, why can't society be guided by theologists rather than entry-level politicians?

It can. The problem is, the answer depends on the theology.

The world's religions differ vastly on the issue. One with 926 million followers is definite: A life starts with conception. One with 860 million believers is equally sure: a life begins 40 days after conception.

Here is a report of how, and why, the world's major faiths disagree.

At the heart of the dispute is the ancient question of whether an abortion is the murder of a human being or merely the removal of soulless tissue. Despite advances in prenatal medicine, this is not a question that modern science can answer. To a large extent, one's view of abortion is a matter of ethical and religious belief.

Christian positions range from that of the Unitarian Church, which supports the right to choose abortion as a legitimate part of the right to privacy, to that of the Roman Catholic Church, which under canon law automatically excommunicates any woman who has an abortion.

In the Orient, the issue has less intensity than it does in the West. Hindus, Sikhs and Buddhists believe in rebirth, so most also believe that an abortion, however regrettable, will not deprive a soul of its one and only chance at life.

Under Islam, abortions are legal during the first 40 days of pregnancy, because the prophet Muhammad said that a newly-formed fetus is a seed that has not yet received the breath of life. Many Buddhists similarly believe that consciousness cannot arise in a fetus until it develops a brain, facial organs and a nervous system.

Here are the views of 29 major religious groups, 20 of whom are Christian, including 16 of the largest or most influential of the more than 100 Protestant denominations. (Membership figures are for the United States, and are taken from the 1989 World Almanac, unless otherwise noted.)

PROTESTANT

Presbyterian Church

The Presbyterian Church, with more than 3 million members, is one of the most strongly pro-abortion rights Protestant denominations. The church filed an amicus curiae brief with the U.S. Supreme Court last fall opposing the state of Missouri in the case of Webster v. Reproductive Health Services.

In its brief, the church declared that its General Assembly "has repeatedly affirmed that, although abortion should not be used as a form of birth control, the abortion decision must remain with the individual, must be made on the basis of conscience and personal religious principles and must remain free of governmental interference." The church also argued that "the morality of abortion is a question of stewardship of life and abortion can, therefore, be considered a responsible choice . . . when resources are inadequate to care for a child appropriately."

In June 1989, the 201st General Assembly of the Presbyterian Church reaffirmed these positions.

Southern Baptist Convention

In 1982, the Southern Baptist Convention, the nation's largest Protestant denomination with more than 14.5 million members, resolved "that we support and will work for appropriate legislation and/or constitutional amendment which will prohibit abortions except to save the life of the mother." The Southern Baptists reaffirmed this resolution in 1984 and 1989.

As is true in other Protestant denominations, resolutions of the Southern Baptist Convention are not binding upon any individual Baptist or Baptist church. Nevertheless, the Southern Baptists are strongly antiabortion. Motions to allow rape and incest as exceptions that would justify an abortion were defeated by the Southern Baptist Convention in 1982, 1984 and 1989.

Richard Land, director of the Southern Baptist Christian Life Commission in Nashville, estimates that two-thirds of Southern Baptists favor government action that would restrict or outlaw abortion, but acknowledges that perhaps one-third of Southern Baptists (including former president Jimmy Carter) believe that even if one is personally opposed to abortion, it is not an issue in which the government should involve itself.

Land argues that antiabortion legislation is not an imposition of one group's morality on another, but protects an unborn child from the mother's imposition of her morality on the child.

Like other denominations, Southern Baptists base their views on several Bible verses. One is Jeremiah 1:5, "Before I formed you in the womb I knew you, and before you were born I consecrated you; I appointed you a prophet to the nations." Another verse, Exodus 21:22, is much in dispute. In the Revised Standard Version (and Jewish translations are virtually the same) the verse reads, "When men strive {fight} together, and hurt a woman with child, so that there is a miscarriage, and yet no harm follows, the one who hurt her shall be fined, according as the woman's husband shall lay upon him; and he shall pay as the judges determine. If any harm follows, then you shall give life for life, eye for eye, tooth for tooth."

