Salvación Por Las Obras, Vol. 8—La Vida

Los judíos tenían tres cosas principales como garantía de su salvación: Que eran hijos de Abraham, la circuncisión, y los sacrificios de animales.

La cirugía de la circuncisión es, según algunos “circuncisos modernos”, súper dolorosa.

Hoy hay métodos diferentes a los que se usaban antes para remover esa partecita frontal del órgano genital masculino, el prepucio. En tiempos bíblicos, se hacía a “rajatablas”. Era en realidad un sacrificio que merecía respeto. Sin embargo, era solo una marca distintiva y personal de ser parte de un pueblo al que Dios escogió como suyo. Nadie podía ver la circuncisión de nadie, ¡Bueno! Casi Nadie…

La Biblia dice:

Y creyó Abraham, y le fue contado por justicia….(GÉN. 15:6). No dice, “Y fue circuncidado…y le fue contado por justicia…”

¡ESTO ES HERMOSO!

¹⁷ Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer,
¹⁸ habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?
¹⁹ Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, QUE GUARDEN EL CAMINO DE JEHOVÁ, HACIENDO JUSTICIA Y JUICIO, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. —GÉNESIS 18:17-19. (Ahí no hay un regalo, hay un pacto condicionado porque guardaba la Ley). 

Sí—en efecto, Abraham guardó la Ley; la Ley no fue dada en el Éxodo por primera vez, como muchos piensan:

⁵ Por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, MIS MANDAMIENTOS, mis estatutos y mis leyes. — GÉNESIS 26:5

Lo que fue dado en el Sinaí fue la Ley escrita; eso es otro asunto—y tema para otro día.

Cuando Pablo dice que la Salvación no es por obra, esas palabras son siempre dirigidas a los judíos. ¡Siempre! Los gentiles habían aceptado el Evangelio como Cristo lo enseñó. Entendieron que para su tiempo, los sacrificios (ese tipo de sacrificios) no tenían valor alguno.

Los judíos creían que por las obras de fe de su padre Abraham, estaban salvos. La circuncisión, cuando todavía era una señal, era una obra de fe y sacrificio a Dios. Sin embargo, en tiempos de Pablo, después de la muerte del Señor, se convirtió en una obra de hombre. Era un sacrificio que ya Dios no pedía. Seguir degollando corderos, no era necesario. Ya el símbolo, con la muerte de Cristo, había pasado a la realidad.

Hay sacrificios que nunca han de expirar aquí en la tierra. Cuando Dios pide el diezmo para alimentar a los pobres, el usted darlo a cualquier secta, convierte tal sacrificio en abominación.

Por tanto, cuando se dice que las obras de la ley no salvan, entienda que se está hablando del sistema de sacrificios y rituales mandado por el mismo Dios para representar el sacrificio final y los ritos finales, de la vida y muerte de nuestro Salvador, caducados para la edad apostólica.

La Ley—no la ley, decía:

3 Al octavo día será cincuncidado todo varón. —LEVÍTICO 12:3; (LUC. 1:59; FIL. 3:5)

No es por obras para que nadie se glorie, significa, no mates corderos ni te circuncides. Sin embargo, Dios le dijo a Abraham que no le habría de encubrir nada porque él—Dios, sabía que enseñaría a sus hijos a guardar la Ley del Señor (GÉN. 13:18).

¿Por qué no mencionó que él sabía que enseñaría a sus hijos a que debían circunsidarse? Porque la circuncisión era un acto de obediencia hacia el Dios en quien había creído.

La Ley—no la ley, dice:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… mas no dice: “Circuncídate… La circuncisión era un acto de obediencia, y el que obedece es porque ama.

Todo lo de Dios está encerrado en su Ley. Solo hay un camino que comduce al cielo, la Ley de Dios (APOC. 22:14). Sí, “en ningún otro hay salvación…” (HECH. 4:12), pero es el mismo Jesús quien pone las condiciones para que su sacrificio en la cruz no sea envano para tí (APOC. 22:12-16). O sea, Jesús es el camino al cielo, y la Ley el camino a Jesús (JUAN 14:15),  ya que “El fin de la Ley es Cristo” (ROM. 10:4)… ¿Puede usted entender esto?

Enoc anduvo en él y hoy día está en el cielo. En su puerta de entrada está el alfa, y al final, la omega.

⁶ Yo soy el camino [el camino es la Ley] (PROV. 14:2; 1 REY. 22:52; 2 PED. 2:15; SAL. 139:24), la verdad [también es la Ley] (ÉXOD. 20:16) y la vida [igualmente la ley] (LUC. 10:25-28; ROM. 8:2; MAT 19:16-21; DEUT. 32:47; PROV. 13:14; PROV. 12:28). —JUAN 14:6

Ezequiel 20:11, dice que Dios dió su Ley para que todo el que la cumpliere viva. Por último,

²⁸ En el camino de la justicia [la Ley] está la vida [la Salvación]; en sus caminos [su Ley] no hay muerte [no hay perdición]. —PROVERBIOS 12:28

Si la paga del pecado es muerte (ROM. 6:23), entendemos—entonces, que la paga por la la vida, es la ley—la ley que Cristo estableció (JUAN 14:15), cumplió (JUAN 15:10), y derramó su sangre (HEB. 9:15-28) para que todo aquel que en él cree (en su ley—JUAN 14:15), no se pierda, más tenga vida eterna (JUAN 3:16), y nos dejó como garantía para nuestra salvación (APOC. 22:14)—si la guardamos. Este es el mismo principio de Romanos 6:23, observado desde otro ángulo—pues si hay pecado es porque no hay vida, y si hay vida—valga la redundancia, es porque no hay muerte (pecado). Y para que haya tanto el uno como el otro, debe haber ley, pues es la ley que da definición a ambos: al que la viole—pecado/muerte, y al que la guarde—vida.

—777IGUEL JAVIER
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