El Diezmo, Los Millonarios, y El Cielo

Si las llaves de las ventanas de los cielos es el diezmo, ¿entonces dónde están los millonarios?

1) Con frecuencia se nos habla de personajes ficticios que han logrado el éxito financiero através del diezmar. El dueño de LA COLGATE es el ejemplo clásico. Pero ese señor no se compara en “fidelidad” al más infiel adventista.

Si es así, ¿qué es lo que está pasando con este pueblo? Se ha creado una cultura de miseria y mano acortada al semejante, pero la Ley es dar todo al diablo.

2) Me contaba mi amigo que cuando él era pequeño hubo en su casa una situación muy difícil. Su madre vivía en otro país; así que él y su hermano se quedaron a vivir con su abuela.

3) Era de mañana y no había nada para comer ese día. La abuelita pudo—como la mayoría de los adventistas, pensar que debía ir a robar un banco o a esclavizarse en un trabajo para dar diezmos y así poder abrir las ventanas de arriba hasta ese momento “cerradas”. Sin embargo, tuvo una mejor idea.

4) La abuelita llamó a sus dos nietos y les dijo que cada 15 minutos iban a tener una oración a Dios pidiendo la comida de todo ese día; orarían 7 veces.

5) —Al sonar la campanita, “dijo la anciana a sus nietos”, vengan a orar. Oraron la primera vez, y así como Naamán cuando se sumergió en el río al principio, no pasó nada. (2 REYES 5:1-19)

6) Los niños se fueron a jugar. Pasó el tiempo y la campana había sonado 6 veces. Luego sonó una última vez, la séptima vez, abrieron sus ojos y de repente, la abuelita vió a alguien que a la distancia caminaba hacia ellos. Le preguntó a los niños si ese pudiera ser el hermano… fulano. Los niños dijeron que no era él. Pero el personaje se fue acercando, y sí era él.

7) Cuando este hombre se presentó, solo dijo algunas palabras ente las cuales estaban las siguientes: “Vine a traerles este dinero….”

Era la comida de todo el día por la cual habían orado las 7 ocasiones.

8) Mi amigo, ya hombre con nietos, me dijo con voz y ojos llorosos—ese hermano NO DABA DIEZMO en la iglesia.

9) Si hubiese dado diezmo a la iglesia, ese hombre nunca les hubiera ayudado. El cristiano y—en lo particular, adventista solo tiene compromiso con el diablo; muchos no lo saben, pero otros prefieren creer que no.

10) Historias como esta nunca se dirán desde un púlpito, pero sí se mencionarán las de algunos millonarios de ciencia ficción que por “darlo todo” a ellos, han supuestamente hecho fortuna. ¡Mentira! Los grandes mercaderes de la tierra han atesoran haciendo negocios con el dueño del dinero de este mundo.

10) El diezmo a la Iglesia no abre ninguna ventana pues al pueblo se le dijo que serían abiertas—sin embargo, las únicas ventanas abiertas son las de los injustificadamente ricos coyotes/pastores cuyas riquezas se han generado a costillas de aquellos pobres que dan con la esperanza de algún día hacerse ricos o para que al menos, haciendo ricos a otros, no caigan ellos “en la maldición” manipulativa de Malaquías 3:8-10.

11) ¿Qué Dios es ese que sostiene con lo del pobre al rico? ¿Qué Dios es éste que enriquece al rico haciendo al pobre, pobre? ¿Qué Dios es ese que promete abrir ventanas y pone como sus llaves un diezmo que no las abre?

12) ¿Qué Dios es el Dios del cielo que promueve la perversión y el quebrantamiento de su propia LEY mandando a personas a diezmar en una Organización que va a invertir ese dinero en la perversión y PERDICIÓN de la gente?

13) Formado por generación, el adventista es el cristiano más miserable y tacaño que existe sobre este mundo, salvo a algunas excepciones.
Se nos ha acostumbrado a dar en una sola dirección, hacia ELLOS.

14) ¿Qué Dios es ese que nos manda a dar a otros que supuestamente están haciendo el trabajo aunque no demos en la Corporación? ¿Qué Dios es aquel que solo se acuerda del necesitado para pedirle y estrujarle en la cara que su necesidad y miseria es causada por dar al vecino lo que es de los hijos?

15) Ese dios no es nadie más que Satanás. El Dios del cielo nos manda a ser compasivos con nuestro prójimo sin importar quién este sea, pero especialmente si es un prójimo ciudadano de Jerusalén.

17 A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. —PROVERBIOS 19:17

—777IGUEL JAVIER