Many Protestants and Jews point to the relatively light penalty of a fine as biblical authority that an abortion is not a murder, and that the fetus does not have the rights of a human being.

But Southern Baptists and other conservative Protestants disagree. They translate the word "miscarriage" as "premature birth." If a baby is born prematurely and "no harm follows," then there is only a fine. But if there is harm -- that is -- if the unborn baby dies, then it is a murder, and the penalty must be "life for life." So the same Bible verse is cited by clergy on both sides of the abortion question.

Baptist Convention

The Progressive National Baptist Convention, with more than 1.7 million members according to their own figures, and 99 percent of them black, has scheduled a meeting to determine its position on the abortion issue. However, Fred C. Lofton, president of the Memphis-based denomination, says that most Progressive Baptist ministers believe that an abortion is a killing, and is wrong except in the cases of rape, incest or if the life of the mother is in danger.

American Baptist Churches

In 1981, the General Board of the American Baptist Churches, with more than 1.5 million members, stated that "the integrity of each person's conscience must be respected; therefore, we believe that abortion must be a matter of responsible personal decision." By 1987, however, there was concern that the 1981 resolution was too pro-abortion rights. A new resolution in December 1987 declared, "We are divided as to the proper witness of the church to the state regarding abortion. Consequently, we acknowledge the freedom of each individual to advocate for a public policy on abortion that reflects his or her beliefs."

United Methodist

The General Conference of the United Methodist Church, the nation's second largest Protestant denomination with more than 9.1 million members, resolved in 1984 and reaffirmed in April 1988, that "our belief in the sanctity of unborn life makes us reluctant to approve abortion. But we are equally bound to respect the sacredness of the life and well-being of the mother, for whom devastating damage may result from an unacceptable pregnancy . . . we recognize tragic conflicts of life with life that may justify abortion, and in such cases we support the legal option of abortion under proper medical procedures. We cannot affirm abortion as an acceptable means of birth control, and we unconditionally reject it as a means of gender selection."

Lutheran

The Evangelical Lutheran Church in America is a new denomination formed by the January 1988 merger of the American Lutheran Church and the Lutheran Church in America, which had directly opposing views on abortion. The church has more than 5.2 million members.

In its first national assembly in August 1989 antiabortion forces objected to a church statement that encouraged "free access" to abortion services. The convention prevented a major confrontation by adopting substitute wording that calls on church leaders to help "couples and individuals explore all issues."

Missouri Synod

As recently as July 13, 1989, the convention of the Lutheran Church, Missouri Synod, with more than 2.6 million members, reaffirmed its longstanding positions that the unborn "are persons in the sight of God from the time of conception," and that "abortion is not a moral option except as a tragically unavoidable byproduct of medical procedures necessary to prevent the death of another human being {such as} the mother." The convention welcomed "the Supreme Court's Webster decision as a necessary first step toward the full restoration of the right to life."

Last fall, the Lutheran Church, Missouri Synod, along with the Southern Baptist Convention and the National Association of Evangelicals, filed an amicus curiae brief with the U.S. Supreme Court in support of the state of Missouri in the case of Webster v. Reproductive Health Services. In the brief, the churches argued that "no level of inconvenience or discomfort of a human being should be a justification for terminating human life, even at its earliest stages, as is now permitted in the first and second trimesters of pregnancy."

Episcopal

Many of the 2.5 million Episcopalians are active in both the abortion rights and the antiabortion movements. The General Convention in 1988 reflected this division when it opposed "abortion as a means of birth control, family planning, sex selection, or any reason of mere convenience," but also urged "that any proposed legislation on the part of national or state governments regarding abortions must take special care to see that individual conscience is respected, and that the responsibility of individuals to reach informed decisions in this matter is acknowledged and honored."

African Methodist Episcopal

Bishop John H. Adams, senior bishop of the Atlanta-based African Methodist Episcopal Church, with more than 2.2 million members, says that there are many different points of view within the church, and that as a body it has no official position on abortion.

Bishop Adams believes, however, that most members of the AME Church believe that "abortion is usually wrong except where a greater wrong would be involved, such as the cases of rape, incest and when the life of the mother is in jeopardy." But he also says that most AME members believe that "people have the right to control their own bodies," and that it is "a decision of the woman and her family and not of the government."

Assemblies of God

In August 1985, the General Presbytery of the Assemblies of God, with more than 2.1 million members, affirmed that life begins at conception. Abortion is therefore "immoral and sinful" because "it robs the unborn person of the privilege of choosing to be an instrument of God's design." Rape, incest or the certainty of deformity do not justify abortion, but if the life of the mother is threatened, then "the diagnosis of attending pro-life physicians will be helpful in arriving at the proper conclusion." The Presbytery concluded by urging Christians to "actively support pro-life legislation."

United Church of Christ

In 1987, the Sixteenth General Synod of the United Church of Christ, with more than 1.6 million members, "while recognizing {abortion's} moral ambiguity and urging that alternatives to abortion always be fully and carefully considered," upheld "the right of women to have . . . safe, legal abortions as one option among others." The synod also urged pastors, members and local churches "to oppose actively legislation and amendments which seek to revoke or limit access to safe and legal abortions."

Jehovah's Witnesses

Jehovah's Witnesses, with more than 750,000 members, regard abortion as murder except when it is necessary to save the life of the mother. Along with Southern Baptists and other conservative Protestant denominations, they cite Exodus 21:22 as a biblical basis for this view. They also believe that life begins at the moment of conception. The April 8, 1988 issue of "Awake!" states that "since God gave no limitations as to the age of the unborn in his law expressed at Exodus chapter 21, arguments based on age {of the unborn} become moot."

Seventh-Day Adventists

The General Conference of the Seventh-Day Adventists, with more than 650,000 members, recently formed a Christian View of Human Life Committee, which met for the first time in April 1989. It is giving priority to the question of abortion and hopes to have a position on the issue soon.

Unitarian

In 1987, the General Assembly of the Unitarian Universalist Association with more than 170,000 members, reaffirmed "its historic position, supporting the right to choose contraception and abortion as legitimate aspects of the right to privacy" and its opposition to "all legislation, regulations and administrative action, at any level of government, intended to undermine or circumvent the Roe v. Wade decision."

Friends (Quakers)

Quakers, numbering more than 110,000, do not have priests or ministers and do not take stands as a body. They respect each other's individual consciences, and for this reason most Quakers are against government legislation that would prevent an individual from making a decision according to his or her own conscience. In a rare statement, the American Friends Service Committee in 1970 urged "the repeal of all laws limiting the circumstances under which a woman may have an abortion."

Church of Christ, Scientist

The Church of Christ, Scientist has no published membership figures. The Christian Science Committee on Publication stated recently that "matters of family planning are left to the individual judgment of members of our church," but noted that "methods which involve drugs or surgery would not normally be considered compatible with Christian Science."

The Christian Science Monitor, in an editorial on July 7, 1989, declared that "a woman's decision on whether a pregnancy should be brought to term should remain hers to make, free of the threat of state sanctions." The newspaper added that the state's interest in protecting unborn life "shouldn't be an open door to impose one set of beliefs regarding the formation of human beings on everyone."

LATTER-DAY SAINTS

The Church of Jesus Christ of Latter-Day Saints (Mormons), with more than 3.8 million members, has consistently opposed abortion for more than a century. As recently as June 1989, church leaders issued a statement that "abortion is an attack on the defenseless and voiceless; it is a war on the unborn," and "fundamentally contrary" to the commandment not to kill.

The statement added that "the Church of Jesus Christ of Latter-Day Saints as an institution has not favored or opposed specific legislative proposals . . . however, we continue to encourage our members as citizens to let their voices be heard."

CATHOLIC

Roman Catholic Church

The position of the Roman Catholic Church, with more than 52 million members in the United States and more than 900 million worldwide, is longstanding and well-known: that life begins at the moment of conception and that abortion is murder.

It is based on biblical verses, on church law from as early as 80 A.D., on the pronouncements of Pope Sixtus V in 1588 and Pope Pius IX in 1869, and most recently on the 1968 encyclical of Pope Paul VI, "Humanae Vitae." In the encyclical, Pope Paul VI declared that "directly willed and procured abortion, even if for therapeutic reasons, {is} to be absolutely excluded as licit means of regulating birth."

A woman who secures a completed abortion is automatically excommunicated under Canon 1398 of the Code of Canon Law, regardless of the stage of pregnancy at the time of her abortion.

According to Father Kevin Hart, Director of Family Life and Worship at the Archdiocese of Washington, D.C., cases of rape, incest or the certainty of deformity cannot justify the killing of a fetus. Only two exceptions exist under Catholic law to the prohibition of abortion. First, if the life of the mother is at stake, then her family may choose which of two equal lives should be saved. Second, if a pregnant woman needs surgery, for example, if she has cancer and needs to have her uterus removed, and if the intention behind the surgery is to restore the health of the mother and not to kill the fetus, then an abortion is justified.

EASTERN ORTHODOX

Greek Orthodox Church

Followers of the Greek Orthodox Church, who number more than 1.9 million, believe that life begins at the moment of conception. According to Bishop Isaiah, Chancellor of the Greek Orthodox Archdiocese of North and South America, which has its headquarters in New York, the best example of the biblical basis for this belief is the Annunciation (Luke 1:31), when the angel Gabriel said to Mary, "And behold, you will conceive in your womb and bear a son, and you shall call his name Jesus."

As early as 375 A.D., Saint Basil said "those who give potions for the destruction of the child conceived in the womb are murderers; as are they who take the poisons which kill the child." Today, Greek Orthodox canons prohibit abortion as the unjust killing of a human being, permissible only when it is necessary to save the life of the mother. But if a woman has an abortion and later sincerely repents of her sin, she can be forgiven and welcomed back into the church.

To those who argue that the fetus in the first few weeks of pregnancy is not a full human being, a Greek Orthodox Christian priest will reply that no one is fully human, but that everyone, from embryo to old man, has the potential to become fully human and achieve union with God.

Russian Orthodox Church

The position of the Russian Orthodox Church, with about 1 million members, is identical to that of the Greek Orthodox Church, according to Eric Weaver, secretary to the Metropolitan of the Syosset, N.Y.-based church. Followers of the Russian Orthodox Church believe that life begins at the moment of conception, and that abortion is never justified except to save the life of the mother.

JEWISH

Reform Judaism

Reform Jews, who number 1.3 million, permit abortion when the life or health of the mother is threatened by pregnancy. But for Reform Jews this exception is so wide that an abortion is permissible even when it is the "spiritual or psychological life" of the mother that is threatened, according to Rabbi Joseph Weinberg of the Washington Hebrew Congregation. The decision on abortion is the mother's, and she is entitled to terminate her pregnancy if she feels that is the appropriate. Rabbi Weinberg believes that, "A mother who does not want her child should not have to bring it to life." He adds that under traditional Jewish law, a life is not considered separate from the mother until its head is out of the womb.

In 1981, the Biennial Convention of the Union of American Hebrew Congregations reaffirmed its "strong support for the right of a woman to obtain a legal abortion on the constitutional grounds enunciated by the Supreme Court in its 1973 decision," and opposed "attempts to restrict the right to abortion through constitutional amendments. To establish in the Constitution the view of certain religious groups on the beginning of life . . . would undermine constitutional liberties which protect all Americans."

Conservative Judaism

The Conservative Jewish view of abortion is far closer to that of Reform Judaism than it is to Orthodox Judaism. Although many of the more than 1.2 million Conservative Jews are anti-abortion, many more are pro-abortion rights, according to Rabbi Jack Moline of the Agudas Achim Synagogue in Alexandria. Rabbi Moline says that he opposes government restrictions on a woman's right to have an abortion because he does not want "a conflict between good citizenship and an interpretation of God's will."

In general, Rabbi Moline says, Conservative Jews interpret the Halakha (the body of Jewish law that begins with the Talmud) a little bit more strictly than Reform Jews do. For example, Rabbi Moline does not favor abortions in the cases of rape, incest or the certainty of fetal deformity unless the health of the mother is jeopardized by the pregnancy. But like Reform Jews, Rabbi Moline interprets the "health" of the mother to include her mental health and well-being. So if the carrying of a child resulting from a rape were going to harm the psychological health of a mother, then an abortion would be permissible.

Orthodox Judaism

According to Rabbi Hillel Klaven of the Ohev Sholom in Washington, Orthodox Jews, who number about 1 million, are against abortion except in cases where the life or health of the mother is in jeopardy. Rape, incest or the certainty of a child's deformity are not permissible exceptions to the prohibition against abortion, and cases concerning the physical health of the mother are usually interpreted strictly. Still, circumstances can sometimes justify an abortion. For example, if a woman runs a risk of a permanent and serious disability should her pregnancy continue, then many Orthodox rabbis will allow her to have an abortion.

Although most Orthodox Jews oppose abortion, a sizeable number are also against any goverment interference in what they see as a religious matter.

MOSLEM

Islam

Moslems, with more than 2.6 million followers in North America and 860 million worldwide, allow abortion for any reason in the first 40 days of pregnancy, but do not permit any afterward, according to Muhammad Aglan, a professor of Koranic jurisprudence at Imam Muhammad ibn-Saud University in Riyadh, Saudi Arabia.

The one exception is when it is necessary to save the life of the mother. A doctor must certify that an abortion is indeed the only way to save the life, according to Aglan. Rape and incest are not exceptions, he said, but the case of deformity in the fetus is a new issue for Moslem scholars to examine.

The scriptural basis for the choice of 40 days comes not from the Koran, which Moslems believe to be the word of God, but from the Hadith, the sayings of Muhammad, which were collected by a scholar named al-Bukhari in the ninth century. Muhammad described the fetus as being "40 days in the form of seed, then he is a clot of blood for a like period, then a morsel of flesh for a like period, then {at 120 days} there is sent to him the angel who blows the breath of life into him."

Some Moslems believe that abortions can be performed as late as 120 days into pregnancy, Aglan said, but they are a small minority. Most Moslem scholars agree on 40 days as a dividing line between legal and illegal abortions, since the actual number of days after the beginning of a pregnancy is difficult to determine. (About 50.3 percent of U.S. abortions are performed within six weeks, or 42 days, of conception, according to the Alan Guttmacher Institute in New York, which studies and promotes birth and population control.)

EASTERN

Hinduism

There are more than 735 million Hindus worldwide. It is the view of every sect of Hinduism that the soul enters the fetus at the moment of conception, said Seshagir Rao, a professor of religious studies at the University of Virginia. Therefore, traditional Hinduism does not permit abortion except in the cases of rape, incest, and to save the life of the mother.

In modern practice, however, abortion in India today is legal and widely accepted. Under the Medical Termination of Pregnancy Act of 1971, abortion in India is available to women even "in cases of contraceptive failure." Despite the Hindu doctrine against abortion, there is no opposition to legalized abortion from any major political party or group of Hindu priests.

There are two main reasons for this widespread acquiescence to abortion. First, India's population has tripled since World War II and is now well over 800 million. Second, as is true in Buddhist nations, abortion is not an inflammatory issue in India because Hindus, like Buddhists, believe in rebirth, so an abortion does not deprive a conscious entity of its only chance at life.

Sikhism

Sikhs, with more than 16.6 million followers worldwide, are divided on the question of abortion, but the issue is not the burning controversy among Sikhs that it is among Westerners. Although Sikhs are monotheistic, they also believe in rebirth, so an abortion is not necessarily the end of life for a soul.

Scholars agree that the Sikh holy scripture, the Guru Granth Sahib, is silent on abortion and miscarriage. However, the scripture does say that "God sees man from the pit of the womb," and it also states that the purpose of human life is to have the chance to meet God. Some Sikhs, such as Gurpal Bhuller, a physician in Hopewell, Va., conclude from this that abortion is wrong. For "to deny someone a human existence is to deny him a chance to discover God."

Nevertheless, Bhuller allows for exceptions in the cases of rape, incest and when the life of the mother is in jeopardy.

Other Sikhs, especially younger Sikhs, draw upon their religion's ancient tradition of women's rights, and agree with Inderjit S. Sekhon, a priest at the Guru Nanak Foundation of America in Silver Spring, who says that the decision to have an abortion "is the choice of the family involved."

Buddhism

Buddhists, with more than 100,000 followers in the United States and more than 300 million worldwide, are as divided as Christians on the subject of abortion. But it is not the burning issue in Buddhism that it is in Christianity because of the Buddhist belief in rebirth. A Buddhist does not believe that an abortion robs an unborn being of its one and only chance at life. Rather an abortion is more akin to a match, which having failed to light a candle, may yet light another.

Nevertheless, many Buddhists, such as Bhante Gunaratana, a priest at the Bhavana Society in Highview, W.Va., believe that consciousness arises at the moment of conception, and that abortion is a killing and is wrong. Gunaratana favors government laws that prohibit abortion and allow no exceptions except possibly the life of the mother.

Other Buddhists, such as Kenryu T. Tsuji, a priest at the Ekoji Buddhist Temple in Springfield, believe that the decision is one that a woman must decide for herself. While Tsuji acknowledges that all killing is evil, including the killing of insects and flowers, he emphasizes that the situation surrounding each pregnancy is different, and that there can be no rigid rules.

In Japan, a nation that is both Buddhist and Shinto, abortion is extremely common, available on demand and not opposed by any major political parties. Moreover, in the last 20 years, the Buddhist clergy in Japan has created a new rite for aborted fetuses called "Mizuko Kuyo," to relieve the anxiety of women who have had abortions, according to Gary Ebersole, director of religious studies at Ohio State University.

Zen Buddhism

According to Jiro Sensei, a Zen teacher at the Kashain Zendo in Washington, a decision on abortion cannot be dictated by others. The actual decision is not as important to a follower of Zen as the process of the decision-making itself. "A decision should be made in full awareness of its consequences, and should be made by the individual with a clear head, fully wide awake to the whole issue. Because if it is made by a person who is awake, he or she can live with the decision."

Shintoism

The Shinto religion, with more than 100 million followers, has no position on abortion, according to Ohio State's Ebersole, and most Japanese believe that the abortion decision is a personal rather than a governmental matter.

Masato Kawahatsu, a Shinto priest of the Konkoyo sect at the Konkoyo Shrine in San Francisco, agrees that the decision is personal rather than a governmental matter. He believes a pregnant woman and her priest should make the decision together, with the priest acting as a mediator between her personal concerns and the Divine Will.

Mark Weston is a freelance writer in Armonk, N.Y.

 

XXX EN DESARROLLO

Bueno, como el hoyo de ese conejo es demasiado hondo como para yo caerle atrás, hasta aquí esta presentación. Prometimos documentación, y les dimos documentación. Hasta la próxima, pero no sin antes citar la palabra de Dios, una vez más:

9 La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí. —ISAÍAs 3:9

—JOSÉ LUIS JAVIER

“Salid de ella, pueblo mío (APOC. 18:4)

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Y conoceréis la verdad…
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